Género: Smells Like Teen Spirit
Friko son como el primer Bright Eyes: imposibles de armarse en corto, exhibicionista y adictos al drama. Titulan su disco con esa sensación adolescente de "mi vida es importante y, aunque sea corta, merece la pena recopilarla". Dónde hemos estado y a dónde iremos desde aquí; aprenderán en el futuro que somos más fugaces.
Son irregulares y el debut quiere dejar claro que pueden tocar muchísimos palos. También son de Chicago y por allí resopla la influencia de Billy Corgan, tamizada por la década (¿el lustro?) en que Arcade Fire dominaron la Tierra.
No saben secuenciar un disco, y quizás en 2024 eso sea irrelevante: si un chaval siempre ha estado en manos de los caprichos del hado, ahora también su música, que una empresa incapaz de generar beneficio (y si es así, ¿es realmente una empresa?) manoseará, troceará y servirá por cachitos caprichosos, supuestamente basados en datos, a cientos de personas en el mundo que, quizás, disfruten pasivamente de ella pero nunca se hagan la pregunta definitiva.