Una canción, una escena #60: 'C.RE.A.M.' en 'Ghost Dog, el camino del samurái'
Filosofía de calle, hip hop meditativo
Una canción, una escena es una sección Hipersónica donde se repasan algunos de los mejores momentos musicales en la historia del cine. O los mejores momentos cinematográficos de nuestras canciones favoritas. Sea lo que sea, es un perfecto cruce de nuestras grandes obsesiones.
La canción: 'Ice Cream freestyle', de Wu-Tang Clan / Royal Fam
A finales de los ochenta, cuando Robert Diggs y Gary Grice todavía no tenían asentados sus alias de RZA y GZA respectivamente, ya se pudo ver a estos jóvenes neoyorquinos trabajar junto a Ol' Dirty Bastard en un proyecto de hip hop. Este no prosperó, pero puso sus nombres en la escena underground. Ahí los raperos y productores expandieron su libreta de colaboradores, Ghostface Killah, que acabarán siendo claves para la formación de un colectivo que forjará una leyenda en el género.
Combinando filosofía y símbolos shaolines y de kung fu con relatos de la dura vida en las calles de los barrios negros, Wu-Tang Clan se volvieron un ente muy particular dentro del hip hop de la costa Este, pero al mismo tiempo fundamental para volver a dicha escena el movimiento masivo de los noventa. De ese constante estilo de colaboración sin ataduras, y sin miedo a cruzar referencias dispares, salieron temazos como 'C.R.E.A.M.', reconocido como uno de los temas más icónicos del hip hop por su impecable estilo en las bases y en los fraseos de sus MCs.
Un tema que surgió mucho antes de la formación del colectivo, con RZA describiendo sus problemas llevando la vida criminal, y que permitió convertirles en una institución, donde se podían apadrinar proyectos menores como Royal Fam, y terminaban llegando a gente de todo tipo, incluyendo a cineastas curiosos.
La película: 'Ghost Dog, el camino del samurái', de Jim Jarmusch
Criado en los suburbios de Cuyahoga Falls, en Ohio, el joven Jim Jarmusch fue educado pronto cinematográficamente por su madre, crítica de cine y teatro. Ella le dejaba a menudo en dobles sesiones matinales con cintas de terror B mientras realizaba recados, y le llevaba al autocine a ver películas de adultos con más violencia y temas duros. Eso, unido a su interés por la literatura contracultural, forjaron una personalidad única que se ha convertido en una de las voces más fascinantes del cine indie estadounidense.