No hay quien pueda frenar a The Flaming Lips, ni siquiera ellos mismos cuando dejan que los diminutos que viven en sus cabezas manejen la nave con el descontrol por bandera. Por eso mismo es mejor desistir, sobre todo porque son capaces de hacer algo extremadamente bizarro y, sin embargo, que sea el disco que mejor define el año 2013 (o eso dice probert…
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