Hemos abusado de la etiqueta de "transgresores" y "revolucionarios" a la hora de hablar de bandas y artistas de rock que marcaron historia. Por lo tanto, podría no significar nada aplicárselo a una banda que siempre ha oscilado en un extraño equilibrio entre lo popular y el estar fuera de los márgenes. Pero sí, realmente Sparks han sido un cuerpo extraño dentro de la cultura pop, a pesar de que la propia cultura pop ha sido lo que más les ha nutrido durante su carrera.
Una carrera llena de excentricidades, de himnos pop que a la vez eran anti-himnos, de adelantarse a tendencias sonoras y desafiar las posibilidades de la música rock. Los hermanos Mael han dejado mucha marca y muchas canciones tan memorables como "revolucionarias" (de verdad) a lo largo de más de 50 años de incansable carrera, con 24 álbumes de estudio. Una obra puesta en valor este año, con la combinación de un documental, dirigido por Edgar Wright, y con su aportación escribiendo el guion y las canciones del musical Anette. Así que no hay excusa para no repasarlos.
Wonder Girl (1971)
El comienzo de su carrera con el disco Halfnelson (que era también el nombre del grupo entonces, aunque cambiaron ambos para su reedición el año posterior) puede parecer muy corriente en comparación a todo lo que estaba por llegar. Sigue siendo un temazo pop de-li-cio-so donde además se va apreciando el particular carácter de los Mael.
Fletcher Honorama (1971)
La fecha de publicación pone 1971, pero parece un tema venido del futuro e interpretado con cierta libertad por la banda. Los cambios en la narración, su forma de moverse en círculos con la estructura, la exquisitez a la hora de tocar. Parecía que habían venido a poner las vísceras de The Beatles al revés.
Beaver O'Lindy (1973)
De esta época una de las que más trascendió fue su single 'Girl from Germany', pero yo me siento más atraído por su cara B 'Beaver O'Lindy', un poco más atrevida en su planteamiento y con fabulosos cambios de ritmo. Cuando entra la batería es una cosa de otro planeta casi, especialmente en aquel momento, y puedes ver cómo la forma de cantar de Russell Mael se ha vuelto tan influyente a día de hoy.
Moon Over Kentucky (1973)
"You've been waiting for your first encounter, what a letdown / I'm just finishing my first encounter, what a letdown". A pesar de las marcianas tendencias sonoras de los Mael, eran capaces de dejar gemas pop en sus letras. Encuentros adolescentes cantadas como si fuera un trovador introduciendo una parte inquietante y tenebrosa de una historia. Son realmente únicos.
This Town Ain't Big Enough for the Both of Us (1974)
Su mayor hit fue también uno de los más improbables, ya que no renuncia al afán teatral, desvergonzado y desmadrado que se ha vuelto su seña de identidad. Empieza como otra pieza de rock clásico y termina en modo ópera rock que tendría cabida The Rocky Horror Picture Show. Su capacidad de dar tumbos sólo se equiparaba a su talento para aterrizar de pie cada vez, haciendo jitazos tan extraños como eternos.
Here In Heaven (1974)
Cuando se dice que Sparks eran "la banda favorita de tu banda favorita", es por temas como este de su imprescindible Kimono My House. Se pueden ver en temas como este la influencia en artistas tan aparentemente distintos en el espectro pop, pero todas pop aún así, como Morrissey y Foxygen. Su particular forma de retorcer el mito de Romeo y Julieta, mostrándolo desde la perspectiva de un Romeo que fue el único en matarse, es fabulosa y macabra.
Thank God It's Not Christmas (1974)
También tenían anti-jitazos para la Navidad. Además de fabulosos juegos con la perspectiva y la poca fiabilidad de los personajes que creaban como narradores. Un vivalavida se martiriza sólo en Navidad porque es el único periodo donde se ve "forzado" a pasar tiempo con su pareja, ya que no hay nada más abierto ni ningún otro sitio al que ir. Horrible, horrible todo para un espíritu libre. ¿O no?
At Home, At Work, At Play (1974)
Tras haber madurado bastante su marciano estilo, que además encontró cierto espacio en el mainstream gracias a 'This Town Ain't Big Enough for the Both of Us', los hermanos continuaron la inercia, incluso dando un paso más lejos. En 'At Home, At Work, At Play' juegan de nuevo de maravilla con los constrastes, metiendo unos siniestros golpes de piano por parte de Ron Mael en lo que, en otras manos, habría sido un himno hard rock de estadio sobre el romance.
Get In The Swing (1975)
Sparks eran de Los Ángeles, pero en sus múltiples giros podrían hacerse pasar por una banda de cualquier lugar. Su primera etapa bien podrían haber pasado por británicos. Luego se podían disfrazar a la perfección como una banda de rock transgresivo del Nueva York de los setenta. Y en cuanto percibían que sus jugadas empezaban a tener raíces en las zonas, se daban una vuelta más a sí mismos para disfrazarse de nómadas circenses y dejar con el culo torcido a todo el mundo con cosas como 'Get In The Swing'.
Forever Young (1977)
Por normal general, los Mael evitaban lo fácil. No por desinterés o falta de talento. De hecho, en más de una ocasión mostraron, al más puro estilo Franco Battiato, que podían parir jitazos pop sin sudar demasiado. 'Forever Young' es un perfecto combo de glam puro con incipiente power pop que les mostraba sobresalientes hasta en la normalidad.
Academy Award Performance (1979)
También se adelantaron al movimiento disco y al giro electrónico en la música pop en los ochenta, aliándose para ello con Giorgio Moroder como productor. Su disco No. 1 In Heaven, además de uno de sus trabajos más redondos, explora las inquietudes experimentales de los Mael con los sintetizadores, y cristaliza en gemas perfecta como este feroz y colorido pepino.
La Dolce Vita (1979)
En realidad, de las seis canciones que componen la versión original de No. 1 In Heaven, podrías escoger tres al azar y no fallar. Yo no me puedo resistir a un cañonazo synth tan Moroder, pero también tan retorcido y marca de la casa, como éste. No sólo estaban en pleno apogeo, sino que hicieron los temas que todo cristo haría unos años después.
The Number One Song in Heaven (1979)
Cuatro de las seis canciones que componían este disco fueron hits en listas, incluso cuando se les iba la pinza en temas de siete minutos y medio. Aunque la duración no era un impedimento para hacer una pieza rompepistas que también era capaz de crear una atmósfera encantada y onírica. Eso sí, el surrealismo en las letras sigue presente.
Angst In My Pants (1982)
Sin embargo, la ola synthpop terminaría pillándoles y ya no se encontraban tan por delante de la curva. Su reacción fue un regreso a las raíces modesto en Angst in My Pants, con todavía mucho carácter synth pero con retorno de las guitarras estridentes. Pero lo importante es que tenían restaurado el músculo pop, como mostraron este tema homónimo que, de no haber estado inspirados, podría haberse quedado en termino medio insatisfactorio.
Sextown USA (1982)
El retorno a un toque más guitarrero les salvó de una peligrosa tendencia perezosa. En temas como 'Sextown USA' volvían a tener un mojo muy rock and roll, muy vivo e irreverente. Temas que hacían de Angst in My Pants uno de sus últimos grandes discos. Quizá menos rompedor que otros, pero divertido y fresco como siempre.
Sherlock Holmes (1982)
Probablemente lo más sorprendente de un tema como 'Sherlock Holmes' es su increíble falta de sorpresa. De dobleces argumentales o narrativas, de giros sonoros. Es un tema sencillo y directo sobre el amor que, incluso raro en una carrera tan rara, se siente tan creíble como el resto de sus grandes temas. Es, ante todo, uno de sus temas más hermosos, que muestran que pueden funcionar en cualquier contexto.
When Do I Get to Sing "My Way" (1994)
Con permiso de 'This Town Ain't Big Enough for the Both of Us', probablemente el tema que más consenso puede generar de los Sparks. Tras unos duros 80s y seis años de ausencia, el grupo retorno un poco a la forma con Gratuitous Sax & Senseless Violins, donde saltaron más que nunca a la pista de baile y abrazaron los sonidos house de una forma muy Pet Shop Boys. Todo esto mientras, con su habitual sentido del humor, se hacen de menos por no llegar a ser como Frank Sinatra o Sid Vicious.
Good Morning (2008)
El siglo XXI ha sido más desigual para los Mael, aunque ellos no han dejado de intentarlo, siempre desde su particular visión e irreverencia. Exotic Creatures of the Deep ofreció otro remarcable esfuerzo con inteligentes juegos metanarrativos como 'Lighten Up, Morrissey' o 'I Can't Believe That You Would Fall for All the Crap in this Song'. Pero el tono subidón de 'Good Morning' es sencillamente irresistible.
Edith Piaf (Said It Better Than Me) (2017)
A estas alturas, Sparks parecen estar contentos con ser un verso libre incomprendido, ya que han pasado toda su vida volando debajo del radar. Por supuesto, no caen en la autocomplaciencia, pero ya es más raro encontrar ese tema donde todo hace click y encuentran un perfecto combo de audacia narrativa, composición pop fabulosa y sonido estimulante. Raro, pero no imposible, como mostraron recientemente en la elegante 'Edith Piaf (Said It Better Than Me)'.
¿Te ha gustado el artículo? Si te suscribes a Hipersónica, tendrás más contenido en exclusiva y cada lunes, las críticas de discos de la semana, ordenadas en un cómodo ranking para que no tengas que pensar. Son 2,5 euros al mes y nos ayudarás a seguir haciendo artículos como éste y, básicamente, a sobrevivir en un entorno en el que la publicidad ya no sostiene los medios online. Si te apetece, dale: