Las mejores películas de 2024 (y II)
El mejor cine para encenderse un cigarro y no tengas que pensar
Hi, personicas.
15. El mal no existe
Con unas cuantas disecciones excelentes de los procesos humanos, incluyendo su magistral Drive My Car, el japonés Ryûsuke Hamaguchi decide llevar su concienzudo estilo ozuano hacia la trascendental fábula ecoterrorista. Su característica paciencia dibuja un poderoso paisaje que actúa como refugio para algunos, pero corre riesgo por la amenaza e un capitalismo de optimización de beneficios. Un conflicto muy de western para una película decididamente lenta pero hábil para ser pertinente. Su final es increíblemente devastador.
14. Conclave / Jurado N°2
Cónclave es cine adulto, sí, y habla de intrigas en la Santa Sede tras la inesperada muerte de un papa, pero es cine por y para el público, una película insultantemente entretenida que sabe combinar con maestría el thriller de puñaladas cortesanas (ese típo de pelis en las que uno disfruta viendo como cómo un actor levanta una ceja) con el salseo puro y duro de giros locos y oyoyoys a saco.
Jurado Nº2 también tiene cosas muy rascables detrás de su gran fachada de entretenimiento adulto y austeridad pura. El thriller puro de apretar el puño y la examinación de los sistemas que nos hemos dado a nostros mismos para intentar acariciar la justicia encuentran aquí una perfecta convivencia que eclosiona a lo grande en un final tan ambiguo como decididamente declaratorio sobre su país y el coste por llegar a la imagen perfecta que considera que tiene.
Edward Berger y Clint Eastwood respectivamente han rescatado, accidentalmente, este tipo de thrillers noventeros que han quedado relegados a relleno de catálogo por un sistema de estudios cada vez más llevado por el Excel y las decisiones de algoritmo. Películas que son capaces de hablar de cuestiones importantes, sobre sistemas que son pilares para una sociedad occidental supuestamente avanzada (la democracia y la justicia), pero sin darse golpes en el pecho por hacerlo y salvaguardando siempre el tener al espectador cautivado. Dos películas que puedes ponerle a tus padres y disfrutar al mismo nivel con ellos.
En cines la primera, la segunda en Max.
13. La estrella azul
Qué interesantes pueden ser todavía los biopics musicales si se hacen de figuras merecedoras de culto. La historia de Mauricio Aznar tiene especial significado por su valor dentro de la cultura de Zaragoza y para la música que sobrevivía en los márgenes, y el debutante Javier Macipe la cuenta de una manera especial, cargado de curiosidad y de intenciones meta.
Su manera de explorar demonios y tragedias nunca se siente especialmente lúgubre, y hacer por distinguir a un personaje claramente único. Ambiciones que configuran bien un viaje por las entrañas y el corazón del folklore argentino que se siente rico, conmovedor y, sobre todo, genuino.
12. Rivales
Le vamos a pasar tontadas pijas del pasado a Luca Guadagnino sólo por devolvernos la fe en un cine sensacional con estrellas y sensualidad desbordando por todos los fotogramas. Tenis y sexo forman una relación apasionante en este triángulo amoroso que te vale para doble sesión de Vidas pasadas, pero ante todo para disfrutar de un tipo de cine totalmente sensorial y estimulante.
Guadagnino saca todas sus armas en su película que más indaga en los cuerpos y su movimientos junto a Suspiria, y que más indaga en relaciones complejas que resultan increíbles de ver en pantalla. Su manera de cubrir la historia a través de distintos saltos en el tiempo es clara y efectiva, su trío de actores está excelente y Trent Reznor y Atticus Ross vuelven a mostrar que están a otro puto nivel con las bandas sonoras con uno de los mejores trabajos del año.
11. Los que se quedan
Un clásico navideño casi desde el mismo momento en el que pisó los cines. Alexander Payne vuelve a los dramas clásicos sobre personas imperfectas hablando y conectando, siendo ligera y emotiva como el cine adulto comercial sabía ser, además de fabulosamente escrita. Los que se quedan es sencilla, cuqui y un poco agridulce. Muy disfrutable como sólo saben ser sus películas, clásica hasta el punto de crear falsos logos vintage para Focus y Miramax. Por supuesto, hay que recuperarla estos días.
10. La primera profecía
Resulta increíble que Disney se haya convertido en los últimos años en la casa del terror comercial con más capacidad de ser ambicioso y sorprender contra pronóstico. Empty Man, Barbarian y ahora una precuela de un clásico que nadie pedía conforman una tripleta alucinante llevada por cineastas nuevos con enfoques interesantes en el género.
Arkasha Stevenson puede sentirse orgullosa no sólo de hacer una de las películas más bellas del año (y una de las mejores fotografías digitales que imitan el aspecto y textura del celuloide), sino que da empaque y contenido al fin al regenerado subgénero de terror de monjas y conventos, empleando fabulosas influencias de body horror en el proceso. Aplausos también para Nell Tiger Free, tiene uno de los momentos de interpretación física más alucinantes y van a pasar años hasta que se le reconozca debidamente. Ojito al futuro que pueda tener como musa de terror.
Nadie la pedía realmente, y ha terminado siendo el mejor terror puro de 2024.
9. La quimera
Pocos cineastas han hecho tanto por conectar el pasado de Italia con la realidad social del presente como Alice Rohrwatcher con su habilidad para explorarlo todo desde un realismo mágico. Aquí hace su propia aventura arqueológica, dotada de mucho menos épica que un Indiana Jones pero con montajes a ritmo de Kraftwerk. Una historia llena de personajes y personas, de maravilloso tono de fábula y también espacios emocionales amplios donde es capaz uno de meterse sin demasiado esfuerzo.
8. Crossing
Tras maravillar con Sólo nos queda bailar, Levan Akin nos lleva por un camino entre Georgia y Turquía para dar con una sensacional road movie por la clandestinidad y la experiencia trans en un país represivo. Empieza como una buddy movie extraña y luego se va deteniendo en observar lugares y personas, y cómo unos van cambiando a los otros. Delicadeza y oficio yendo perfectamente de la mano en una película plagada de vida y contundente en las áreas que corresponde. Tiene también el mejor abrazo del año que vais a ver en una pantalla.
En el limbo (en Filmin a partir del 7 de febrero).