El volquete del metal (XLIV): cañonazos para la recta final
Los discos de metal que tienes que escuchar
Ya asoman las listas. El próximo volquete ya será con repaso de lo mejor del año metalero en 2022, que ha tenido sus COSITAS. De momento vamos con otros discos potentes para ir encaminando la recta final.
El disco del mes: Daeva - Through Sheer Will and Black Magic...
Y ahora el disco con más papeletas de parecer haber sido facturado en uno de los siete círculos del infierno. La portada del primer largo de Daeva no puede presagiar mejor el grotesco y extremo espectáculo que se avecina, desatado desde una 'The Architect and the Monument' que parece recuperar ese extremismo thrash que destilaban los Slayer de Reign in Blood.
Los detalles black hacen más extremo el ejercicio, aunque lo cierto es que lo que hace la banda de Philadelphia con Through Sheer Will and Black Magic... es una de las cosas más monumentales y disruptivas del thrash metal en bastantes años. No diremos Power Trip porque realmente juegan a otra cosa, pero su carácter arrollador y desgarrador sin duda esta a un nivel así de altísimo. Muy top.
Dr. Acula - Dr. Acula
La historia de los neoyorquino Dr. Acula no es una de éxitos. Ni siquiera una de culto, viendo que ni siquiera la disolución en 2012 sirvió para darle una buena apreciación a sus trabajos publicados hasta entonces (que quede claro, no hablamos de joyas escondidas). No parecía una buena historia que reanudar con un regreso y un disco nuevo, pero es que su historia no es de éxitos, es de redención.
O, al menos, una de segundas oportunidades que se traducen en discos más aceptables. Su disco homónimo ofrece un deathcore bastante evidente y no de muchas sorpresas, pero suena potente y vertiginoso. La clase de trabajo que va a piñón durante 27 minutos y te satisface más de lo que esperabas.
Obsidious - Iconic
Con varios miembros de los germanos Obscura juntándose en otro proyecto es difícil no contar con, al menos, cierta solidez en un death metal técnico y progresivo muy marcado y evidente. Si ese referente se te escapa, puedes entrar a Obsidious con el Devin Townsend de Strapping Young Lad en mente (aunque quizás más estricto con la medicación).
Sea como sea, aquí superan la eficiencia esperable en lo técnico. Iconic lanza formidables y elaborados zarpazos que entran de maravilla. Termina haciéndose algo agotador llegado al final, ya que no es absolutamente rotundo (una condición indispensable para que te flipe un disco así de inicio a fin), pero es sin duda recomendable. Al menos la historia tiene un buen giro para todos.
Show Me The Body - Trouble the Water
Flaco favor se les hizo a Show Me The Body cuando se les destacó tanto en su debut, cuando su noise punkarra está todavía muy por hacer. Por fortuna, en su tercer disco parecen haber avanzando lo suficiente para hacer un trabajo notable, que sacude con lo mejor del post-hardcore Jesuslizardiano, industrialismo casi metalero y sintes usados de manera punki.
Trouble the Water es un disco imperfecto, pero que tiene más claras las áreas que debe cubrir. Saca un sonido que esquiva lo clónico y deja cañonazos de nivel bien repartidos. Sin duda, un avance agradecido y la confirmación de que hay grupo interesante para aquellos que han decidido seguirles desde hace tiempo.
Fleshwater - We're Not Here to Be Loved
El cauteloso pero notable regreso del nu-metal a la relevancia (enhorabuena Mudvayne, ya sois nostalgia a explotar) nos tiene un poco contra las cuerdas, pero el lado bueno es que puede haber grupos que intenten sacar cosas interesantes de esa marmita chandalera. O, al menos, que vengan gente dispuesta a copiar a Deftones, como parecen buscar Fleshwater.
El grupo lo componen miembros de los hardcoretas Vein.fm, que ya han destacado este año con un metalcore que abría las puertas al nu-metal. Aquí en este We're Not Here to Be Loved caen en ese deftonismo circa Around the Fur, que muchos pueden argumentar (justamente) que ya ni es chandalero por su tendencia a la melodía expansiva y casi shoegaze. Es algo de lo que Fleshwater tiran, y con mucho acierto. Cosas como 'Closet' o 'Kiss the Ladder' despiertan el músculo guitarrero, las raíces funk y la angustia adolescente saliendo disparada por la boca. Vamos, que han recuperado el tema, pero bien.
Tallah - The Generation of Danger
Otros que lo recuperan a lo grande, por la vía machacona y burrota de Mudvayne o los primeros Slipknot, son esta peña de Philadelphia. Con un poco de coartada metalcore para que no cante todo, Tallah muestran todas las claves además de un músculo exuberante en todos los aspectos. The Generation of Danger activa pronto el modo estampida y te sacude tema a tema sin demasiada piedad. Fijaros si es nu-metal que hasta tira hasta las 13 canciones y casi se pasa de la hora de duración. Sólo le falta una pista final de silencio de diez minutos previa al bonus track para ser el chandalismo extremo.
Disillusion - Ayam
Banda de culto del metal progresivo, los alemanes Disillusion han operado a cuentagotas, según la disponibilidad del líder de facto Andy Schmidt. Hace tres años se vio el retorno del proyecto con un discreto The Liberation, pero ahora Ayam parece tener más ojos apuntando hacia ellos. Su mezcla de progresivo con death metal melódico sin duda justifica el culto, con composiciones feroces pero trazadas con mucho mimo y también frescura. Un disco con mucha riqueza de capas, un estilo atrayente y cosas interesantes que decir en su parcela.
Devenial Veredict - Ash Blind
Sé que los fans del death metal más brutal y disonante no habéis estado lo suficientemente atendidos por este consultorio del metal. Espero que el debut en largo de los finlandeses Devenil Verdict sea suficiente compensación, ya que junta a una buena cantidad de jornaleros de lo extremo para hacer un disco realmente contundente y arrollador, con puntos sorprendentes por melodías bien trazadas entre veloces marañas de ruido. Ash Blind juega de manera interesante sus cartas, no lo dejéis pasar.
O.R.k. - Screamnasium
Si este año os ha dolido la ausencia del bajista Colin Edwin de Porcupine Tree, consolaros sabiendo que el disco bueno este año lo ha hecho él por su cuenta. Como parte del proyecto O.R.k. cae en otro rango del progresivo distinto del de PT, con dejes más alternativos y de rock duro que, unidos a la potente voz del italiano Lorenzo Esposito Fornasari, parece una versión de Soundgarden con más tendencia a la recreación.
No siempre tienen el tono bien cogido a lo largo del disco (un poco como los Soungarden tardíos si lo piensas), así que no es un disco especialmente redondo. Sí uno con los temazos suficientes ('As I Leave', 'Something Broke') para que llame y te lo quieras poner en repetidas ocasiones.
Firtan - Marten
Tened cuidado no confundir este con el disco de Spell de este mismo año por tener la misma puta portada. O, ya puestos, el de Leeches of Lore de 2012. No sabemos si ese descaro suma o resta a un disco de black metal pagano bastante bien resuelto, exquisito en ciertos puntos, que cautiva en su abrasiva contundencia. Por desgracia, toca techo pronto, pero merece la pierna que quieras sacrificar en su honor.
Skin Failure - Radillac
Ojito esto. Bajo la apariencia de heavy rancio de la portada tenemos aquí un pelotazo importante que se vende como "thrashcore" pero tiene una herencia mastodoniana (de los primerísimos además) importante y la llevan de la leche. De hecho, Skin Failure encuentran detallitos extremos que incorporar para terminar de hacer una propuesta demoledora y fresca dentro de los márgenes en los que se meten. Muy buena sorpresa.
Elder - Innate Passage
Desde sus inicios donde el balance estaba más ajustado, Elder han ido progresivamente (jé) cayendo en su faceta más prog con cada lanzamiento, alcanzando un particular punto alto en ese aspecto en el, por otro lado, irregular Omens. Sería fácil atribuir esa inclinación sonora a la pérdida de frescura, pero Innate Passage desmonta esa apreciación mientras hacer el disco más prog del grupo hasta la fecha.
Elder mantiene sus pilares intactos, la construcción de piezas largas realizadas con meticulosidad, las guitarras pesadas y cargadas que surgen de manera muy calculada o los detalles ricos que van metiendo entre las capas de sonido. Aquí consiguen meter algunas de las piruetas más progresivas sin quedar ensimismados o faltos de fuerza, que es algo en lo que Omens pecaba a veces.
No devuelve al grupo a sus cimas particulares, como el mayúsculo Lore, pero sí le devuelve un brío que se extrañaba en parte mientras continúa la curiosidad del grupo por encontrar nuevos terrenos en los que expandirse. A falta de trascendencia, exquisitez notable y factura interesante. Son de los pocos grupos que te pueden vender esto sin que se te pongan los ojos en blanco.
Kampfar - Til klovers takt
Kampfar son viejos conocidos por aquí por practicar ese black metal pagano y melódico tan arrollador como esperable. Quizá tan conocidos que no deberían dar para ser destacados. Pero leñe, Til klovers takt se muevoe todos los rincones que ellos se saben pero suena estupendo en todos ellos. Metal extremo que entra bien y te da cierta vidilla aunque sea claramente no esencial. Vale, es un mal cumplido, pero estos grupos consistentes también hacen falta.
Bad Manor - The Hauting
Hacía tiempo que no ponía un gif por un disco de black metal abrasivo a punta pala que suena a tumba. Venga, que esta peña debutante tan afilada se lo ha ganado:
Spiritworld - DEATHWESTERN
Hay varios aspectos que deberían jugar en contra de Spiritworld. Desde la atención que están recibiendo desde diferentes rincones a la incumplida promesa de hacer un disco de WESTERN METAL para hacer un disco de thrash metal que no rompe demasiados esquemas. Sin embargo, hay algo en su manera de convencer a base de cañonazos asacoputo, su actitud bravucona subida al 11, que terminas con el disco a tope casi sin quererlo. De nuevo, ojalá la música se ajustase más a ese portadón loco, pero sigue siendo diabólico.
Lykotonon - Promethean Patology
Después del chasco que ha supuesto el último disco de Blood Incantation, llega la oportunidad de resarcirse con Lykotonon, proyecto paralelo montado con gente de Wayfarer y Stormkeep. No tenemos ese death metal progresivo extraterrestre, pero sí uno con toquecillos avant-garde y electrónica industrial que integran con bastante acierto (sin duda, mejor que un salto al vacío al ambient turra).
El principal problema puede resultar evidente, más allá de una mezcla que puede agradar poco a puretas: a ratos hay más ambición que resultados plenamente contundentes. Pero deja un sabor altamente positivo ya tan solo porque tenemos un disco que intenta cosas con un poco de cabeza y encuentra momentos donde consigue que haga click. Vale la pena acercarse a él.