Frikexín #4: un puñado de discos de indie y aledaños que merecen la pena
Más slowcore, abortos, Jason Molina sin Low pero queriendo estar con ellos, gente que necesita ser amada y más
Hi, personicas:
Un mes y pico después, regresa la única columna mensual sobre indie y aledaños que es bimensual. Prometemos intentar ser tan regulares como lo teníamos previsto.
Hablo de temporalidad, no de calidad.
Disco del mes: Duster – Together
La trayectoria de Duster es de ésas que son un misterio. Sus dos discos de finales de los 90s ahondaban en la veta slowcore abierta por Codeine (la de la belleza gélida, no la de la bajona absoluta), el grupo se fue al garete en 2000 sin mucho más motivo aparente que la vida, el más importante de los motivos. Clay Parton lo explicaba así:
“Cuando nos tomamos un descanso hace casi dos décadas, no pensamos que todo iba a detenerse por completo. Pensamos que podríamos seguir a la deriva, al menos; tal vez a un ritmo más lento y con un proceso diferente. Pero todo se oscureció. Siempre estábamos en contacto y a veces hablábamos de hacer cosas de Duster, pero los días se acumulaban... En los últimos años hemos hablado más seriamente de hacer al menos otro disco. Ahora todo está funcionando, y estamos haciendo cosas nuevas juntos, pero nos lo estamos tomando con calma y seguimos haciendo la mayoría de las cosas mal, así que parece que estamos justo donde lo dejamos”
Desaparecer sin motivo no es lo habitual. Siempre hay razones más poderosas que “pasaban los días y no nos poníamos a ello”. Pero como oyentes tenemos que estar satisfechos de que Duster no se pelearan entre ellos cuando pararon. Porque nos habríamos perdido su regreso, con dos discos a la altura.
Together, el segundo tras su retorno, se lanzó en marzo sin que nadie lo avisase. Y ya lo avisó Ferraia en la tier de esa misma semana: “Cuando uno quiere quedar atrapado, o más bien, congelado en un momento temporal, tiene sus razones. Y las de Duster son así de buenas y sinceras. Como unos Mogwai jóvenes; como unos Polvo de bajón; como unos Low con el ampli roto. Notable trabajo y precioso regreso”.
Ferraia sólo lo llevó al Sí, pero a mí Together me viene acompañando todo este verano tantas veces que me es inevitable no recomendároslo como si fuese uno de esos Excel que amamos. A veces puede parecer formulaico (qué bonita es ‘Time Glitch’, cuántas veces la hemos oído antes también), pero ‘Teeth’ o ‘Escalator’ o ‘Familiar Fields’ disipan las dudas por completo.
Está siendo un muy buen año para el slowcore: lo de Caroline, lo de Deathcrash, lo de estos.
Otros discos destacados
Honningbarna – Animorphs
Los noruegos Honningbarna llegan a su sexto disco y va siendo hora de que se hagan un hueco en vuestro corazoncito si os va el garage-punk casi cercano al noise. Como pasaba con los añoradísimos Thee Michelle Gun Elephant, las canciones de Animorphs no inventan nada (lo suyo es básicamente unos Refused 20 y pico años después), pero llegan con tanta claridad de ideas que la mezcla te suelta un buen sopapo sonoro y se engancha cosa fina. Edvard Valberg es un cantante estupendo, entre lo abrasivo y lo contagioso, a la altura de una sección instrumental empeñada en que NUNCA quieras frenar ni un poquito. Uno de esos discos que poner bien, bien alto.
Jason Molina – The Lamb & Flag I
El añorado Jason Molina dejó al morir más de 300 cintas grabadas en el archivo de Secretly Canadian, muestra de su incapacidad para estar quieto, de su necesidad de sacarse de dentro toda la música que se le aparecía, de su personalidad. En una jugada muy, muy bonita, el sello creó hace unos meses el Substack Static & Distance, donde ya han compartido canciones en directo, inéditas y muchas más sorpresas.
Este mes han lanzado The Lamb & Flag I, una demo que Molina grabó entre 1999 y 2000 y cuyas canciones Jason esperaba poder grabar algún día en colaboración con Low. Aquello nunca se hizo realidad pero ahora sí que podemos escuchar sus canciones.
Hay más cintas llamadas así, las siguientes contienen las primeras maquetas de canciones que luego aparecerían en Ghost Tropic. Es decir: tenemos al Jason Molina más desnudo y, casi, apesadumbrado, antes de su explosión eléctrica. Y las cintas, que son algo más que arqueología musical, nos recuerdan lo importante que fue su música, lo mucho que le echamos de menos, y lo que nos gustaría que siguiese haciéndola.
Porridge Radio - Waterslide, Diving Board, Ladder To The Sky
Si no meto el último disco de Porridge Radio como disco del mes es porque ya lo llevé al Excel en su semana de salida y eso debería haberos dado suficientes motivos para escucharlo. Si aún no lo habéis hecho, permitidme que insista: con Waterslide, Diving Board, Ladder To The Sky, el grupo ha elegido por fin el camino de ser grandes, muy grandes. Es un disco hecho para no dejar de estar nunca pegado a él, para que cuando te lo pongas pocas cosas más te importen, para fijar la atención en canciones enormes como ‘Jealousy’, como ‘Back To The Radio’, como ‘Birthday Party’. Es tu nuevo disco favorito, por lo emocionante, lo quebradizo, lo indispensable que se hace. Bravísimo.
Petrol Girls – Baby
Con Petrol Girls tengo esa sensación que siempre tengo también cuando vuelvo a los discos de Mudhoney: que hay gente que hace muy, muy sencillo lo de crear canciones nuevas con fórmulas que, de tan usadas, deberían estar gastadísimas. Puede que discutamos la muerte de los estilos o los géneros, pero siempre que tengamos claro que de lo que hablamos es una muerte más de “la moda” o “la tendencia” que de la música en sí.
Baby está llenito de canciones a lo riot grrls pero con su puntito posthardcoreta, himnos generacionales si tu rollo te acerca a raca-racas punk y a querer partirte el cuello. Ya lo dijo Black en la tier correspondiente: desde ya deben estar en vuestro radar.
Kelley Stoltz – The Stylist
Si aún existiese algo como el crítico musical con influencia en dirigir la mirada del oyente hacia los discos adecuados e inadvertidos, creo que ya habría llegado el momento de que le dedicase TODAS LAS LOAS POSIBLES al californiano Kelley Stoltz. Porque 17 discos sin que ni uno le haya salido malo a lo mejor es sinónimo de algo.
Así que aquí tenéis mi hacha para intentarlo, aunque mi capacidad de cambiar el éxito de la carrera de Stoltz sea aún menor que la de intentar que los hipersónicos lleguen a tiempo, sin faltas y con frases comprensibles a las tiers semanales.
A ver: psicodelia guay, pop poderoso con su puntito indie, odas a los 60s y a los 70s (siempre a los correctos), sintes sonando viejunos pero dejándose atrapar correctamente (coño, Kevin Parker, ya podrías aprender un poco), y un gustazo por la melodía que no deja ninguna duda. Vamos ahí, Kelley.
Y unas notas rápidas:
No suele pasar mucho que el volquete del metal y el frikexín coincidan, pero, joder, lo de Ashenspire es un sí claro. A partir de ahora, si no nos acordamos del nombre, les llamaremos así:
Qué bien las dos versiones extra que Sufjan Stevens preparó de su ‘4Th of July’ para el single lanzado precisamente el último 4 de julio. Haz lo que quieras con esa canción, Sufjie. Y el resto no seáis tan tontos de mirar por encima el disco que sacó con Angelo D’Augustine, que A Beginner’s Mind sigue estando muy, muy guay.
En lo del recopilatorio de Tall Dwarfs también me veo en la obligación de insistir.
En nada hay nuevo disco de los Boys of Lolailo; repito, nuevo DISCO de los Boys of Lolailo. ALERTA EXCEL:
(Frikexín es una sección mensual de Hipersónica que selecciona buenos discos de indie y aledaños. Su nombre está basado en una canción facilísima de identificar. Si eres el primero que adivina cuál es, te llevas una suscripción de tres meses a Hipersónica por la cara. Puedes decirnos tu respuesta comentando este artículo)