Alguno se preguntará si realmente Danny Boyle es un cineasta que da para un análisis completo, o que hay más que la superficie para rascar. Tiene algunas películas icónicas en su haber, pero no es un director popular. Y quien lo conoce, lo hace sobre todo por sus cualidades estéticas, su constante inquietud por hacer un plano estilizado y su alergia aparente a hacer una puesta en escena plana y contenida. Lo visual parece ser lo único que define a una película suya.
Podríamos hablar si entre toda su obra hay verdaderos elementos comunes, pero es difícil tanto por variedad de géneros e historias. Hay muchas historias de gente absorbida por fuerzas superiores a ellos mismos, generalmente sumas de dinero que ejercen de tentación. Algunas tocan la redención, que puede deberse a su formación católica que casi le lleva al sacerdocio.
Sólo hay algo claro: te puede caer una obra asombrosa o un pestiño bastante serio. Una irregularidad que hace que sus películas y series den para una tier-list divertida, así que al lío.
NO
Una historia diferente (1997)
La playa (2000)
Slumdog Millionaire (2008)
Yesterday (2019)
Cuando las pelis de Boyle son malas, son bastante insoportables. Lo visual se va volviendo más cargante que llamativo, terminas harto de sus personajes y el tono está patas arriba. En Una historia diferente, su salto a América con su actor fetiche original Ewan McGregor, falla por completo a la hora de intentar una road movie que lleve Malas tierras de Malick hacia el divertido absurdo y a la contrición religiosa. Falla en el cálculo al igual que en La playa, su primera colaboración con Alex Garland, donde la turra naturalista quiere darse de la mano con la crítica a los turistas hippies, pero termina siendo una ñoñez.
Pero ñoñas de verdad son dos de sus cintas más inaguantables. Slumdog Millionaire es un fallo de cálculo aún más gordo, que enfoca la pobreza de manera muy cuestionable y su carácter feel-good se siente completamente desconectado de la historia y de la clase de cine que se hace en la India y se quiere referenciar. En Yesterday simplemente se muestra en su faceta más inútil, no dando carisma ni encanto a un guion de Richard Curtis y mostrando que cuando más se aleja de lo romántico mejor. Hasta eliminó del montaje final a Ana de Armas. De verdad, hay que ser inútil.
MEH
Millones (2004)
En trance (2013)
T2: Trainspotting (2017)
Aquí tenemos un trío de películas que no caen en lo insoportable, de hecho tienen algunas cosas apreciables, pero en general no llegan a donde deberían. Millones prepara el terreno sensiblón barato de Slumdog con una simplona historia juvenil de un niño que quiere dar a todo el mundo un dinero que se encuentra. En trance parece que va a ser un festivo thriller con confusas intrigas y erotismo, pero no para de ponerse palos en las ruedas de la bicicleta con sus constantes giros de guión que te dejan agotado.
Su fallo más amargo en esta tier es T2: Trainspotting. No lo decimos porque hacer una secuela de su película más generacional sea completamente prescindible, porque de hecho tiene un ángulo interesante en esa incapacidad de replicar el pasado. O incluso temer replicarlo, desde parar la aguja del tocadiscos para que no suene Iggy Pop a esos Underworld distorsionados para que parezcan un eco lejano. Hasta logra darle una interesante redención y complejidad a Spud.