Cualquiera que tenga más o menos registro del historial hipersónico sabrá que tenemos mucho cariño por aquí a Paradise Lost. No sólo son una banda esencial del doom metal, reyes absolutos de esa variante gótica que en cierto modo es un sonido asociado principalmente a ellos y My Dying Bride (y los primeros Anathema, pero decidieron salirse de la competición). Fueron una banda clave en el metal de los 90.
A día de hoy no puede parecer que una banda como ella fuera capaz de tener trascendencia mainstream, dadas las características intrínsecas del doom metal, pero la tuvieron, fueron una banda con cierta atención y hasta pudieron aspirar a más. Hoy día son una de las bandas veteranas de género pesado que mejor están envejeciendo, pasando por una etapa todavía llena de vigor y calidad sin necesidad de la reinvención extrema. Por ello mismo, repasamos su discografía en nuestro clásico formato de tier-list, que se queda tal que así:
MEH
Lost Paradise (1990)
Believe in Nothing (2001)
Symbol of Life (2002)
No fue todo llegar y besar el santo. Lost Paradise sigue todavía los patrones del conocido como death doom, esa variante que, en vez de seguir directamente la vena Black Sabbath que explotaron Saint Vitus o Candlemass, llegó al doom por un camino más extremo y siniestro cuyo ADN sigue en parte integrado en los grupos de entonces. Les falta, eso sí, la emoción y energía que hizo precisamente accesible su estilo, quedando aquí sólo una lentitud áspera y errática.
Y en lo errático entra también su etapa considerada de manera casi unánime como la más fallida. No por ello es terrible. Believe in Nothing y Symbol of Life fueron otros intentos de modernizar el sonido de la banda después de una recepción desigual de su salto al electropop (del que ya hablaremos), pero con cierta tibieza. Las guitarras pesadas sonaban a compromiso, a disculpa por haberlas dejado de lado por los sonidos sintéticos, y no terminan de tener las canciones que justifiquen la aventura.
OK
Shades of God (1992)
Paradise Lost (2005)
In Requiem (2007)
Medusa (2017)
Shades of God es un caso curioso. La clase de disco menor que llega en medio de dos de las obras más trascendentales de la historia del grupo en cuestión. Alguno lo podría elevar al SÍ, y no haría mucho empeño en contradecirlo, pero no hay demasiado a lo que agarrarme (bueno, quitando claro 'As I Die'). De nuevo, puede ser que lo esté haciendo de menos porque tanto el anterior como el posterior con excelazos de los que por supuesto hablaremos.