Tier list 3 de octubre: Pixies, Alex G, Björk, Titus Andronicus, Calvin Harris, Lambchop, Slipknot, Clark, Billy Woods y más
Los discos de la semana, ordenados en cómodo ranking para que no tengas que pensar
Hi, personicas:
Nueva semana, nueva tier.
Hoy tenemos viejos conocidos, viejos desconocidos, gente que anda ya para pocos trotes, gente que vuelve a andar para muchos, una banda que ya directamente hace los memes para que no tengamos que hacerlos nosotros y más.
Una gran semana de discos para que no dejéis en automático el streaming, que luego os lo pone todo perdido.
Directo al excel
Titus Andronicus - The Will To Live
La alarma y los lloros. El fin del mundo y el riff eterno. El AOR y el ardor. El picor y Axl Rose. Me lo bajo un poco, que esta vez aprieta. Un instrumental para que asimiles lo que toca escuchar.
Así se abre The Will To Live, la enésima oportunidad para que Titus Andronicus sean negados por aquellos mismos que les encumbraron, pero no seremos nosotros de ese grupo. Tenéis razones para no creeros que esto está pasando, pero mucho tiempo después Titus Andronicus han vuelto a firmar un excel. Uno construido, además, sobre las ruinas de lo que en sus tres discos anteriores les dejaron a medias. Ninguno de ellos es un disco de NO, pelearé con todos vosotros que incluso los califiquéis de MEH, pero lo entiendo.
Entiendo que esto no es lo que el mundo ha venido a buscar. Tampoco lo era The Monitor y, sin embargo, aquel disco permanece no sólo como el mejor de la década pasada, sino como una de las pocas piedras rosettas que sirve para explicar absolutamente todo de cómo hemos cambiado en los convulsos doce últimos años. Nadie va a venir a buscar The Will To Live: a nadie le interesa sus ideas , los 70 y estos 80 a los que apela no son los que la moda está dispuesta a aceptar. Pero funcionan. Vaya si funciona.
'I’m Screwed', con su piano, su rocanrol, su pub-rock, es todo lo que 2022 no quiere que nadie sea. Es uno de mástiles de guitarras hacia arriba y voces imposibles de cuajar, de coros barbudos y sudor. Es una canción más poderosa cada vez que te la pones, una que no necesita preguntarse si el mundo es una mierda, lo es, pero que deja claro que hay salida: "¿cómo me vas a apretar las tuercas?", pregunta desafiante Patrick Stickles, indomable incluso aunque se acabe
This daily disaster is your masterpiece
You have crafted an everlasting catastrophe
So I imagine smashing the last of my fragile dignity to smithereens is
How you’re gonna turn the screws on me
Al llegar a "Catastrophe!!!" la cuarta o quinta vez que te pones el disco, ya la estás gritando y de eso va esto. De un mundo de guitarras que te dan la vida. Quizás no literalmente, aunque podrían parirte como oyente, si les dejases. 'I Can Not Be Satisfied' niega a los Rolling Stones en su terreno beggars banquetiano y se encabrita en un solo que querría irse al noise pero que aquí sigue siendo consciente de que su rollo es el roll. De nuevo, puñito en alto y gritando la sílaba o la palabra final.
Pero todo eso empantanó A Productive Cough, dejó mojada la pólvora de An Obelisk. Así que antes de que eso pase, esta vez Titus han decidido jugar nuevas cartas. 'Bridge and Tunnel' son R.E.M. yéndose al stadium rock circa Green y descubriendo que sonaban tan delicados como siempre, y cero épicos, por más que quisieran ser gigantes. Descubriendo ellos, y nosotros a su vez, que no necesitábamos esa mierda inmensa que era el rock de estadios, y que jamás respetaríamos del todo a aquellos grupos que decidieron ser inmensos y ya no tenían vuelta atrás.
También descubriendo que Thin Lizzy nos podía gustar.
Si me dicen que ahí, en 'Bridge and Tunnel', es Peter Buck es quien mete la guitarra… me lo creo hasta que aparece ese solo, tan Titus de nuevo: recordad The Monitor, donde las guitarras se tocaban como gaitas (aquí lo hacen, otra vez más, en la INMENSA 'We're Coming Back'). 'Bridge and Tunnel' se parte por su mitad, pero su parón no la rompe, sino que la hace más reflexiva. Es un truco tan básico que no debería funcionar pero ahí andamos.
Patrick se ha centrado. Lo que en los dos últimos discos se vestía de experimentos y bromas casi privadas, aquí no tiene problema en sonar "normal". Pero es la normalidad de un disco, no de una colección de canciones y eso le hace fluir de la hostia fluye de la hostia.
Lo mismo te encuentras al Frank Black postPixies (el goth-punk de Grey Goo/Dead Meat) que ese southern noir fantástico que es 'An Anomaly', una canción apasionante de principio a fin, capaz de mirar de tú a tú a cualquiera de las de The Monitor: "fue Dios quien creó al demonio". Baby, tramps like us were born to die.
'69 Stones' es el único momento en que Titus se permiten bajar el pistón, y posiblemente eso importaría en otro disco, pero no en uno cuya segunda mitad es adictiva. El momento powerpopero 'Give Me Grief' (incluida la pausita para dar palmas), la luminosa 'All Trough The Night', en 'Baby Crazy' es sencillo ver de nuevo al Springsteen de Darkness On The Edge Of Town, la ya citada (pero que debería salir mil veces aquí) 'We're Coming Back'…
The Will To Live podría ser cínico, pero prefiere ser directo: "Recuerda, ahí fuera, en algún sitio, tienes un amigo y nunca más volverás a estar solo". Regocijaos, hermanos, Titus Andronicus were coming back y ahora están aquí. They're never gonna go away again. Puñito en alto y a gritar la silaba final. (probertoj)
Billy Woods - Church
Es tentador declarar 2022 el año de Billy Woods, especialmente porque algunos no nos hemos sacado aún su brillante Aethiopes y ya nos está brindando otro disco. Siendo justos, Church juega en otros parámetros, como cabría esperar de alguien tan creativo e inquieto como él. Ambos son discos de claro abstract hip hop, pero mientras que el primero tiene una cierta contundencia que lo vuelve hasta cierto punto innegable, este opta por volver a discurrir por diferentes aguas a ver qué encuentra.
No por ello deja de ser menos brillante. Church es un disco donde el jazz rap alcanza interesantes extremos surrealistas, jugando con la producción y el flow de Woods de una manera siempre sorprendente y sugerente. El productor Messiah Musik consigue mantener hilado el torrente de pensamiento del rapero, manteniendo cierta densidad sin que el disco se haga pesado. Aunque este y Aethiopes no estén hermanados, logran funcionar como caras complementarias que muestran su inmenso talento. Va a llegar a un punto donde su hiperactividad se pondrá en su contra y quizá hablemos del Billy Corgan del hip hop abstracto, pero de momento este es su año. (Black Gallego)
Deepchord - Functional Designs
Cuatro años después de su último largo, y cinco desde el último en Soma, el productor detroitino vuelve a este último donde saca a pasear el sonido urbano del dub techno que nadie como él diseña cual arquitecto. Su estilo es plenamente reconocible, el sonido urbano de la noche condensado en once temas, término medio frente a algún doble álbum de anteriores épocas. En él Rod Modell despliega dub techno de gran profundidad y evocación, atmósferas que van y vienen, vocales que se disipan como el eco de un tiempo olvidado ('Darkness Falls'), mientras que en la base juega con una ligera pulsión techno que da mayor empaque a los temas. Antes de que te des cuenta, ese inicio de disco tan elegante como efectista te sumerge en una espiral nocturna de la que no quieres salir.