Björk, disco a disco: la tier list
Los discos de la islandesa, ordenados en cómodo ranking para que no tengas que pensar
Hi, personicas:
Que Björk ha sido un nombre fundamental en los últimos 30 años está fuera de toda duda incluso para el oyente que no se maneja en las coordenadas de la música de la islandesa. Que también desde hace 20 años ha habido una cierta regresión en la cantidad de oyentes y en la capacidad de impacto de Björk también parece fuera de toda duda: ha pasado de ser un nombre mainstream a “esa que saca discos que oiremos una vez y listo, pero de la que siempre hablaremos”.
Esta situación, en parte provocada por las decisiones artísticas de la propia Björk, en parte por la pereza de unos oyentes ya desprovistos del don de la paciencia, ¿tiene reflejo en la discografía de ella? ¿De verdad su carrera también ha ido en esa línea?
Lo ordenamos hoy todo en una tier list con muchísimos más recodos de los que podría parecer a priori.
Discos que NO
Drawning Restraint 9 (2005)
La segunda incursión de Björk en el mundo de las bandas sonoras tiene un resultado significativamente peor que la primera. Drawning Restraint 9 pasó sin pena ni gloria por la cartelera y su música es probablemente la apuesta más fallida de la islandesa nunca.
Acostumbrada a dejarse llevar por el riesgo, a no acomodarse y a exprimir el experimental hasta que nuestra materia gris chirría, pero a salir victoriosa de todo ello al fin y al cabo, poniendo acordes a la historia de este ballenero falla más que acierta. Aunque cortes como 'Ambergris March' o 'Storm' puedan adecentar el resultado final, lo cierto es que solo los extremadamente putifans pueden disfrutar de este contenido. Bueno, no, seguramente ni ellos. (Chou)
Discos que MEH
Lo de los Sugarcubes
Sí, sé que está guay pensar que antes de Björk ya hubo un momento en el que ella misma era la rehostia y su grupo islandés uno que el resto del mundo no conoció a tiempo porque vivimos pensando en nuestras mierdas… pero nunca hay nada en los discos de Sugarcubes que no me parezca random. No, no molestan. No, no son malos discos. Sí, hay alguna canción maja. Pero también un montón de espacios intermedios a los que jamás me apetece dedicarles el tiempo. Hay demasiado en otros lados de su discografía como para abrevar aquí. (probertoj)
Discos que OK
Biophilia (2011)
Es probable que Biophilia abra definitivamente la puerta a la Björk que hoy conocemos. La que parece haber dejado atrás ya definitivamente el pop para zambullirse en proyectos mucho más experimentales y arduos. De hecho, la propia Björk habla hoy de Biophilia como su trabajo más extremo, entendiendo por ello aquel en el que se aferró de forma más irreductible a una idea original.
Centrando su temática en la fenomenología natural y cósmica, musicalmente Biophilia exige muchísimo al oyente, acostumbrado ya a saber que disfrutar de los trabajos de la islandesa no era una tarea sencilla, pero llevando esto a terrenos que arriesgan tanto (es curioso porque hoy no queda ese poso de exigencia, y enfrentarse a Biophilia parece mucho más sencillo una década después) que por momentos corren el riesgo de desconectar. Se apuesta tono a medio puñado de beats y a monumentales voces. Y esa apuesta es firme vencedora en un inicio afortunado con 'Crystalline' o 'Cosmogony' rozando la maestría. Pero no es menos cierto que probablemente solo a ella le perdonemos tramos como el que reúne 'Hollow' o 'Virus'.
Tan extremo que te da tiempo a amarlo y odiarlo en varias ocasiones a lo largo de sus diez cortes. (Chou)
Discos que sí
Post (1995)
La carrera de Björk (en solitario, entendamos) cogió velocidad de crucero casi desde el minuto 1. Debut venía de obtener un notabilísimo éxito en Europa, principalmente en el mercado británico y, aunque las críticas estadounidenses fueron algo más reservadas, a nivel comercial estaba claro que su carrera tenía toda la pinta de fluir sin grandes dificultades. Llegaba el momento de confirmar las buenas expectativas, y para ello Björk no modifica gran cosa su propuesta. Continúa mezclando IDM y trip hop, pero con clarísima ascendencia pop. Con la voluntad inequívoca de ofrecer un sonido escasamente transitado hasta entonces, pero llegando al mayor número de público posible.
No sobraba unir a Tricky a las labores de producción que tenían de nuevo a Nellee Hooper como capitán de barco. Aunque supongo que ya entonces Björk tenía clarísimo adónde quería ir y, simplemente, elegía a la persona que se lo facilitase, sin necesidad de que él o ellos aportasen mucho más. 'Post' es, vuelve a ser, un disco espléndido. Más allá de los singles de adelanto que podrían estar en mente de todos (entre los que en 'It's Oh So Quiet' ya se dejan ver cosas del experimental que vendría años después, pero desde una perspectiva mucho más asequible; también del gusto por probar los musicales) 'Post' deja canciones que han pasado más inadvertidas en la carrera de la islandesa, pero que resultan fascinantes. 'Enjoy', por ejemplo, es una de esas locuras marca de la casa que directamente te vuela la cabeza.
Quedaba claro, certificado ante notario, que con Björk el mundo había encontrado un talento superior que, tras ir buceando en propuestas que le trajeron escaso o bizarro reconocimiento (seguramente no merecieron mayor suerte propuestas como las de Sugarcubes) había encontrado por fin su forma de sobresalir en el panorama pop universal. Björk iba ya más allá de la figura de la artista, se había convertido en icono pop. (Chou)