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Creo que debemos empezar a aplicar la cancelación de forma seria. No entiendo porque unos se libran y otros no y, para empezar esta campaña en pro de la eficiencia industrial de las políticas de cancelación, propongo que se quemen los cuadros de Caravaggio hasta que queden reducidos a cenizas.

Los hechos son irrefutables:

Durante un partido de pallacorda (un tenis primitivo), el italiano se encaró con Ranuccio Tomassoni, un «joven de mucho garbo», lo que solo podía significar en este contexto que tenía ascendencia española. Tras lanzarlo al suelo, Caravaggio le mutiló el pene con su espada mientras se reía, alcanzándole de forma accidental una arteria.

Por un arte puro y no degenerado di no a Caravaggio y a sus obras

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