Casi una treintena de películas sin contar otras producciones notables, entre ellas sus valiosos documentales. Martin Scorsese ha mostrado durante décadas su maestría, su atención al detalle y su exquisitez a la hora de rodar en muchos estilos diferentes, no sólo en el drama criminal que muchos todavía creen convencidísimos que está glorificando y retratando como héroes.
Hoy nos centramos en los largometrajes del italoamericano, especialmente ahora que se suma a la lista Los asesinos de la luna. No va a ser un top de consenso, porque como hemos insinuado antes hay varios Scorseses, y todos significan algo diferente para cada individuo. Incluso varía según pasa la vida de dicho espectador. Su riqueza es inmensa, y vale la pena celebrarla con una tiercita.
NO
Kundun (1997)
La Invención de Hugo (2011)
Vale la pena cuestionarse, viendo lo que le cuesta hacer historias de coming of age juvenil, si Scorsese no siempre tuvo alma de viejo y por eso le están saliendo tantas genialidades en el tramo final de su vida. A pesar de los esfuerzos por hacer una experiencia realmente inmersiva, con una bella fotografía de Roger Deakins, un montaje estupendo de su habitual Thelma Schoonmaker y la sobrecogedora música de Philip Glass, es difícil perdonar el fallo de cálculo que hace con Kundun1.
Su intento de exploración religiosa se pierde en la traducción, sintiéndose como un turista en un conflicto de inmensa gravedad, mientras que su intento de parque de atracciones juvenil con amor por el cine en La Invención de Hugo es poco más que un circazo. Lo que debería despertar ilusión se convierte en un festival de planicie visual y sentimiento de cartón piedra muy impropio de él.
OK
¿Quién llama a mi puerta? (1967)
El tren de Bertha (1972)
New York, New York (1977)
Gangs of New York (2002)
El Aviador (2004)
Shutter Island (2010)
No siempre se da todo a favor para que Marty haga una película maravillosa. ¿Quién llama a mi puerta? tiene toda el aura de primera película prácticamente estudiantil, con fascinación por el aire elusivo de la nouvelle vague, pero la sustancia justa. Eso sí, en las primeras secuencias están varias claves scorsesianas (la familia reunida en torno a la comida y bajo el faro de la religión, la violencia en las calles a ritmo de rock and roll).
En El tren de Bertha, además de los problemas del presupuesto ajustado de una película de explotación, le toca un editor que ni tan siquiera era tal sino productor2, matando el ritmo de lo que podría haber sido una road movie criminal digna con el sello Roger Corman. New York, New York fue su intento de homenajear los musicales clásicos de la MGM, aunque pasada por su percepción cruda y melancólica de la ciudad de Nueva York, intentando dar realismo a un romance que termina siendo tremendamente abusivo (uno que vimos mejor desarrollado en Annette).
Gangs of New York es su drama épico sobre la formación de Nueva York a través de intimidación y sangre, algo desmesurado en su relato y desigual en su reparto, con Daniel Day-Lewis muy por encima del resto. El aviador es su ambicioso biopic con el que intenta reflejar la obsesión y la distorsión de la realidad a través de la turbulenta figura de Howard Hughes, dejando momentos asombrosos en medio de una estructura bastante arquetípica.
Shutter Island no es la mejor versión de un tipo de película que ojalá se hiciese más, aunque sí que resulta especialmente cautivadora en esos momentos de flashback y en el más surrealista, donde la fotografía de Robert Richardson te deja con la mandíbula en el suelo. Esos momentos compensan un misterio poco intrigante sostenido en una serie de giros que estaban mejor realizados en Los renglones torcidos de Dios de Oriol Paulo3.
SÍ
Alicia ya no vive aquí (1974)
El color del dinero (1986)
El cabo del miedo (1991)
Al límite (1999)
El lobo de Wall Street (2013)
La zona de las películas guays, pero que están a unos pequeños detalles de ser obras grandes. Alicia ya no vive aquí se acerca en muchas ocasiones, con ese cruce de road movie setentera y esa subversión del melodrama de Douglas Silk para hacer un relato feminista donde brilla Ellen Burstyn... hasta ese final más que cuestionable por cómo se carga todo el viaje que ha ido construyendo.