Has perdido la emoción del amor
Lo único que de verdad le importó a Phil Spector, además de él mismo, fue el oyente
Buenos días.
Se ha muerto Phil Spector, y más allá de que fallezca una de las personas más repudiables, pero también innovadoras, del pop clásico, lo que vemos también es que ha fallecido su legado.
Now there's no welcome look in your eyes when I reach for you
Fallece con 81 años. Y lo hace en prisión, donde estaba cumpliendo sentencia por el asesinato de la actriz Lana Clarkson. Fue la última y horrorosa muesca de una trayectoria personal deleznable, que incluyó maltratos, amenazas a punta de pistola y una personalidad irascible y megalomaníaca.
Un recorrido vital en el que empezó como genio, siguió como persona mezquina, continuó como asesino y acabó como meme:
El mensaje más empático fue el de quien más le sufrió: su exmujer Ronnie Spector: “Es un día triste para la música y también para mí. (…) Encontrarle y enamorarnos fue como un cuento de hadas. La música mágica que fuimos capaces de hacer juntos estaba inspirada por nuestro amor. Le amé locamente, y le di mi corazón y mi alma. Como he dicho muchísimas veces mientras estaba vivo, fue un productor brillante, pero un pésimo marido. Por desgracia, Phil no era capaz de vivir fuera del estudio de grabación. La oscuridad se apoderó de él e hizo daño a muchas vidas. Aún sonrío cuando oigo la música que hicimos juntos y siempre lo haré. La música estará ahí siempre”.
Fue un productor brillante, pero una pésima persona que tampoco en estudio, a partir de cierto momento, supo trabajar. Leonard Cohen, con quien grabó Death of a Ladies' Man, calificó la odisea para producir aquel disco de “post-wagneriana, hitleriana”.
And now you're starting to criticize little things I do
La historia de la música pop se ha caracterizado por ser demasiado condescendiente con las actitudes abusivas. Ayer hablábamos en privado en Hipersónica que hay canciones y producciones de Phil Spector con más delicuentes que un juicio cualquiera, como ésa ‘River Deep, Mountain High’ de Ike & Tina Turner que es, a la vez, cumbre del Wall of Sound y reunión de maltratadores. Pobre Tina. Y malditos exégetas que dieron carta blanca a tanta basura sólo porque “eran genios”.
Para la Historia del anecdotario rock queda la turbulenta producción de End of The Century, en la que los Ramones cedieron el poder creativo a Spector y se encontraron a un hombre obsesionado con minucias (“Se pasó doce horas sentado, escuchando el acorde que abre la canción “Rock and Roll High School” una y otra vez. ¡Un acorde! No creo que mereciera la pena” contaba Johnny Ramone) y que acabó amenazando a Dee Dee con una pistola, como cuenta el propio Ramone en su autobiografía Poison Heart: Surviving The Ramones:
“Después de que Spector estuviera reunido durante tres horas con Joey, llegó un momento en que me cansé de todo aquello. Me levanté del sofá donde nos había dejado al resto (en la mansión de Phil) y traté de encontrarles. Phil debió pensar que yo era un intruso, porque apareció de la nada gritando y agitando una pistola. Yo le dije que ya había tenido suficiente, y que me marchaba al hotel. Spector me miró y me dijo, ‘tú no te vas a ningún lado’. Hizo un gesto con la pistola y me mandó sentarme de vuelta en el sofá. Él se sentó al piano, y tocó sin parar la canción ‘Baby I Love You’, hasta bien entradas las 04:30 de la mañana.”
A los Ramones, el primer disco les costó 6.400 dólares; el segundo, 10.000; End of The Century, 200.000.
Pero sí, Spector tenía razón en que aquel acorde era importante. No sabemos si cómo para hacer que Johnny repitiese su parte cientos de veces aunque, salvo Dee Dee, el grupo nunca habló realmente mal de aquella experiencia. Y End of The Century es un discazo.
Spector obsesionó a todos y a algunos los hizo hasta competir con su fantasma para alcanzar su maestría:
It makes me just feel like crying
Para entender la obsesión del pop con Spector, hay que entender también su capacidad inventiva. En una época en la que los estudios analógicos de grabación aún estaban encontrando el camino y probando nuevas técnicas para sacar el máximo partido a las canciones, Phil Spector logró transformar la cantidad de instrumentos que habitaban en ellas.
El primer single que produjo fue con su grupo, los Teddy Bears. En 1957, “hackeó” la manera de grabar: cogió la demo de ‘Don't You Worry My Little Pet’ y la hizo sonar en los altavoces del estudio para registrar una interpretación más encima de la original. Ese overdub primitivo y algo cacofónico, que luego rebota con eco y que perfeccionaría con el paso de los años y de las producciones, acabó en llamarse Wall of Sound, un muro de voces, instrumentos y melodías tan barroco como irresistible.
El nombre se lo puso Andrew Loog Oldham, el que fuera manager clásico de los Rolling Stones, para publicitar ‘You’ve lost that loving feeling’, una de las grandes canciones de la Historia. Es maravilloso y conciso, pero siempre lo he visto como algo equívoco. Porque lo importante no es el muro, sino el sonido.
Cuando pensamos en un muro, pensamos en algo impenetrable, sólido, pero la verdadera maravilla del sonido Spector es que es todo lo contrario: captura a la perfección un ambiente vivo, en el que te puedes sentir en el centro. Parece que estés allí.
El muro de sonido hace canciones eternas, pero no sólo porque vayan a ser clásicos perdurables por siempre (que también), sino porque están vivas cada vez que las pones: su atmósfera, sus sonidos… puedes sentir que estás en medio de quienes las interpretan. Es como una bola de nieve de cristal, como una fosilización en ámbar, de lo que ocurría en el estudio.
Y, desde luego, no tiene nada que ver con hacer un muro impenetrable: los silencios, el eco y la claridad sonora de lo que suena y lo que no suena es fundamental. Ésa es la maravilla de lo que ocurre en canciones como ‘He Hit Me (and It Felt Like a Kiss)’ (imitada por Brian Wilson tantas veces en su época pre-Pet Sounds’) o ‘Be My Baby’, la mejor canción de la Historia del pop. Cómo somos capaces de ESCUCHAR cada parte (sus imborrables y prístinas castañuelas, por ejemplo), pero también EL MOMENTO en que se grabó.
O, por ponerlo en palabras de Marshall Leib, uno de los Teddy Bears originales junto a Spector: “Trabajábamos en la transparencia de la música; ese era el sonido de Teddy Bears: tenías mucho aire moviéndose, notas que se tocaban en el aire pero no directamente en los micrófonos. Luego, cuando lo enviamos todo a la cámara, este efecto de aire es lo que se escuchaba: todas las notas confusas y confusas. Esto es lo que grabamos, no las notas. La Cámara”.
El muro de sonido, por lo tanto, no es lo relevante: lo relevante es el espacio que hay en medio de la habitación cuyas paredes cierra ese muro. Lo importante es el grupo, pero también el oyente que, siempre que se pone una canción de Phil Spector, parece introducirse en la cámara como si fuese el día de la grabación y se estuviese tocando la toma perfecta.
Recordemos, además, que estaba pensado para sonar claro en AM y en jukeboxes. Que un sonido mono alcanzase esas cotas de perfección, esa capacidad de transmitir el espacio, es histórico y muy, muy relevante.
'Cause baby, something beautiful's dying
Desde hace tiempo, muchos de esos matices se han perdido en la producción pop mainstream. No nos vamos a poner negacionistas: hay buenas producciones y hits impresionantes, pero más a o menos a la altura de la polémica mezcla de (What’s The Story) Morning Glory de Oasis el pop y el rock masivos deciden darle la espalda a los vacíos, al aire, a los espacios. Prefieren grabar directamente contra el micrófono y que la mezcla suene lo más alta posible. Prefieren ser un anuncio de la tele, impactante y alto, que vende bien el producto, antes que una experiencia que refleje, y pueda simular, lo que ocurría en la grabación.
La alta fidelidad es al sonido, sí, no al acto creativo. Hemos perdido al Spector persona, al que sinceramente no echaremos mucho de menos, pero ya hace tiempo habíamos perdido that loving feeling que él creó con el sonido.
And now it’s gone, gone, gone, and I can't go on, whoa-oh, ooooh.
Bonus track:
Siempre nos quedaremos con la versión doblada, ¿no?
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