¿Por donde empiezo con... Billy Wilder?
"Si vas a decir la verdad a la gente, sé gracioso o te matarán".
Para muchos, el cine clásico es algo con lo que no vale la pena ni molestarse, ya que les resulta imposible conectar con él. Sea por ritmo, por temáticas envejecidas, por el estilo de las actuaciones o porque directamente el blanco y negro les hace poner los ojos del primer color. Pero yo creo que es cuestión de encontrar las películas correctas con las que empezar a conectar y de ahí ir comprobando cómo sus detalles siguen marcando mucho del cine contemporáneo.
Quizá lo necesario sea encontrar los autores correctos. Con suerte, este será uno de varios Por dónde empiezo con que aborden cineastas con películas anteriores a 1970 que, con suerte, puedan ser de interés. O, al menos, entretenidos. Y Billy Wilder es uno que es capaz de ofrecer esto último, ya sea por su trascendental aportación al género de la comedia o creando estupendos dramas, exquisitos ejercicios de cine negro u obras absolutamente trascendentales. Sea lo que sea, es un cineasta lo bastante versátil para tener algo que te pueda conquistar.
Una biografía breve
Nacido en una modesta ciudad polaca durante el imperio Austrohúngaro bajo el nombre de Samuel Wilder, el joven tuvo una infancia donde ya destacaba por su irreverencia y su naturaleza caótica bien pensada. Dejó de lado el negocio familiar de hostelero para dedicarse en un principio a ser reportero, cubriendo diferentes áreas en varios periódicos, desde deportes hasta cultura y sociedad.
Le apasionaba escribir y también la posibilidad de viajar a Estados Unidos, y tuvo la suerte de poder cumplir ambas y encima de la mano. Antes de eso tuvo la oportunidad de trabajar en un periódico alemán, que no sólo afiló su escritura sino que le sostuvo hasta poder dar el salto a las películas. Sus primeros trabajos fueron alabados dentro del nuevo objetivismo alemán que sucedió al expresionismo de Murnau o Fritz Lang, y sus guiones llamaban la atención de otros grandes como Ernst Lubitsch.
Ambos tuvieron que emigrar a Estados Unidos con la llegada de Adolf Hitler y el III Reich, que terminó asesinado a casi toda su familia materna por su raza judía. Allí, Wilder logró introducirse en el Hollywood dorado y volverse un cineasta completo, que escribía y dirigía además de hacer películas de todo tipo.
Las claves
Influencias: Ernst Lubitsch, Erich von Stroheim (uno de los primeros autores del cine), la perspectiva extranjera.
Sugerir con el cine: "Hacer películas es un poco como entrar en una habitación oscura. Algunos tropiezan con los muebles, otros se rompen las piernas, pero algunos vemos mejor en la oscuridad que otros. El último truco es convencer, persuadir".
La importancia del humor: "Si vas a decir la verdad a la gente, sé gracioso o te matarán".
Que el espectador no se aburra: "Tengo diez mandamientos. Los primeros nueve son: no aburrirás. El décimo es, tendrás el derecho al montaje final".
Pero tampoco lo trates de tonto: "Un consejo de Lubitsch: Deja que el público sume dos más dos. Te amarán para siempre".
Claves para escribir un guión compartidas con Cameron Crowe.
Colaboradores habituales: Jack Lemmon, William Holden, Shirley MacLayne, Marilyn Monroe, Audrey Hepburn (actores), Charles Brackett, I. A. L. Diamond (guionistas)
Puerta de entrada: El apartamento (1960)
En una filmografía tan variada, es complicado escoger una película que condense todo lo que puede hacer, y al mismo tiempo sea lo bastante accesible para que el neófito entre sin miedo. No obstante, si hay una elección clara en la se puede entrar sin asperezas y que además tenga su ingenio, su exquisitez narrativa y su habilidad para dibujar personajes fabulosos. Es justo su película más popular.