¿Cómo se pasa de ser uno de los principales artífices del movimiento Dogma 95 danés a estar nominado al Oscar a Mejor director? Pasando por otras 14 etapas distintas entre medias. La carrera de Thomas Vinterberg es tan extraña como fascinante, tan irregular como fulgurante en sus picos. Otra ronda, su última película, le pone en otra situación diferente de las muchas por las que ha ido pasando. Tantas que se hace complicado resumirlas o resumir su estilo en unas pocas de sus películas. Pero nos apasionan los retos, así que allá vamos.
Celebración (1998)
La primera película Dogma oficial, en la que cualquier intento de artificio o realce de la imagen es tirado completamente por la ventada... para su beneficio. Celebración es una película tremendamente incómoda, por la naturaleza de su historia (con la gran bomba revelada pronto) y por cómo no teme meterse en ciertos histrionismos pensados para poner a sus personajes deplorables y ricachones a la altura del betún. Pero logra ser realmente incómoda por su propio estilo, casi del primo que se ha comprado una cámara y decide rodar todo el cumpleaños del yayo, y que consigue meterte en todo el embrollo como si fueras un invitado más.
Más como esta: Cuando un hombre vuelve a casa (2007) y La Comuna (2016).
Todo es por amor (2003)
Su experimento dogma fue tan aplaudido y comentado, que Vinterberg decidió tirar todo eso por la borda a la primera oportunidad que se le otorgó a causa de la atención recibida. Su "cheque en blanco" fue un drama romántico y de ciencia ficción con algunas de las estrellas más excitantes del momento, donde queda una interesante puesta en escena de su anterior película pero busca ser casi lo opuesto en tratamiento de la imagen y de la narración. Sus ambiciones y estilo no llegaron a casar del todo, haciendo una película confusa y hasta irritante donde se nota que Vinterberg no tenía del todo claro lo que iba a contar.
Al menos dejó una anécdota maravillosa, donde Vinterberg pidió ayuda a Ingmar Bergman en mitad de producción para que le ayudase a pulirla y su reacción fue recordada por el danés así:
Se rió a carcajadas y dijo que tenía que estar loco. No había nada que le interesara menos. Y también dijo que yo era un idiota que no había decidido lo suficientemente rápido qué hacer después de 'Celebración', que, por cierto, calificó de obra maestra. Fue una conversación muy disputada.
Más como esta: Querida Wendy (2005).
La caza (2012)
Qué complicado hacer una película así que no caiga en un tufazo a "¡Denuncias falsas!" y en un histrionismo muy poco recomendado. Pero la madurez creativa de Vinterberg aquí resuelve todo con mucho acierto, centrándose más en los aspectos más humanos y en lo fácil que es envenenarlos. El danés logra reflejar a los lomos de un excepcional Mads Mikkelsen (que se repite tanto que suena a parodia, pero en cosas así recuerdas lo actorazo que es) cómo se rompen las relaciones hasta el punto de lo irreparable y el dolor que queda latente después.
Más como esta: Submarino (2010) y Otra ronda (2021).
Lejos del mundanal ruido (2015)
Quizá lo menos esperable es que Vinterberg haya también pasado por películas más académicas y hasta más pensadas para complacer al público medio. Dramas bélicos históricos, viajes por carretera o también cine de tacitas como hace en esta adaptación de la novela de Thomas Hardy. Esta versión más artesana del danés resulta interesante y beneficiosa para un film que muestra cierta convencionalismo, pero termina siendo muy eficaz y de emoción genuina.
Más como esta: The Biggest Heroes (1996) y Kursk (2018).