Por dónde empiezo con... The Saints
El alfa y el omega del punk australiano, el subidón de finde por antonomasia
Cualquier día puede ser adecuado para dejarse de hostias y comenzar a pasarlo en grande que volviendo a los discos de The Saints, el alfa y el omega junto a Radio Birdman del primitivo punk australiano que tantos momentos gloriosos ha legado desde entonces. Es una lástima que haya que hacerlo diciendo adiós, aunque nunca se dice adiós a los músicos: siempre pueden seguir estando tan frescos, jóvenes y lozanos como cuando te sacan las entrañas.
¿Y esto a qué suena?
Australia es otra cosa diferente. No digamos ya Nueva Zelanda. Todo lo que llega allí lo hace tarde, y los grupos locales se encargan de descuartizarlo y reconstruirlo desde su propio punto de vista. Hay paralelismos británicos y norteamericanos, pero Australia es lo más. Y generalmente es un subidón tras otro, basta con mirar lo que ha estado pasando recientemente en Melbourne (Total Control, Exhaustion, ¡Pop Singles!, New War, Dick Diver y un montón más).
Y entre todos los subidones, el de The Saints es el más glorioso. Suenan a farra, a cerveza, pero también menos primitivos que la primera ola del punk británico. Suenan desafiantes pero no cabronazos. Ansiosos y entregados al ritmo. Con un saxo glorioso. Con una capacidad para hacer melodías que a veces parecen un grupo perfecto de Power-pop. Suenan a querer comerse el mundo y que la única manera sea desgarrarlo a bocados. Mientras Radio Birdman son una apisonadora de la que a veces quieres alejarte por miedo a que te aplaste, The Saints son el colega con el que quieres agarrarte del hombro y hacer el gilipollas.
Suenan a viernes. A viernes noche.