Una canción, una escena (VII): ‘Gimme More’ en ‘Estafadoras de Wall Street’
Todo a sus pies. También el precipicio.
Una canción, una escena es una sección Hipersónica donde se repasan algunos de los mejores momentos musicales en la historia del cine. O los mejores momentos cinematográficos de nuestras canciones favoritas. Sea lo que sea, es un perfecto cruce de nuestras grandes obsesiones.
La canción: 'Gimme More', de Britney Spears
La conversación sobre Britney Spears hoy día es muy diferente a cómo era la conversación hace ya, pongamos, quince años. Y hace 25 años ni os decimos. Cuesta ya pensar que que hoy discutimos sobre ella casi como un mártir, alguien atrapada en una situación indeseable e injusta en la que ha terminado, aunque sea indirectamente, tras un periodo donde se habló de ella con intención de mofa. La Britney post-2007 parece otra distinta a la Britney que fue erigida como "princesa del pop" y que tenía hits (y quien dice "hits" dice "supernovas") por doquier.
Cuando la lanzó aún podía decir “It’s Britney, bitch”. Aún había motivos para pedir más: gimme, gimme more. Es por ello difícil no ver 'Gimme More' (2007) como el último gran destello de aquella supernova, de aquel momento en el tiempo antes de que se rompiera todo.
No hablamos sólo de Britney, sino también de la sociedad en general: era el momento previo a que llegase una de las mayores crisis económicas de nuestras vidas, la que volvió todo patas arriba. Un último gran momento de euforia dance antes de que todo se cayese por el precipicio.
La película: 'Estafadoras de Wall Street', de Lorene Scafaria
La trayectoria de Lorene Scafaria parecía que iba a ser la de una de esas eternas artesanas bajo el radar, que hace eficientemente la tarea que se le asigna. Después de meter la cabeza en la industria como actriz, fue alternando entre televisión y cine como guionista. Posteriormente le llegaron dos modestos encargos con las comedias Buscando un amigo para el fin del mundo y Una madre imperfecta, donde tiene la oportunidad también de dirigir. Y parecía que esa podría ser su senda.
Y llegó el gran giro en su carrera con lo que parecía otro encargo más: coger la historia de un grupo de strippers que drogaban y robaban a brokers financieros de Nueva York y convertirlo en un guion para que fuera dirigido por Martin Scorsese o un equivalente como Adam McKay (ey, al menos él quiere postularse así). Cuando el director de Flushing mostró poco interés en el proyecto, McKay fue quien insistió a Scafaria para que ella la dirigiese. Y así nació Estafadoras de Wall Street.
La escena
En muchos puntos se nota que este proyecto buscaba un director como Scorsese: su influencia se palpa desde en el tono buscado para la historia criminal hasta en la forma de tocar los claroscuros morales de sus personajes sin entrar en juicios. Scafaria aborda también la película con una óptica personal e interesante, como reflejar esa hermandad femenina y de clase, que muestra sin necesidad de caer en un discurso de empoderamiento obvio y barato. Pero es difícil escapar de la sombra de uno de los directores más influyentes de la historia, apreciable hasta en el uso de la música.
No es casualidad que en el momento de mayor apogeo antes de la caída de los personajes se les ponga a escuchar 'Gimme More' de Britney, como recuperando ese último momento antes de que todo se tirase por la borda en 2008. La abundancia rodea tanto a protagonistas como a clientes/potenciales víctimas, y el ánimo es el de buscar precisamente más: bañarse en lujos como codicia, tanto como si no fuera a haber mañana. Todo a sus pies. Y, en efecto, luego todo se cae por el precipicio. We can get down like there's no one around / We keep on rockin' (…) Feels like the crowd is saying / Gimme, gimme (More)
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