Tier list 16 de abril: what about the voice of Cindy Lee?
Los discos de la semana, ordenados en cómodo ranking para que no tengas que pensar
Hi, personicas:
Nueva semana, nueva tier.
Directo al EXCEL
Maya Beiser X Terry Riley – In C
Género: El minimalismo de Terry Riley con chelo y loops
Hace ahora 60 años, Terry Riley compuso In C, una de las obras seminales del minimalismo. Una obra nacida para ser interpretada por cuantos músicos quisieran, con 53 pasajes de distinta métrica que cada instrumentista podía interpretar casi a su libre albedrío. La única condición, seguir el orden, y obviamente, que la nota fuese el Do Mayor; ‘C’ para los anglosajones. Ahora la violonchelista Maya Beiser, como tantos otros antes, hace suya la composición para interpretar la gran composición de Riley, cosa que se ha hecho con todo tipo de instrumentos, generalmente orquestas o pequeñas bandas. Acompañada de dos bateristas (Shane Shanahan y Matt Kilmer), su chelo y los loops que se superponen para suplir a otros músicos y epatar, construye su propia ‘In C’ con un resultado desorbitante. Total.
Con algo más de duración que la pieza original, los diez pasajes de Beiser son pura exhibición. Han sido innumerables las interpretaciones que se han hecho de esta composición, pero la que ejecuta Beiser condensa de un lado ese aura de majestuosidad de la música clásica y por otro el poderío y el sonido metálico que exuda el chelo. Superposiciones y superposiciones de loops que ya en el primer corte, ‘In C 1’ muestran la el potencial de la composición de Riley a pesar de esa concepción mínima, y la brillante ejecución de Beiser. Tanto con tan poco. Sin necesidad de rodearse de una orquesta, sí con sus dos compañeros y la tecnología del loop, el resultado es portentoso. Con el inicio va desarrollando dentro del disco un crescendo, con esa sensación de que llegará algún tipo de éxtasis, y que en efecto lo hace en el ecuador, en ‘In C 5’, con un sonido más grueso e intenso. Que incluso da un ritmo del que adolecen otras In C.
Kvadrat - The Horrible Dissonance of Oblivion
género: caverncore disonante
Si buscas en la caja de comentarios en RYM vais a encontrar a The Horrible Dissonance of Oblivion definido elocuentemente como “caverncore”, señalando además el buen año que se está teniendo en el terreno. Ciertamente las disonancias de los griegos Kvadrat no suenan especialmente prístinas, pero se aprecian igualmente como soberbias. Se nota el cuidado, y se nota la brutalidad. Todo va de la mano en un trabajo de poderosa artesanía del ruido, en la que el metal extremo más oscuro puede ser un fabuloso manto que te envuelve. Obviamente no va a ser disco para el oyente más casual, pero eso no quiere decir que no vaya a encontrar ganchos extraordinarios que vayan a despertar su curiosidad. De hecho, puede encontrar una fabulosa recompensa. (Black Gallego)
36 - Trance Anthems for a Sunken Generation
Género: Explosión drone para viudas de Roly Porter
A principios de este año 36 publicaba un álbum en su tónica general, jugando en los límites de lo etéreo. Aunque más que con el ambient, con producciones más orientadas a la electrónica progresiva. Para sorpresa, tres meses después, el músico británico mira a la falta de perspectivas de futuro, de cómo esas promesas sociales no se han cumplido, haciendo al mundo más difícil ser optimista. En ello hunde sus producciones ahora, con una propuesta muy contundente, la más hasta la fecha de Dennis Huddleston, y que supone al menos lo mejor que ha hecho en años. Frente a un delicado y trabajado ambient, 36 saca a pasear la furia drone de modo trascendental, como si se hubiese puesto la capa espacial de Roly Porter o las explosiones recientes de Aho Ssan. Ocho cortes que no solo entran en la dinámica de un drone que todo lo arrasa, sino que tiene en su interior una pulsión trancera, como bien advierte el título, y que de forma casi paradójica, casi tiene más esencia del estilo que uno de los grandes blufs (por las expectativas) del año pasado, Evian Christ.
El productor inglés empieza a fusilar ya en ‘Tear You Apart’ con una atmósfera recargada en lo que supone el 36 más agresivo que se recuerda. Un mensaje duro acorde cien por cien a la breve descripción que hace de su álbum. Una descarga que tiene sus momentos de calma, como es habitual en estos trabajos, aunque solo sea parcialmente, en temas como ‘Murk’. Un reverso oscuro e inesperado en el que transforma toda esa sensación en una energía que sin parangón en bellas y poéticas sinfonías casi para el final del mundo. Y para finalizar la hipérbole, pues hay algún pasaje de apoteosis como el propio tema que da nombre al álbum. También con alguna construcción más progresiva en sus tramos finales. Grata y sonora sorpresa
Discos que SÍ
Cindy Lee - Diamond Jubilee
Género: ¿dónde estabas tú en 2013?
Las señales están ahí, es imposible ignorarlas. La industria está lista para dar por amortizada a la ideología dominante de la última década: el poptimismo. Se han abierto grietas en torno a los grandes consensos de nuestra era (Beyoncé, el hiperconsumo, el pop-pulismo) y hasta los colaboracionistas más entusiastas están quemando sus ejemplares del Mein Kampf.