Hablemos a fondo de Lachlan Denton (Melbourne, Australia). ¿Quién? Da igual si aún no habéis entrado en él, y soy plenamente consciente de lo pequeñas que parecen algunas de las propuestas que os hacemos, pero… ¿por qué si no estar aquí? Si queréis que os hablen de cada pestañeo de Taylor Swift o Rosalía a fondo, tendréis cientos de espacios en internet, y un millardo de SEOs intentando posicionar, ya ni siquiera a mano: ahora es bazofIA sobre bazofia previa.
Casi nadie peleará por contaros lo relevante que es Lachlan Denton para el mundo. Quizás sólo sea cosa nuestra y de un puñado de irredentos más. Pero hay en las canciones del australiano motivos de sobra para a) dejar TODO lo que estéis haciendo durante un rato, b) sentaos y escuchar, c) recordarlas en el futuro, d) contarle a vuestra gente lo absolutamente guay que es lo que encontráis en ellas. Y si no son esos los cuatro pilares fundamentales sobre los que se fundamenta esta casa, ¿cuáles son?
Y, por el camino, nos encontraremos también con Emma Russack. Como ellos mismos, hace ya casi quince años. “Lachlan, ¿puedes recordar cuando y dónde nos vimos por primera vez”, le preguntaba Emma hace un tiempo en una entrevista conjunta a Denton. Y Lachlan respondía con la memoria que se tiene de los momentos que lo cambiarán todo: “Era el 15 de enero de 2011 en Yah Yah’s. Recordaba el concierto y una rápida búsqueda en Google me ha dado la fecha. Recuerdo que pensé que eras muy buena, pero más tarde tú me has dicho que pensabas que nosotros (The Ocean Party) éramos unos capullos. Nuestra relación ha mejorado desde entonces”.
Mejoró tanto que no se puede uno meter en la carrera de Denton sin pisar la de Russack. Mejor, porque en ellas también tendréis motivos de sobra para a) dejar TODO lo que estéis haciendo durante un rato, b) sentaos y escuchar, c) recordarlas en el futuro, d) contarle a vuestra gente lo absolutamente guay que es lo que encontráis en ellas.
Dejaremos fuera lo de Pop Filter porque, aunque Denton forme parte del grupo, es conveniente que dediquemos otro rato largo a estar con ellos. Y tampoco aterrizaremos en The Ocean Party, grupo inicial de Lachlan, donde tocaba la batería. Con ellos edita siete discos en clave indie-rock hasta que decide ir más allá. Es 2018…
Emma Russack & Lachlan Denton - When It Ends (2018)
We're only half of what we choose
If love comes by
Enjoy the spoils
When there's no part in the end that you can use
Just be grateful for the time and all your toil
Acompañado de Emma Russack, Denton lanza su carrera en solitario con un disco que tiene, en realidad, dos caras: la del cantautor que lidia con una ruptura problemática y la del que vive feliz, pero, bueno, vive, con todo lo que conlleva. Las frases, de una madurez rotunda, te van atravesando, viniendo de un disco pequeño: "No eres el único que elige cosas, y está bien cuando te das cuenta de que ya has tenido suficiente". "Pensaba que era más sabio de lo que me tocaba por edad, nunca admití mis miedos, nunca verás mis lágrimas, no significa que no sea sincero".
Pronto nos queda claro de qué va el disco. 'Backseat', dolida y con un delicado piano punteando la atmósfera que crea la lúgubre guitarra, da paso a la ligera, indie-poppie, 'When It Ends', a la vez optimista y apesadumbrada: "sí, fui la mejor, pero aquí se acaba esto". Ese cambio será el que domine gran parte de un recorrido que trata, como cantan en en 'Time Again', de las personas que nos pasamos la vida buscando sentidos y significados en las canciones.
Cuando Emma está en primer plano, Lachlan parece casi atmosférico. Cuando es él quien lleva la voz cantante, ella aparece para salvarle de sus penas. La sensación es más intensa, más dramática (escuchad 'Ice', o la casi slowcore 'When'), de lo que será en discos posteriores, pero ya aparecen rayos de luz: la zona final de la preciosa 'Time Again' (prácticamente desde que Denton dobla su voz de manera distinta); las guitarras que propulsan, tímidas, la existencialista 'Choices' (Well, we carve out what we can / And you hold on to your friends / You're gonna lose some in the end / You can't see around the bend / We're scared of change / But you don't always get a choice); la gloriosa, mínima y un poco JonathanRichmaniana 'Plans' (con sus desopilantes "no hago planes, sólo los acepto", "does wisdom come with age?" y su yiiihaaa final).
Un disco guay, con vocación de ser pequeño, también consciente de su condición de obra artística ("I'm confusion, fact and fiction"), que sólo se despereza en 'Far Away' para volver prontísimo al redil. Debería hacerte sentir triste, pero es acojonante cómo me acaba sacando siempre sonrisas.


