Jitazos inmortales S03E011: 'Te estoy amando locamente', de Las Grecas
La explosión de vitalidad que salió del Caño Roto
La irrupción de los Derby Motoreta's Burrito Kachimba en el panorama nacional está proporcionando grandes alegrías. Primero, por lo ferviente y fabulosa que es su música. Segundo, porque su "quinquidelia" está permitiendo reivindicar conceptos y estilos tan únicos en la cultura española como son lo quinqui y el ácido sonido del Caño Roto, menos prodigados en los tiempos recientes y en algunos sectores todavía observados por encima del hombro.
La reverencia al sonido Caño Roto, acentuada con su último trabajo, retrotrae a los tiempos de camisas coloridas, discotecas iluminadas con bolas de espejos y los alucinógenos circulando como búsqueda de libertad para una España cerca de despertar. El ambiente donde pudieron triunfar Las Grecas, el primer gran exponente de este sonido y causantes de que una forma particular de entender el flamenco entrase en la conciencia colectiva española.
Aunque su gran legado musical ha quedado ensombrecido por sus problemas de alcoholismo (ahí esa expresión común que las menta para referirse a ir demasiado pasado), ahora es mejor momento que nunca para recordar qué buen disco fue el primero de Las Grecas.
Carmela y Tina Muñoz Barrull habían mamado el flamenco desde pequeñas en Madrid, en las casas baratas de Caño Roto donde se alojaba a la etnia gitana marginada. En su adolescencia se trasladaron a Argentina con su padre, que encontró trabajo en el país, y allí entraron en contacto con el rock ferviente y psicodélico de Jimi Hendrix, con el funk y con el jazz.
Algo que se trajeron en la maleta en su regreso a España en 1970, que ya estaba experimentando un interesante cruce del flamenco con los sonidos del rock anglosajón de la mano de los andaluces Smash. Sonidos esperando a ser mezclados y un productor, José Luis de Carlos, que estuvo avispado para sacarlo a relucir y explotarlo para la multinacional CBS como un potencial fenómeno pop. Todo eso condujo a Gipsy Rock.
No hay mejor expresión de todo lo que aquel disco buscaba y conseguía que su tema inicial, principal single y fenómeno sin igual: 'Te estoy amando locamente' articula una canción pop que suena al flamenco más accesible, al rock ácido que había explotado el lustro anterior, el funk y (tímidamente) el progresivo.
Los despliega en una unión perfecta que suena arrolladora, que deslumbra y engancha de sobremanera. Carmela y Tina introducen el habla gitana en el mainstream castellano con un tema de puro subidón, innegablemente coreable y que hasta ilumina la estancia conforme empieza a sonar. El mejor exponente de un álbum aún fresco y lleno de vitalidad.
(Jitazos inmortales es una serie sin final con las mejores canciones de la Historia según Hipersónica. Tiene su playlist.)