La tier list del Britpop
En vivo y en directo, el detritus y la belleza inesperada, ordenados en cómodo ranking para que no tengas que pensar
Hi, personicas:
Tenía que pasar y ha pasado. Igual que los Gallagher se engorilaron para crear Be Here Now, también el discordcito hipersónico lo hizo a costa del Britpop. “¿Jueguen?”, dijo Serge, con un simple enlace:
Y ahí se lió. Pero le vimos problemas a la tier propuesta, porque faltaban muchos discos. Y, además, convenimos en que no tiene mucho sentido hacer una tier del britpop tirando del recuerdo: hay que escucharlo todo otra vez, y escucharlo ahora, y si hace falta morir en el intento, se muere, que para eso nuestros suscriptores pagan menos de cinco euros al mes.
Así que durante todo el mes de septiembre esta será una tier list en permanente construcción. Lo que ahora veis vacío irá cobrando forma, a medida que discografías de grupos tan especiales como Dodgy o Menswear, ocupen mi tiempo.
Os iremos avisando a medida que avance y se actualice. Si muero en el intento, que nadie continúe esto y que donen mi cuerpo, putrefacto e hinchado, a la ciencia ciclista.
Cuaderno de bitácora:
30-08-24; 08:00: añadido Be Here Now, que por narices tenía que ser el primero que re-escuchar.
30-08-24; 11:34: Añadida la discografía al completo de Menswear, que resulta que hay más de un disco de los muy cabrones. Os quiero mucho, pero me odio a mí mismo por haberme venido arriba con esto.
04-09-24; 08:22: dentro el Coming Up de Suede. 09:39: Se incorpora el Fuzzy Logic de Super Furry Animals.
05-09-24; 10:51: añadidos dos homónimos, el de Suede y el de Blur.
Directos al excel
Suede - Coming Up (1996)
Triunfo incontestable al estilo Real Madrid: cuando crees que ya no te queda talento, tiras del poder de la amistad para ganar La Champions y seguir dando asco.
Veamos: Suede estaban en crisis absoluta como grupo antes de grabar Coming Up, tras la salida de Bernard Butler, que al fin y al cabo era el responsable de sus muchos valores buenos como grupo en discos y singles previos. Cómo superar la salida de tu principal motor creativo siempre ha sido una pregunta complicada de responder, excepto para Brett Anderson, que tiró de teléfono para que el guitarrista Richard Oakes, y le dijo "hagamos el mejor disco de hits posible, que quieron poder cantarlos siempre joven, siempre vivo, en cualquier escenario".
Y lo hicieron. Ya no es sólo que recordaran que lo mejor del glam es que era para chavales ('Trash', 'Lazy', 'Beautiful Ones' te hacen más joven con sólo escucharlas), sino que allá donde podrían haber fallado, esta vez ni titubean. Frente a la grandilocuencia anterior, todo esta vez es tan directo que a veces parece naif o directamente pueril: los nananás del segundo plano de 'She', la letra de 'By The Sea', el baladote Bowie de ‘Picnic By The Motorway’ y esa voz que maneja Brett.
En Coming Up, Suede son tan buenos que hasta cuando dan asco estoy enganchadísimo a ellos ('Filmstar', el autoplagio que es ‘Starcrazy’). Son, además, radicalmente diferentes de los Suede anteriores (ha desaparecido la melancolía para transformarse en pura alegría de vivir; los arreglos de cuerdas ya no son exuberantes, sino lascivos). Y tiene dos canciones finales que propulsan el recuerdo del disco (el pop perfecto de ‘The Chemistry Between Us’, la deliciosamente producida ‘Saturday Night’), así que hay que convenir que fueron extremadamente inteligentes mientras lo concebían. Más difícil aún con todo lo que tenían encima.
Salir victoriosos de un cambio así es algo que sólo un grupo en su momento ideal podía hacer. Here they come, the beautiful ones.
Discos que sí
Suede - Suede (1993)
No hace falta explicar mucho a cualquier desconocido sobre a qué suenan y de qué hablan Suede, cuando todo estaba clarísimo desde el inicio de su debut. Los primeros compases de ‘So Young’ son tan decadentes, tan juveniles, tan románticos y tan cargantes si no entras en su juego que no admiten misterio alguno. De hecho, a ellos nunca les ha preocupado demasiado esconder, o poner subtexto a sus canciones, o buscar lo sutil.
Suede eran el grupo en el que Brett dejaba frases morbosas a lo largo del disco sobre su antigua novia, Justine Frichmann (Elastica) ahora que ella estaba con Damon Albarn. Eran los tipos que escribían canciones sobre una niña violada por su propio padre y, como la prensa no lo pillaba, lo contaban en las entrevistas. Eran la banda que titulaba sus canciones con juegos de palabras sobre drogas (amyl nitrate), que las evocaba en sus letras (Let’s chase the dragon), que todo el rato hablaba de estar deprimido y ser joven… El grupo que tenía un líder que jugaba continuamente con decir una cosa y a la vez decir la otra:
“No es fácil hablar de esto porque hay un gran tabú al respecto. La he probado, pero no soy un adicto a la heroína. Siempre ha habido gran fascinación al respecto, pero, claro, yo hablo desde la perspectiva de un no-adicto. Tienes que tener cuidado: no ya en cuánto tomas, sino en cómo hablas de ella, a algunas personas les controla la vida”.
Suede eran obvios, claro que sí, y aprovechaban el encanto del escándalo. Sus letras eran las de unos Smiths mucho más exhibicionistas, menos enganchados a la poesía que a la farra y más acostumbrados a ponerse hasta el culo en la calle que a quedarse mirando el mundo desde la habitación.
Y explotaban cada pequeño palmo de la posible polémica. No en vano, para la portada del disco el grupo hacía referencia al juego sexual ambiguo que Brett llevaba explotando en la prensa desde los singles previos, ese famoso “soy un bisexual que aún no ha tenido una experiencia homosexual”. La sacaron de un libro llamado “Miradas robadas: fotografías de lesbianas”, ¿cómo no va a ser algo así buscado?
Eran pop adolescente sin haber sido diseñado por padres. Aunque les encantaba la música de los suyos. Continúa en…
Discos que OK
Oasis - Be Here Now (1997)
Le sobran más minutos que excusas al PSOE cuando no cumple con lo prometido, pero, amics, el disco que siempre ha sido el tonto del pueblo en la villa Britpop no es ni mucho menos el desastre que recordáis. Sí en su recta final, con unas horrorosas 'It's Gettin' Better Man!!' y aquel sindiós que es ‘All Around The World’, donde simplemente Oasis se convierten en un bug, como los Sims cuando les dejabas en una habitación sin pared o Blur a partir del minuto 1:30 de 'Tender'.
Pero los excesos no son infinitos ni todo el rato. Los Oasis musculados encuentran en 'My Big Mouth' o 'Magic Pie' dos de sus mejores temas monolíticos; la idea de pensar cómo serían Status Quo haciendo shoegaze del single 'D'you Know What I Mean?' (aunque no la acaben de concretar en el lado que nos gustaría) les da para que no te aburras; la estupendísima y ligera a pesar de su extensión 'I Hope, I Think, I Know' es una de sus imprescindibles; y quien esperase una nueva 'Don't Look Back In Anger' tenía dos buenas canciones: 'Stand By Me' y 'Don't Go Away' (excel instantáneo), con un Liam estupendo (quizás lo mejor del disco sea él, junto a ese sonido clarísimo que consigue la producción de Owen Morris).
Según cuanto aguantéis lo que se embarra en su tramo final, o en las más pobretonas 'The Girl in The Dirty Shirt', 'Fade In-Out' (que anticipa muchos de los problemas de discos posteriores) y 'Be Here Now', el tercer disco de Oasis, el que suena a demasiada cocaína, se os caerá más abajo. Y, por supuesto, tenemos todo el derecho del mundo a reírnos de él: si lo vivisteis en su día, el hype incontrolado que se vivió a su alrededor sólo podía responderse con un disco tan fuera de sí como este. Y sí, claro que es muchísimo peor que los dos anteriores, pero es totalmente defendible en su condición de artefacto creado por un grupo tan sobrepasado por la fama que se creyó muchísimo mejor de lo que era en realidad.
Super Furry Animals - Fuzzy Logic (1996)
Tendremos que convenir, si queremos que esta relación salga bien, en que sólo un disco y medio de Super Furry Animals encajan correctamente en la adscripción britpop. Todo lo que viene después es otra cosa muy distinta y, desde luego, con poco parangón entre quienes nacieron en la época de la Cool Britannia y el resto de memeces de la prensa musical británica de la época.
En Fuzzy Logic, un debut acogido estupendamente por la prensa y público de UK pero con frialdad por la mayoría de quienes vivían fuera de las islas (la brecha se empezaba a notar), SFA daban pistas de lo que haría reventar en creatividad su carrera: el gusto por la psicodelia, la libertad en las estructuras, una mano bastante buena con los estribillos, los arreglos vocales un poco desquiciados ('Bad Behaviour' lo resume todo bien, también su amor por el powerpop) y la capacidad para saltar de un estilo a otro sin miedo.
Como debut, tiene un puñado de canciones majas y otro enorme de deudas: a veces quieren ser un grupo indie rock (nunca tengo claro si 'Frisbee' es ramplona o divertidísima), otras se enfangan en unos 70s que aún no dominan nada ('Hometown Unicorn' es a Ziggy Stardust lo que unos macarrones de piso de estudiantes de las 6 de la mañana a la pasta italiana, y eso que los mismísimos Pulp la escogieron como single de la semana cuando se hicieron cargo de la sección en uno de los números de febrero del 96 de NME). Empiezan ya a tirar hilos hacia su futuro ('Gathering Moss', lejos de lo que será) y ya cuadran alguna cosa casi al completo: 'God! Show Me Magic', 'If You Don't Want Me To Destroy You' (qué cercana en todo a lo que hacían Luke Haines y sus Auteurs, con lo lejos que luego estarían)...
Un estimable disco de OK. Por suerte para todos, SFA no se volvieron locos ni se creyeron los elogios que les caían. Su propia capacidad para sobrevivir a un entorno criminal (¡TODO ERA BUENO!) y su lejanía del epicentro del terremoto Brit (desde Gales, como pasaba también con la aún más aislada de la escena Escocia, se veía todo con mucha distancia física y casi moral) fueron imprescindibles para ir dándose forma como un grupo a uno que luego dejaría una carrera estupenda y un solista, Gruff Rhys, muy, muy notable.
Discos que MEH
Blur - Blur (1997)
Los fans del disco odiarán esta posición. Los fans de Blur odiarán que esté detrás de otro puñado de discos que han aparecido y que considerarán peores. Y los perezosos seguirán insistiendo en que este disco puso fin al britpop.
Para mí, y para ellos mismos como confesaban en 'Death of a Party', (The death of the party / Came as no surprise / Why did we bother? / Should have stayed away), el homónimo de Blur es el del momento en querer ser una cosa muy diferente a lo que has construido y te ha hecho famoso. Con Damon cada vez más alejado de Londres, y con la idea de no buscar nada comercial y sí algo mucho más USA (entendido como más indie-rock, más Pavement y Sonic Youth), el-disco-blur pone a salvo para siempre a la-banda-blur: dejarán de ser los niñatos de la prensa para ser ARTISTAS, y será ese cambio el que defina su futuro. Pero nos tendremos que tragar para ello un disco absolutamente irregular.
Es Graham Coxon quien lidera el evidente cambio sonoro. En aquella época ha descubierto y se ha enganchado al hardcore estadounidense y antes, mientras graban The Great Escape, se engancha a los dos primeros discos de Pavement, para aburrimiento (inicial) de Alex James. El propio Albarn conoce a Stephen Malkmus en aquella época. Y en pleno momento de huida personal (tienen que marcharse a Islandia para recobrar la tranquilidad y poder reencontrarse como grupo), su sonido se transforma: 'Country Sad Ballad Man' recoge la influencia slacker, con esas guitarras tocadas como si no quisieras hacerlo y esas voces descuidadas, a ratos como del primer Beck.
En el lado más notable, tenemos a 'M.O.R.', que nos recuerda el talento de Blur para el gancho bubblegum en medio de un sonido más arisco. A 'You're So Great', con sus formas lo-fi y su melodía lemonheads. 'Death of a Party', con un estribillo en el que el disco recupera carnalidad y emoción.
En el lado más fallido, 'On Your Own', uno de sus singles más normalitos. 'Theme From Retro', o la experimentación mal llevada. 'Chinese Bombs'; lo siento pero no. 'I'm Just a Killer for Your Love', una buena turra. 'Movin On', que intenta levantar con cuatro truquitos típico de Blur una segunda mitad que no hay Superman lo suficientemente fuerte que pueda con ella. Y, bueno, 'Essex Dogs'.
Me apena oír 'Look Inside America', perdidísima en medio de un disco en el que parece que no quiere estar (y creada a raíz de que Oasis explotasen en USA mientras Blur giraban por allí, los Gallagher sonando allá donde fueran). Creo que lo que intentan en 'Strange News from Another Star' lo cerrarán mejor en 13.
Manda huevos que, en medio de todo esto, tengan uno de sus mejores singles sentimentales, la portentosa 'Beetleblum', y un himno eterno de los 90, la canción que muchísimos recuerdan como la más importante de un momento concreto de sus vidas, y la única banda sonora posible de un juego de fúbtol (junto a Fatboy Slim): 'Song 2'.
Si no le sobrase tanto gestito innecesario, este disco podría haber sido taaaaan bueno. La duda es si, sin tanto gesto artie, Blur hubiesen sido capaces de sobrevivir (como grupo y como artistas en solitario).
Discos que NO
Menswear - Nuisance (1995) & ¡Hay tiempo! (1998)
Menswear fueron un grupo realmente odioso ya en su tiempo. Hay gente a la que claramente los ves que han llegado a intentar colocarse en las modas sea como sea. Y ellos eran de esos, pero en versión acelerada, de manera que cada paso que daban cambiaba algo: primero eran un poco Blur, luego querían tener la imagen y el carisma de Blur, luego metían un cierto aire a Elastica y, claro, algo de Oasis hay que tener.
Lo peor ni siquiera era el monstruito de Frankenstein resultante, sino que además pasaban por el mundo con la pose de ser la puta hostia. Normal que rápidamente fuesen normalizados como el hazmerreír del género.
Volver a sus discos mantiene la idea de tortura que fue inicialmente. Nuisance es una herida infectada, un disco en el que pasan cosas tan desagradables como el aire punkpop con violines de 'The One', el ripeo en bitrate 10kbps de los Beatles que es 'Sleeping In', el riff de infame-glam de 'I'll Manage Somehow' (su puta madre los singles que nos teníamos que tragar), el acercamiento a 'Comfortably Numb' de sus baladotes asquerosos y cuando va y se ponen a hacer su propio 'Parklife' en el cagarro llamado 'Daydreamer', una canción con la que me dan ganas de escupir a los altavoces. Desde mi misantropía, tengo que admitir que el mundo me ha decepcionado porque en 1995 pensaba que esta sería la típica basura que perdura en FMs adultas. RockFM, creo, aún no la ha descubierto, y el Azkena aún no se ha animado con ellos tampoco.
Eran tan inconscientes y bocachanclas1 que utilizaban sus penosas aptitudes como letristas (hay aquí un verso en lo que supongo que creían que sería su principal hit que dice, y no invento, "and the coffee he drinks is full of caffeine", que para más inri han rimado con "she had problems with his personal hygiene") para intentar lanzar dardos a Bobbie Gillispie, de Primal Scream. Recomiendo la lectura de 'Stardust', la verdad.
Lo de estos tipos era tan malo que su sello de entonces les aprobó la grabación de la continuación de Nuisance, pero al ver los resultados retuvo el lanzamiento de ese segundo disco, finalmente titulado '¡Hay Tiempo!' (sic) y disfrutable (poned eso en todas las cursivas que se os ocurran) sólo en lanzamiento limitado a Japón.
Considero que en el mundo del arte a veces puede parecer a todo el mundo que tú vas conduciendo en dirección contraria y son ellos los equivocados. ¡Hay Tiempo! demuestra que no era el caso de Menswear, que nunca lo sería, que Johnny Dean era el mayor de los mediocres y que, muerto ya el ejército britpop (este disco salió en octubre del 1998), y, por tanto, sin necesidad, ideas o ya ni siquiera ganas de copiar a nadie, Menswear buscaban su propio camino para no ser capaces ni de encontrar la puerta de salida de su casa. El grupo y los discos que te harán imposible defender el britpop.
(Como definir qué es britpop y si algunos discos lo son es conflictivo, abro los comentarios para que podáis añadir aquellos que sean dudosos y que discutamos si tienen que estar o no)
Sin duda, una de las características más extendidas en esta escena. Ahí tenéis a Damon Albarn, en una entrevista de 1992, diciendo cosas como “el éxito en EEUU es ya inevitable para nosotros (..) Creemos de verdad que somos la banda más importante de los 90. ¿Por qué? No puedo darte un discurso muy elaborado al respecto. Todo lo que puedo decir es que tenemos una mentalidad sanguinaria. Somos más listos que nadie”. Insisto: en 1992.
Llegar y besar al Santo Patrón Mr. Modfather Paul Weller y toda su década (junto con sus hijos Ocean Colour Scene)
Y después tenemos a los absolutamente Maniáticos predicadores de las calles. Manics y absolutamente todos sus trabajos (siendo tres o cuatro),.en especial The Holy Bible.
If you tolerate this, your children will be the next.
yo es que el britpop me lo salté directamente así que igual me viene bien la tier-gesta.
mucho ánimo, roberto, que si ya daban pereza entonces, tener que escucharlos ahora debe ser de un cansino que flipas