A estas alturas de su carrera Pink Floyd ya habían muerto de éxito y de egos, y The Wall fue lo que el propio título del disco significa, una pared, un muro del que después la banda no se recuperaría y, es más, comenzaría una agonía lenta que acabaría poco después de la marcha de Roger Waters.
En 1983 recibimos The Final Cut y Pink Floyd nos regaló otro …