Las mejores series de 2024 (I)
Las mejores series pacomé y pacená, para que no tengas que pensar
Hi, personicas.
Un año más vamos a repasar también lo que vemos además de lo que escuchamos, ya que también lo comentamos a lo largo del año. Empezamos con las series, ya que necesitaréis cosas que maratonear en estas fiestas. O, si no tenéis tanto tiempo libre, al menos títulos para poneros “pacomé” y “pacená (un día desarrollaremos del todo el concepto).
Vamos con una primera tanda con títulos bastante notables, que van variando entre los true crimes y las comedias en las que sentirse a gusto. Entre estrenos y miniseries, y también alguna serie consolidada.
20. Presunto inocente (S01)
No pretendamos que siempre vemos las series con gafitas y cigarro, y que no disfrutamos de vez en cuando con un buen culebrón loco. Es claramente lo que pretende darnos David E. Kelley con su remake en formato televisivo de uno de esos thrillers para padres sólidos de Harrison Ford. Todos los actores están desatados, con el riesgo que supone cuando Jake Gyllenhaal es tu protagonista. Le va claramente las partes más morbosas de la historia. Extiende con mucho salseo las intrigas judiciales y de investigación. Y también hasta consigue que sientas simpatía por los Tommy Molto de la vida.
Y leñe, como te la comes con patatas con cada episodio. Podíamos imaginar hacia donde se dirigía (y aun así, el final es bastante KHÉ), pero leñe, que bien que nos den TELE.
19. El caso asunta (Miniserie)
Hay tantas cosas que podían haber ido no mal, sino desastrosamente fatal, en El caso Asunta (la recreación de una historia tan truculenta como reciente y muy viva en la memoria de todos) que ya solo el hecho de sobrevivir con dignidad podría haber sido ya un triunfo, pero es justo reconocer que este es uno de esos casos en que Bambú Producciones cuida el producto y el resultado es francamente superior a lo esperado.
Lo es principalmente por un trabajo actoral sobresaliente (hay que rendirse a lo que hace Candela Peña aquí, pero ojo también a un Tristán Ulloa que añade capas a un personaje menos agradecido o una Alicia Borrachero robaescenas), pero también por un esfuerzo muy de agradecer en construir personajes (esa Rosario Porto que piensa que los policías han venido al tanatorio a darle el pésame, ese pescadero miembro del jurado que podría ser tal cual el señor que te venda la merluza mañana en el mercado de Ribeira) y un aspecto formal muy pensado, que decide renunciar a los socorridos planos-dron de la catedral y de vaquitas en el campo tan tentadores cuando se ambienta algo en Galicia, optando en su lugar por un viaje austero por localizaciones de la Zona Nueva de Santiago que la hacen más directa y creíble.
Tiene cosas que claramente habría que pulir (esas gaitas a todo trapo como recurso de tensión más bien tosco, esa epifanía interior de Rosario a lo “seguro dental / Lisa necesita un aparato”) y no creo que acabe de funcionar esa pretensión de hacer una especie de mosaico-sobre-qué-es-la-paternidad a través de tramas secundarias y personajes terciarios, pero es un producto muy competente y extraordinariamente entretenido que maneja bien la ambigüedad y las múltiples trampas en que podría haber caído con semejante material. Notable.
18. Megamix Brutal (Miniserie)
Cada vez más ahogados en docuseries true crime que parecen todas la misma por obra y gracia del algoritmo, se siente especialmente refrescante este intento de llevarlo a su versión petardera pop noventera. 3 episodios donde se sienten bien manejados la historia que tiene entre manos, los personajazos que pululan, el material de archivo, la recreaciones y los cambios de tono. Por supuesto que había una manera de conectar los Caribe Mix con una conspiración criminal con sicarios, y mencionar en el proceso a ‘Duro de pelar’ u Operación Triunfo. Lo ha conseguido esta serie.
17. Nadie quiere esto (S01)
Netflix estrena una comedia romántica con dos actores conocidos de otras series muy populares, que apela a un demográfico concreto pero al mismo tiempo intenta contentar a todos y con una estructura muy clásica pero la capa de barniz justita para hacerlo pasar por algo medio moderno. ¿El algoritmo se ha puesto otra vez a trabajar? Sí, señora. ¿Es la típica serie que lo peta durante dos semanas porque (según datos ofrecidos por la propia Netflix) es líder de audiencia con 12.7 millones de jástrungs y luego jamás nadie vuelve a hablar de ella? Más que probable. Pero he aquí la sorpresa que salta un par de veces al año: es todo eso y además está bien.
Nadie quiere esto (horroroso título que no significa nada y resulta imposible de recordar) es una romcom que cuida con esmero tanto el rom como el com. Es divertidisima y sus chistes fluyen casi solos, pero también sale victoriosa de su apuesta de jugárselo todo a ser cute(lo es) y que haya química entre Kristen Bell y Adam Brody (la hay). No existe aquí ni una sola trama, ni una sola idea, ni un sólo milímetro de guión que sea remotamente original o que no hayamos visto trillones de veces en otros relatos del palo, pero sabe tener el encanto suficiente para que no importe nada. Y además se ve en un suspiro.
Hace diez años creíamos que el algoritmo iba a ser siempre esto. Ojalá.
16. Celeste (Miniserie)
La El Crack de la contabilidad B, la historia de amor de Shakira y Piqué desde el punto de vista de la AEAT. Carmen Machi nos deleita con su faceta más alfredolandística en otra serie especial de Diego San José. Pura intriga y tensión a través de un mundo que todos consideramos anodino en el mejor de los casos, pero que vuelve a estar llena de cariño por personajes peculiares y solitarios, además de ser capaz de retratar como nadie qué relación mantenemos en España con todo lo que involucra al Estado.
15. Mr. & Mrs. Smith (S01)
Pereza ante la propiedad intelectual (especialmente por una cuyo único legado es salseo con sus actores y la película original era meh) y una producción complicada daban poca fe ante esta serie. Pero Donald Glover ha sido listo, ha tomado lo mínimo del original y se ha rodeado de su peña de Atlanta para hacer algo exquisito, gracioso y perspicaz, pero diferente.
La relación de dos personas teniendo altibajos conectados con el trabajo (incluso uno tan particular como este) es un filón interesante que se explora a través de un formato tan televisivo como La Aventura de La Semana. Ha salido guay, y a ver quién era capaz de predecirlo.
14. Medina, el estafador de famosos (Miniserie)
Por algún motivo en España hemos decidido desmontar por completo el true crime más algorítmico y cuestionable, empleando el género para darnos historias de no creer. Probablemente tengas todas las dudas del mundo de ver una parodia del género de la mano de Jorge Ponce, pero claramente no tiene miedo en exponer todas las tripas tanto del medio como de su producción, metiéndose con gusto y gracia en los elementos metacinematográficos y luego también dejando momentos de partirse de risa.
No exageramos, tiene el gag del año. Y sí, lo reconoceréis cuando lo veáis.
13. Such Brave Girls (S01)
Kat Sadler, que crea, escribe y protagoniza esta serie británica, intenta tener, al mismo tiempo, un pie en la sátira más enloquecida y otro en una marcada emocionalidad femenina, pero llevado al terreno más chungo posible. Su trío protagonista es la Santísima Trinidad de la toxicidad estimulada por un sistema donde las mujeres se niegan a sí mismas para complacer a hombres que no tienen verdadero interés en ellas.
Sadler lleva la incomodidad de temas como la salud mental, la sexualidad o la precariedad hacia una tragicomedia llena de fascinante mala baba. Es siniestra hasta lo divertido, incorrecta en una manera afortunadamente femenina y bastante auténtica en lo que trata de contar a partir de exageraciones de lo que podrían ser comportamientos habituales que tengas al lado de tu casa. Vamos, mucho más que apreciable, es un cuchillo bien tirado.
12. Cristóbal Balenciaga (Miniserie)
Cómo sacar adelante este biopic ambientado en el mundo de la moda sin terminar evocando a El hilo invisible, incluso aunque la peli de Paul Thomas Anderson tenga otros intereses bien distintos. Es difícil despegarse cierta inspiración, especialmente cuando hasta Alberto Iglesias en la banda sonora se sirve de Johnny Greenwood a ratos. Pero los Moriarty, el trío de directores que ha dado Loreak o la más reciente Marco, han logrado rascar la superficie de alguien que ha hecho todo lo posible por mantener el enigma.
Alberto San Juan hace un fino trabajo de bisutería en una miniserie que sabe crecer, indagando en qué le llevaba a ese aparente apoliticismo o esa obsesión por la exclusividad. En el camino, se hace un impresionante trabajo sobre la creatividad, las asperezas al tratar con la genialidad y el imparable peso de una industria donde se rinden cuentas ante gente muy adinerada y puede primar la producción a la artesanía.
11. Hacks (S03)
Tras dos temporadas redondísimas, Hacks le ha tocado hacer ahora una temporada de consolidación como sitcom, donde pueda seguir divirtiendo y mantener el cariño por los personajes, hilando un montón de situaciones divertidas entre ellas dos.
Cumple en su mayor parte, y hasta deja un interesante vistazo a cómo una cómica de la vieja escuela como Debra encaja en la “cultura de la cancelación” en un notable episodio 8. Hay momentos donde se siente un poco acomodada de más, pero confiamos todavía, porque el final da una nueva dirección bastante prometedora. Y bueno, porque sus dos protagonistas lo valen todo.