Hipersónica

Hipersónica

¿Por dónde empiezo con...?

Por dónde empiezo con... Sebadoh

C-90: hora y media de música para entender a Lou Barlow y su gente

P. Roberto J.
Nov 09, 2025
∙ Paid

“Creo que la música vale para eso: si quieres que algo ocurra, vas y haces una canción sobre ello”

Todo empezó con ‘Poledo’ y con ‘Lose’. Lou Barlow escribió esas dos canciones en el segundo disco de Dinosaur Jr. Se tiró meses adecentando ‘Lose’, un trallazo eléctrico con espacio para el guitarheroismo de Mascis, antes de atreverse a enseñarla al grupo. Pero, además, probó qué podía hacer con su propia grabadora portátil y un par de micros baratos. Así construyó un collage que llamó ‘Poledo’, una canción que Barlow escribió porque quería que pasara algo: quería ligar. Y lo consiguió, por cierto, pero no fue lo único que logró.

Lou afirmaba para Michael Azerrad en This Band Could Be Your Life que, en un momento determinado y después de mucho tiempo de sentirse bien en segundo plano, comenzó a descubrir que tenía algo de ego. Fue, más o menos, cuando los Dinosaur Jr originales comenzaron a irse al garete, la época en que Mascis firmó el contrato con SST que dejaba sin royalties a Murphy y a Barlow. Y ahí fue también cuando comenzó a distribuir Weed Forestin’, una cassette de chorrocientas canciones (depende de la versión, 23 en la más habitual) bajo el nombre de Sebadoh.

Aquel apelativo no significaba nada, era sólo una palabra sin sentido que a Barlow le gustaba cantar en sus canciones. Y le gustaba tanto que acabó por bautizar el que sería (y aún es) su proyecto vital en la música.

El don sútil de Lou Barlow

Remember this: I possess a subtle holy gift

I’m always here; never changing, scared, and half-sincere

I’m obsessed to share with you the noise that I love best

Let me in, then we’ll sing together just like friends

Doooo do do do do doooooo

(‘Subtle Holy Gift’)

Lou sólo quería cantar contigo, compartir su don… su vicio, más bien. Al principio, tiroteaba a sus propias canciones porque era la única manera que encontraba para sacarlas fuera. Autodefinido como terrorista folk, por eso sus primeros discos son tan poco accesibles: porque en el fondo no podía permitirles nacer cómodamente.

No es nada raro, por tanto, que las canciones editadas en ese primer cassette sean, para una parte del núcleo duro de fans de Sebadoh, de lo mejor del grupo. Nunca el posicionamiento estético va estar tan en consonancia con la ética del grupo. Si Lou Barlow era aún un compositor a medio hacer, sus canciones no habrían podido sonar sinceras si las hubiese pasado de cocción. Cierto: la trampa en la que se entra por cosas así, fingir algo que no eres, es de órdago, y gran parte de la carrera del grupo consistirá en encontrar modos de salir de ella. Pero, a cambio, Weed Forestin’ (más tarde Freed Weed al colisionar estas canciones con las de The Freed Man) forman por sí solas un opus para definir todos los recovecos del lo-fi.

This post is for paid subscribers

Already a paid subscriber? Sign in
© 2025 Hipersónica
Privacy ∙ Terms ∙ Collection notice
Start your SubstackGet the app
Substack is the home for great culture