Mira 2022: cajas de ritmo de combate y clásicos de siempre en una edición para el recuerdo
Hace una semana estábamos flotando con gente muy seria. Un punto de inflexión para el festival tras los cambios del recinto y un cartel antológico. Ahí lo que nos pareció
Tras el anuncio de abandonar Fabra i Coats para desplazarse a la Fira Montjuïc, el histórico gran recinto de la electrónica en Barcelona por ser la sede del Sónar, y después del avance de los principales nombres de esta edición, el Mira Festival de 2022 prometía ser una de las mejores ediciones que se recuerdan. Unas expectativas que se cumplieron ampliamente, en un recinto más grande, aunque acotado, sin colas importantes, y esta vez de nuevo apostando por el tema de las exposiciones digitales. De Clark a Dame Area; o de Squarepusher a Caterina Barbieri, el pasado fin de semana fue una ventana de referencia a la electrónica de ayer y de hoy.
Como ya llevamos haciendo en Hipersónica SA un tiempo, pasamos a narrar los acontecimientos en formato tier list para hablar de las sensaciones del evento, si bien es cierto que ante lo visto y el nivel, no lo negaremos, está un poco descafeinada. Lo único en lo que hará mella será en que estamos ya metidos en nuestra rutina laboral, lejos de ese elenco de artistas. Pero oye, es sábado. Buen día para repasar lo que vimos.
Viernes 11
Directos que Excel
Alva Noto: Había expectativas con el veterano productor germano. Más habida cuenta de actuaciones en los días previos en otros festivales que ese siempre agradecido Twitter Electrónica™ comparte para poner los dientes largos. Y así es como llegado el momento, antes siquiera de llegar a las 21:00 horas, allí estaba Noto impartiendo medicina sin contemplaciones. Lejos de apostar por una línea de un glitch más tendente hacia lo experimental, dentro de todas las líneas que ha explorado durante 25 años, se fue hacia el glitch, pero más como aderezo. Apostando más a ese minimal techno de sonido firme y pulcro. El clásico sonido Raster Noton. De temas del gran Unieqav a clásicos revientapistas dentro de ese marco notoniano, como el ‘Plastic Star’ de Byetone, el alemán repartió esa estopa sofisticada y sencilla en la que jugó con las frecuencias, texturas glitch y después un bombo seco para que el personal se viniera arriba. Y así en diversas ocasiones, cada vez más y con mayor intensidad. Quizá no esperábamos tal sacudida a las primeras de cambio. Un despliegue acompañado de esos visuales coloridos que le suelen acompañar. En apenas cuarenta minutos había dejado claro que iba a ser de lo mejor de todo el festival.
Orbital: Sin duda una de las grandes actuaciones esperadas de la noche, congregando a veteranos de aquellos que lo vieron en los primeros Sónar y a generaciones jóvenes con ganas de tachar de la lista clásicos pendientes. Casi 30 años después, y con sus clásicas gafas, los Hartnoll se dieron un buen festín de acid y techno mientras los visuales proyectaban construcciones lisérgicas acordes a su discurso habitual, combinación de clásicos como ‘Satan’ o ‘Chime’ para después salirse por la tangente y juguetear con temas por ejemplo de las Spice Girls. Cuestión por cierto que no evitó que alguno se pasase al otro escenario —más puretismo que los propios artistas—. En cualquier caso, un live potente, divertido, como lo hacían hace una década, cuando eran habituales en festivales por España, y como hicieron en uno de esas míticas actuaciones también en Barcelona en 1995. Adjunto a esa parte más acidorra, no faltaron los momentos para la sanación, metiendo ese clasicazo de la vida como ‘Halcyon and On and On’ dentro de la sesión. O ‘Belfast’. Momentos para el disfrute y la comunión colectiva. Para finalizar, retomaron de nuevo el músculo y cerraron con ese torbellino que es ‘Lush 3-2’. Y claro, después uno de los hermanos se acercó a saludar a la primera fila. Esos reencuentros siempre son bien.
Directos que Sí
Caterina Barbieri: Solapada con Rother, el suyo fue un directo de tomo y lomo, interpretando cada tema. Ataviada de un sofisticado brazo metálico en su corpiño, tuvo un inicio muy marcado por ese sonido analógico que le define, calentando motores mientras iba optando por temas de cada vez más grosor. Electrónica progresiva que sonaba perfecta con piezas como ‘Pinnacles of You’ de Ecstatic Computation. Sugestiva, y con un toque de dramatismo por la emoción que evoca su música, demostrando que es una fiel escudera de ese sonido de la Escuela de Düsseldorf.
Michael Rother plays Neu!: Un concierto sencillo, sin florituras, Rother y su equipo interpretando en directo el revolucionario sonido de Neu!, predecesor de tantas buenas cosas. Con la única sencillez de unos focos, ya se encargó su krautrock de ir subiendo progresivamente el ritmo y sus hallogallo. Un directo con algún que otro rockero entre ese público pistero, viviendo el momento, historia de la música. En algún momento sonó quizá más flojo de lo esperado, pero quedaron patentes esos pasajes de cierto éxtasis con los ramalazos de psicodelia entre unos barridos de guitarra que se metían en tu cabeza y no querían salir. Un recorrido histórico que acabó con todo el mundo haciendo el headbanging a base de acid y ritmo motorik.
Beatrix Weapons: La suya fue una de esas apuestas importantes, artistas jóvenes con mucho recorrido por delante, y el rato que estuvimos presentes, se notó. De todo el estertor del vaporwave, lo suyo tiene algo más. Una propuesta de contrastes, con los sonidos cristalinos y la intensidad emocional y de breaks de temas de este año como ‘Nothing Can Destroy Our Deep and Calm Soul’, a cambios de ritmo repentinos que cambiaban el tamiz sonoro. Con un sonido grueso, contrastando después con esos agudos, fue corto, pero intenso. Una presentación para muchos que sirve como marcado en rojo para seguir su trayectoria futura.
Soft Crash: Una buena alternativa para los herejes que pasaban de Orbital. Buena y muy legítima, porque la escapadita que por allí estuvimos, el dúo de Pablo Bozzi y Phase Fatale sometió a los presentes a base de mucho sintetizador oscuro, de electro pesado del que martillea de forma constante y sin respiro. Un directo bruto, especial para los acérrimos de ese sonido grueso y crudo. Traje EBM a medida. Sin apenas vocales, salvo voz de punisher, si en estudio molan, en persona el efecto de su propuesta se multiplica. Imperdibles para otros contextos (como en los que no se solapen con un clasicazo).
Blawan: Hubo sensaciones encontradas con Blawan, aparte de que acabaron demasiado pronto el set, lindando quizá con el OK, por un lado no tiraron de lo fácil, la zapatilla y el technazo, pero por otra por la hora, quizá el cuerpo pedía algo más de tempo. Que sin duda hubo momentos para el desparrame y ese techno orgánico de graves potentes y sonido distorsionado, pero perdía cuando entraban en las transiciones hacia siguientes temas, bajando el pistón. Eso sí, la parte visual, un alucinaje, desde las proyecciones psicotrópicas, hasta los alienígenas, pasando por los Teletubbies. A ver quién no compensa con eso.
Sábado 12
Directos que Excel
KMRU & Aho Ssan: Que Limen es uno de los álbumes del año lo tenemos claro por aquí. Quedaba ver qué tal en directo, con la combinación del ambient del keniata y el drone y dark ambient del francés. Pocas dudas con el resultado. Si bien la entrada al recinto, con el inicio ya empezado, suponía sentir cómo todo retumbaba literalmente por fuera, tan solo quedaba la experiencia in situ. La clásica actuación del Mira con el personal sentado, en este caso para absorber los atronadores decibelios del dúo. Un repaso a los tres temas que nuclean el trabajo, en un lento y corrosivo in crescendo, mientras acompañaban el sonido con esos volcánes en erupción que yacen en la portada. No solo destacando en la potencia, sino en la rugosidad y detalle del sonido, en esas capas secundarias que le dan valor añadido. Hacia el último cuarto de hora del directo fueron bajando la potencia para pasar a proyectar imágenes urbanas, de decadencia, mientras el drone daba paso a un ambient liviano; la calma después de la tempestad. Veni Vidi Vici. Chapó.
Voices from the Lake: Y de un dúo nuevo a uno con algo más de tiempo. Donato Dozzy y Neel dieron un ejemplo de maestría, de sublimación de lo que es un desarrollo en directo. Sin visuales, tan solo con luces, y aún con poca gente ante ellos, fueron construyendo pacientemente su directo de ambient techno al que iban añadiendo sencillamente nuevas capas; melodías orgánicas que iban creciendo, dejando que crecieran para entonces ir metiendo unos sutiles bombos que iban moviendo al personal. Un live de sonidos orgánicos, de inicio lento y sugestivo que fue acabando con un par de marchas más. Dejaron clara la veteranía con un set sencillo pero efectivo. Capa + capa + capa hasta la victoria final. Entre medias, pequeñas melodías de líneas elocuentes que añadían textura a su sonido. Eso sí que fue Italians Do It Better.
Clark: Otro de los platos fuertes de la jornada, regreso al festival tras varios años, para interpretar Body Riddle (Warp, 2006), uno de sus mejores largos. ‘Herr Bar’, ‘Herzog’, ‘Ted’, ‘Vengeance Drools’… Como se podía prever, el productor británico se hizo fuerte en la parte más melódica del disco, a su vez, la parte que vertebra y caracteriza su sonido IDM. Unos temas también planteados en un formato live, sin dejar lugar para respirar, acompañados de unos visuales, ya tópico en este festival y edición, pero es así, brutales. Imágenes a veces truculentas, psicodélicas, solapadas, con deformaciones que acompañaban ese sonido emotivo y eléctrico, con arpegios sonoros que metían matices al directo. Tuvo que hacer un parón forzado y repentino por una atención médica, eso sí, llevada por la organización sin armar mucha historia. A los diez minutos, todos de nuevo para ver el final de Clark, que no pudo evitar colar algún que otro tema fuera del veterano disco, como alguno del nuevo, ‘Frau Wav (Brief Fling)’, una versión en cualquier caso de Body Riddle, o ‘Banjo’ de su homónimo disco de 2004. Un poco de músculo que nadie iba a rechazar. Acabó, como otros, tirando de amen breaks para meter un poco de tempo al momento. Directo completísimo.
Dame Area: Uno de los mejores directos de todo el festival. Ya veníamos advirtiendo de ello, era uno de los imperdibles, y si había que perderse un poco de Squarepusher era por el dúo de Barcelona. Viscerales, ritualescos, con sonidos primigenios a lo Esplendor Geométrico y otra veces con bases rítmicas eléctricas y sin dar descanso, a lo Fasenuova. Un espectáculo el de Víctor y Silvia, que además de ser una excelente frontwoman, rebosando actitud, acabó también gritando entre el público. Sobre el escenario y proyectándose al público, entre él, o con las baquetas y la batería electrónica y cacharrería analógica, fue un trance colectivo. Un desparrame de actitud en el que repasaron temas de su último álbum como ‘Vivo e Credo’, o su EP Esto Me Pertenece, de donde cayó ‘Ister inan, ister inanma’. Cajas de ritmo de combate. Eso sí, la parte más impresionante fue la que viró hacia esa parte más directa de anteriores lanzamientos, con un sonido más primario y tranceístico, con piezas para sudar como ‘Scopri Le Tue Passioni’. Minimal synth para doblegarlos a todos.
Squarepusher: Y claro, cuando entras a Squarepusher, el señor Jenkins estaba desatado, castigando al personal a base de drill&bass como buen veterano, con breaks salidos de madre, cada vez más acelerado. Triturando la melodía mientras detrás tenía visuales ultra cloridos y geométricos, a ratos con el arranque de los juegos del MAME. Quizá el alto ritmo llevado por el resto de antecesores, tanto del sábado como del viernes, hizo que desde el primer momento se pusiera a tope, si bien es cierto que es habitual que meta caña en directo. Pero lo suyo fue puro braindance. Rescatando ese término que él y otros de aquél Warp de los 90s empezaron a desplegar. Como es ya tradición, después sacó su bajo eléctrico, bajó el ritmo y nos llevó a todos por un paseo en una plácida montaña rusa donde dejaba parte a su sonido más melódico, de ambientación suave, con un breakbeat más ligero. Momento de relax y viaje después de un live loquísimo. Exultante. Nunca falla.
Directos que Sí
Bodgan Raczynski: Para terminar con los lives, el bueno de Bogdan, sin luces, todo a oscuras, emulando un club, optó por tirar de IDM, pero no del de su último álbum o de anteriores más experimentales, sino del más agresivo, plagado de sonidos retorcidos, que por un momento aquello parecía el ‘Rollin & Scratching’ de Daft Punk. Como dirían los buenos amigos de Murcia, a pajera abierta. Bombo potente, presets retorcidos y algún break para adornar una IDM que de melodía tuvo poco. Si el polaco pasó del live y se hizo un set, es posible. Pero fue directamente con la quinta y sin piedad.
Menciones especiales finales para esa gente a la que ves de pasada, como lo de Loraine James, entendiendo el momento y no optando por sus ritmos rotos, sino por una propuesta más progresiva y elocuente, en sintonía con su último largo. O el techno contundente y asalvajado que estaban patrocinando Animistic Beliefs. Damos fe de la zapatilla que quemamos también a final de cada noche con los bombos bien marcados, el UK Bass y el siempre eficiente uso de los amen breaks entre los Special Request, Djrum y sus tres platos o Mell.