Era cuestión de tiempo que esta sección, dedicada a vanagloriar los ejercicios retóricos desmedidos de tantos y tantos grupos que nos apasionan, terminara haciéndose trampas al solitario. O en concreto, que yo mismo terminara tratando de convencer a propios y extraños de que dos canciones son en realidad una, y que no se trata de cinco y cuatro minutos …
Substack is the home for great culture
