2023. Nuno Pico se santigua. Con Grande Amore va a desplegar una explosión de rabia y de sonido que va a asombrar al público. Sacando de dentro un fuego que arde intensamente, vomitándolo contra todo aquello que encuentra frustrante de la existencia moderna, lanza puñetazo tras puñetazo. Es glorioso. Es la religión del punk.
2013. Los Osees se santiguan. Por aquel entonces eran todavía conocidos como Thee Oh Sees, y se preparan para desplegar una explosión de rabia y de sonido que va a asombrar al público. Un torbellino de euforia garagera que no deje a nadie sin vivir una experiecia eufórica sin igual, donde todos chocan y bailan hasta puntos donde ambos aspectos resultan indistinguibles. Es glorioso. Es la religión del punk.
2003. Matt Pike se santigua. Dejando atrás la brutal densidad de Sleep, se dispone a desplegar una explosión de rabia y de sonido que va a asombrar al público a través de High On Fire. Con riffs antológicos que hacen retumbar cada esquina de la sala, permite un poderoso despliegue de adrenalina para todos los presentes. Parece metal, pero tiene algo más visceral y urgente corriendo por sus venas. Es glorioso. Es la religión del punk.
1993. Rage Against the Machine se santiguan. Con su particular mezcla van a desplegar una explosión de rabia y de sonido que va a asombrar al público. Sus riffs de guitarra y la actitud rapera de su cantante están encendidos, pero también su acción política de llamada a la acción, conectando la soflama discursiva con las distorsiones procedentes de los altavoces. Es glorioso. Es la religión del punk.