Cortando cabezas en medio de la plaza del pueblo
Hay algo fascinante en el sufrimiento ajeno. En la violencia gratuita. En el ensañamiento innecesario. Por supuesto, esa fascinación camina de la mano del asco, de la ofensa y de la denuncia, pero, con todo, ahí está. Seguimos consumiendo películas de extraordinaria violencia y, a pesar de que se avise pre…