Una canción, una escena #33: 'Late for the Sky' en 'Taxi Driver'
Una conexión inalcanzable
Una canción, una escena es una sección Hipersónica donde se repasan algunos de los mejores momentos musicales en la historia del cine. O los mejores momentos cinematográficos de nuestras canciones favoritas. Sea lo que sea, es un perfecto cruce de nuestras grandes obsesiones.
La canción: 'Late for the Sky', de Jackson Browne
Nacido en Alemania, donde su padre estuvo destinado por parte del ejército, Jackson Browne finalmente se crió en la casa familiar de la Abadía de San Encino, propiedad de su abuelo. Allí seguía a los 25 años, a pesar de haber escrito por aquel entonces canciones para The Eagles, The Byrds, Linda Ronstadt, Joan Baez o para Nico, que además de pareja creativa lo fue también sentimental durante un breve periodo de tiempo, y a pesar también de haber publicado dos discos en solitario.
La presión de David Geffen para su tercer disco fue acuciante. Su anterior trabajo fue costoso y vendió poco, así que tenía que grabar el siguiente en condiciones más ajustadas. Por si fuera poco, se juntaron para Browne dos sucesos traumáticos como una ruptura sentimental bastante severa y la muerte de un querido amigo.
Esto se trasladó a un disco tremendamente más vulnerable y existencialista, donde una canción sobre pérdida, desconexión emocional y soledad podía ser sólo la tercera o cuarta pieza más oscura del conjunto. Esa canción, que dio título al disco, era 'Late for the Sky'.
La película: 'Taxi Driver', de Martin Scorsese
Nacido en el seno de una familia puramente italoamericana en la ciudad de Nueva York, el pequeño Martin Scorsese padecía demasiada debilidad para tener la vida corriente de un niño de su edad. El asma le llevaba al aislamiento y la soledad en repetidas ocasiones, siendo su ocio principal las visitas al cine junto a su padre. Allí desarrolló una ferviente pasión por el arte cinematográfico que ya nunca se despegaría, y que desvió su propósito inicial de ir al seminario y volverse cura.
Su aprendizaje sobre la producción cinematográfica no le arrebató del todo la soledad. Su film estudiantil ¿Quién llama a mi puerta? contaba con una influencia muy nouvelle vague que le distanciaba del resto de compañeros, y su paso por el cine de explotación dio la modesta El tren de Bertha. Hacer esta última y un consejo de John Cassavetes le llevó a hacer cine más personal, lo que se tradujo en su primera obra esencial, Malas calles. A partir de ahí Hollywood llamó a la puerta con encargos como Alicia ya no vive aquí.