Llegas un día a casa, completamente revolucionado después del primer día de colegio. Ponle que estás en segundo o tercero (de EGB o Primaria, al gusto). Tu madre lo percibe, que para eso es tu madre y te ha parido. En principio no le da demasiada importancia, pero al notarte callado durante la merienda, como ensimismado, indaga con mayor ahínco. ¿Quizás…
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