Mozo dominguero #9: The Pains of Being Pure at Heart - S/T
Hemos decidido ajustar cuentas con nuestro pasado (y hemos salido sorprendentemente bien parados)
Autor: The Pains of Being Pure at Heart
Título: The Pains of Being Pure at Heart
Año: 2009
Género: Indie pop
País: Estados Unidos
Discográfica: Fortuna Pop!
Hace dos años, el equipo editorial de Pitchfork decidió enmendar los errores que hubiera podido cometer en el pasado. La revista acumulaba por entonces dos décadas de existencia, una pomposa adquisición y miles de álbumes a sus espaldas. ¿Pudiera ser que en el transcurso de tan largo tiempo algunos de sus editores hubieran emitido el juicio equivocado sobre un disco? Una veintena de trabajos fueron agraciados con una revisitación y un "renotaje", así bautizado. La mayoría subieron de nota, aunque hubo obvias excepciones.
Wilco, PJ Harvey, Prince, Chairlift, Daft Punk… El abanico de sospechosos no era en absoluto anónimo. Muchos de ellos publicaron sus discos en el tiempo y en el lugar equivocado, simplemente. Tomemos el ejemplo de Wilco: agostada su fase experimental, Sky Blue Sky fue recibido como un tibio ejercicio de narcisismo country. Se llevó un deprimente 5,2. Pitchfork no podía ser consciente de los horrores que vendrían después. Amortizada su madurez, encajados ya cómodamente en la categoría de rock nostálgico, Sky Blue Sky ascendió al 8,5.
Las excepciones a la baja fueron, entre otros, Foxygen e Interpol. El segundo disco de los primeros, We Are the 21st Century Ambassadors of Peace & Magic, fue recibido con alborozo en casi todas las revistas especializadas. Foxygen, un grupo irregular y caótico, habían firmado en su debut una colección de canciones mágicas. Su continuación les condujo a los romos caminos del revival psicodélico, a una suerte de memoria de 1967 impulsada entonces por Tame Impala y otras asociaciones delictivas. Se llevó un 8,4. En 2021 cayó al 6,3. El ajuste era más que merecido, pero llegaba por las razones equivocadas.
Consciente o inconscientemente, Pitchfork ajustaba cuentas consigo misma. Lo que en apariencia pudiera ser un interesante ejercicio memorístico, aquí se convertía en una adecuación al canon. Las notas revalorizadas no eran más que una regresión a la tendencia y a la opinión publicada, algo que preocupa sobremanera a Pitchfork, muy por encima del mérito artístico de los discos que analiza.
La semana pasada, escuchando a The Pains of Being Pure of Heart tras muchos, muchos años guardados en un cajón, me asaltaron infinidad de preguntas. ¿Habrían superado ellos la prueba del tiempo establecida por Pitchfork? ¿Superan la nuestra? Sobre esto último no tenía demasiadas dudas. Si acaso, nuestra crítica original, un mar de elogios y un 8,1, se había quedado corta. ¿Qué destino le depararía a Hipersónica si "renotara" algunos de los discos hundidos en los infiernos o elevados a los cielos por obra y gracia de nuestro capricho?