No tengo claro aún si calificarlo como una desgracia, pero vivo en una ciudad conservadora. Muy pero que muy conservadora. Una ciudad que según dicen (yo no sé si creerlo) cuenta con un esplendoroso pasado dibujado a golpe de mando de la oligarquía cafetera, de estructura hacendataria en el control de la tierra y del populacho y de señoritos que abandon…
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