Mozo dominguero #35: New Order - Brotherhood
Por supuesto que se puede defender a New Order a través de sus discos. Y no hace falta acudir a la ficción o a Substance
Autor: New Order
Título: Brotherhood
Año: 1986
Género: New wave
País: Reino Unido
Discográfica: Factory
Proliferan estos días largos hilos recopilatorios sobre las mejores camisetas de la historia de la Eurocopa, sus mejores momentos, los goles más espectaculares, las jugadas más memorables. Huele a verano y huele a fútbol, a torneo al término del colegio, a largas tardes de junio observando las improbables heroicidades de Hungría o la República Checa, a un tiempo detenido en torno a un rectángulo verde. A nada más en lo que pensar, excepto Eurocopa y evasión.
Como es habitual, a cada cita futbolística le sigue el recuerdo de 'Three Lions', la canción que The Lighting Seeds compusieron en 1996 para la selección de Inglaterra, anfitriona del torneo. Aquel año, como todos los demás, Inglaterra entregó a sus aficionados una profunda y sonora decepción. Pese a todo, la canción se reintegró en el acervo popular en 2021, con motivo de otra Eurocopa local, fruto del infausto cántico "it's coming home", profecía jamás autocumplida.
Más allá de la cábala futbolística, la canción ni siquiera es la más brillante compuesta para la selección inglesa. Seis años antes, New Order ya habían publicado 'World in Motion', una canción que ha sobrevivido mejor al paso del tiempo. Titulada originalmente 'E for England' —una nada disimulada referencia al éxtasis que la FA decidió vetar—, la composición resumía las virtudes de unos New Order por aquel entonces en la cima de su poder: el enigmático bajo de Peter Hook, la melancolía de Sumner, el propósito bailable, la maestría de sus sintetizadores.
Escuchando 'World in Motion' uno se pregunta si hubo alguna vez un grupo más alucinante, más pleno, más en sintonía con la cultura de su tiempo. New Order fueron los ochenta y los ochenta fueron New Order. Es posible explicar todos los avatares de aquella década a través de sus canciones: la epopeya química de la Haçienda y de una Inglaterra que huía del horror thatcherista en la pista de baile; la síntesis de la nueva ola, del post-punk y del mañana digitalizado; el futuro y el pasado aunados en un solo estribillo. Se podía bailar y llorar al mismo tiempo.
Cabe preguntarse qué fue y cuándo termino New Order. Sobre lo segundo no hay un consenso claro. Cuando Muchachada Nui parodió a Robert Smith acuñó una frase muy divertida: "Un día vi un punto brillante en el horizonte, y era mi talento, que se alejaba". Para mí, ese día es el 31 de diciembre de 1989, pese a que esta postura genera una gran controversia. Lo mismo que vale para The Cure vale para New Order, no por casualidad los dos grupos que bien podrían definir todo lo que los ochenta nos entregaron en toda su gloria.
Acotado ese discutible espacio, el que va desde 1980 a 1989, ¿qué fue New Order? ¿Un grupo de singles o un grupo de discos?
Mi respuesta aquí siempre ha sido clara: de singles, aunque esto contravenga mi tesis anterior por obra y gracia de 'Regret' (1993). Hay otros grupos británicos cuyo legado se entiende mejor a través de las canciones que de los LPs, pero pocos tan evidentes como New Order. El suyo fue un tiempo líquido y noctámbulo, hedonista y crédulo, plagado de irregularidades, pasos en falso y errores. Incompleto. Los ochenta fueron el fogonazo increíble de 'The Perfect Kiss' mucho antes que Movement, y está bien que así sea.