Hi, personicas.
Dejamos atrás las series, empezamos a encender los cigarros y juntar las manos en oración como Martin Scorsese. Correcto, toca hablar de las mejores películas de este 2024, un año un poco raro donde se aprecia un claro decelerón causado por los parones de las huelgas, reduciendo el número de obras que podríamos considerar clásicos instantáneos.
Al mismo tiempo, sí que han ido surgiendo un buen número de películas especiales, sobre todo cuando picoteamos en el cine hecho en varias partes del mundo. Ha habido también buen cine de terror, autores intentando dar golpes sobre la mesa y muchos memes sobre cubos de palomitas. Es posible que miremos con más cariño a esta cosecha cuando miremos en retrospectiva, especialmente por títulos como estos.
30. El último Late Night
Un ejercicio de found footage satánico que va a cuchillo contra el sensacionalismo de los late nights, que tira de encanto retro y un buen sentido de la casquería y el horror sobrenatural. Pequeña, ingeniosa y muy bien construida. La eleva, sobre todo, un finísimo David Dastmalchian que al fin tiene un papel a su altura como actor de culto.
29. Segundo Premio
Puede que haya cosas que funcionen mejor sobre el papel que ejecutadas y trabajar con el grupo cientificamente más antipático de la galaxia como material de partida seguramente no ayuda, pero resulta súper estimulante el planteamiento de hacer por una parte una historia oral a tres voces sobre lo que pasó, lo que a lo mejor pasó y lo que directamente me invento que pasó y por la otra. Una improbable Brokeback Mountain del indie noventero que consigue elaborar una relación interesante entre dos tipos que a efectos de potencial cinematográfico son poco más que un par de idiotas.
Isaki Lacuesta, eligiendo casi siempre bien, esquiva lo rutinario de una banda a punto de fracasar, algo que ha ocurrido mil veces, y lo monótono de una a punto de triunfar, que también, para filmar casas con luces encendidas sin nadie dentro. Una película que vale tanto por lo que hace como por lo que no le sale de las narices hacer.
En alquiler.
28. Civil War
La película que más se ha colocado en el centro de la polémica que, al mismo tiempo, no resulta tan controvertida por su contenido. Alex Garland lleva sus obsesiones nihilistas al género bélico, explorando el inevitable declive cuando la sociedad se encierra en cámaras de eco. Y decide hacerlo desde una ambigüedad que no tiene interés en procesos o caldos de cultivo para la polarización, sino en las consecuencias de la inacción o tratar lo trágico con distancia.
Garland crea aquí su mayor obra en cuanto a escala, pero no renuncia a seguir a un grupo concreto de personajes de diferentes perspectivas que sabe retratar mediante acciones (aunque de cuando en cuando caiga en la exposición). Momentos de terror mucho mejor conseguidos que en Men, de la que se logra reponer con un poderío que le devuelve a la categoría de directores más interesantes de la década.
27. How to Have Sex
Un paseo interesantísimo por los bordes y los muy incómodos grises del consentimiento. Desbordante en su manera naturalista de esbozar relaciones entre personajes, de la presión social por el sexo hasta el sentimiento de vergüenza y aislamiento cuando ocurre algo fuera del control de la protagonista. Molly Manning Walker hace un trabajo de increíble madurez para un film de debut, dando una increíble lección del uso de la elipsis y la concisión.
26. Kill
Mientras el cine de acción indio crece en exposición global, queda por ver si se marchitará por borrachera de excesos o va a encontrar resquicios donde ofrecer sorpresas como hace habitualmente. Kill invita al optimismo porque no necesita de grandes despliegues para sentirse grande.
Una película desatada y sangrienta que empieza jugando al despiste, con algo más efectivo pero aparentemente contenido, hasta que llega un punto de inflexión donde rompe con todo y crea hostias y desgarros propios de una Redada asesina. Un fabuloso despiporre.
En alquiler.
25. 20 días en Mariúpol / No Other Land
Dos miradas muy directas y bastante demoledoras al asedio de una fuerza militar con ánimo genocida, la segunda probablemente más incómoda para los mismos que galardonaron la primera. 20 días en Mariúpol es una auténtica experiencia de terror rodada con increíble pulso y también una mezcla de rabia e impotencia, que inevitablemente queda impactada por la destrucción inmisericorde. No Other Land recoge matanzas indiscriminadas a lo largo de generaciones a través de una compleja colaboración entre cineastas israelíes y palestinos.
Ambas se convierten en apasionantes ejercicios de documental tan valiosos por lo que cuentan como por cómo deciden contarlo.
La primera en Filmin y en Movistar+, la segunda también en Filmin y en Movistar+.
24. Hotel Royal
Thriller con pretensiones bastante modestas e intenciones poco dudosas. Después del sensacional retrato de los abusos sexuales marca Weinstein en The Assistant, la directora Kitty Green hace un viaje donde las vacaciones se tuercen de más y los señores se cortan de menos. Con una atmósfera y una tensión logradas en sólo 90 minutos, Green muestra tener un pulso y una mirada bastante potentes que va a llevar a todos los estilos posibles.
23. Bikeriders. La ley del asfalto
Con el director de cine americano como especie en extinción, el regreso de uno de los últimos pura raza como Jeff Nichols se siente como un evento. Por lo que puede decepcionar que ese gran retorno sea casi una quedada con moteros con ecos de un Scorsese de bajón de drogas en lugar de todavía guiado por el espíritu de la cocaína.
Pero cada rincón de Bikeriders. La ley del asfalto está lleno de pequeños milagros, de hallazgos que te piensas durante largo rato días después de terminarla y ves cómo hila todo. Masculinidades fallidas, espíritus errantes en vida, una América que pensó que todavía podía ser grande pero sólo estaba intentando escapar a la caída sin darse cuenta de que iba en reserva. Un gran trío protagonista y una mirada que se siente auténtica a esa USA profunda hacen más grande una película que nació hace 50 años, pero nos ha llegado ahora.
En alquiler.
22. Longlegs
Varias películas muy estetas y atmosféricas después, Osgood Perkins consigue hacer al fin una obra mayor que traza puentes entre diferentes generaciones de terror. El ocultismo de los setenta, con adecuadas referencias al glam rock y a Marc Bolan en particular, se conjuga con los thrillers de asesinos en serie de los noventa y con los traumas generacionales modernos.
Con un Nicolas Cage transformado pero bien utilizado en todas su facetas, Longlegs consigue ser una adecuada desmitificación de los psicópatas que obsesionan al true crime y también lo más próximo a experimentar parálisis del sueño viendo una película. Una obra de referencia para el futuro.
En alquiler.