Una canción, una escena (XXI): ‘Blue (Da Ba Dee)’ en ‘Iron Man 3’

Veo un hombre azul.

Una canción, una escena es una sección Hipersónica donde se repasan algunos de los mejores momentos musicales en la historia del cine. O los mejores momentos cinematográficos de nuestras canciones favoritas. Sea lo que sea, es un perfecto cruce de nuestras grandes obsesiones.

La canción: 'Blue (Da Ba Dee)', de Eiffel 65

Alrededor de 1992, Massimo Gabutti fundó Bliss Corporation, un sello discográfico italiano especializado en música electrónica. Con la esperanza de conseguir algún hit que lo reventase, fue contratando a una serie de músicos que trabajasen en canciones que apareciesen en pequeños recopilatorios. Así fue como entraron en sus estudios el vocalista Jeffrey Jey, el DJ Gabry Ponte y el compositor y productor Maurizio Lobina, tres de las piezas que conformarían el grupo Eiffel 65.

El estallido de Eiffel 65 fue casi tan accidental como su nombre, que se eligió tomando Eiffel de una serie de palabras elegidas aleatoriamente por un ordenador, con los dos números añadidos por error por un artista gráfico, que tomó los dos primeros dígitos de un número de teléfono creyendo que eran parte del nombre. En el pequeño estudio de BlissCo, que estaba mal insonorizado, había diferentes salas donde estaban cada uno de los individuos mencionados, y todos podían escuchar lo que hacían el resto.

Así, Lobina comienza a elaborar una melodía al piano que rápidamente llamó la atención de Gabutti. Este le insta a continuar en esa dirección y crea el reconocible riff de lo que estaba a punto de cambiarles la vida. Jeffrey, en otra habitación, elabora rápidamente tres letras distintas para una canción. Cuando va a presentársela a los otros dos, asegura que tiene una "normal", una "así-asi" y una "rara", y ellos piden escuchar la rara primero.

El cantante les va mostrando una bizarra historia de un hombre que empieza a verlo todo azul y todas las cosas de su vida son azules. Sus compañeros no parecían entender demasiado de qué iba, pero el propio Jey asegura que no tiene más vuelta que eso, que era lo bastante ambiguo para que cualquiera pudiera ver en ella lo que quisiera (incluyendo la posibilidad de que hable de una persona realmente entristecida o depresiva).