Pink Floyd otra vez en guerra, un Seinfeld tránsfobo, Bruce Springsteen matando fanzines...
...y otras noticias con las que ponerse al día.
¡Valladolid, buenos días!
Ayer tuvimos tier y estamos ya preparando nuestros siguientes disco a disco, así que hemos abierto encuesta para que nos digáis cuál os apetecería leer.
Hoy tenemos broncas clásicas, decisiones tomadas en el peor momento posible y un repaso a aquel momento en que se gestó Raw Power, que acaba de cumplir 50 años y que estuvo a punto de no salir al mercado jamás porque, en palabras de los ejecutivos de la discográfica, o lo mezclaba Bowie o no se publicaba.
Psst, alerta del mejor disco de 2022
Compra obligada, qué duda cabe. Si no todavía no habéis escuchado La noche interior de Betacam, qué narices estabais haciendo cuando sacamos la lista de lo mejor de 2022. Y si no os fiais de nosotros, hacedlo del propio Betacam que nos lo explicó de inicio a fin muy bien aquí:
Qué bonito el canto de los pájaros prog
Hay un meme muy recurrido en la redacción de Hipersónica. El de “Cuándo vas a devolverme las lombrices que me debes”, donde lo que desde fuera parecen cantos de pájaros en realidad son discusiones hirientes y gente alentando alrededor. El meme es aplicable a los dos pesos pesados de Pink Floyd desde hace 45 años.
Sí, se siguen odiando hasta las trancas. David Gilmour se ha subido al carro del insulto que ha lanzado su mujer Polly Sampson, que ha llamado a Roger Waters “antisemita, apologista de Putin, mentiroso, ladrón, hipócrita, evasor de impuestos, misógino, enfermo de envidia, megalómano”. Y lip-synching 😂.
El motivo es una de las entrevistas recientes de Waters, donde ha comentado la canción protesta que han sacado los otros miembros de Pink Floyd en apoyo de Ucrania. “He visto el vídeo y no me sorprende, pero me parece muy, muy triste. Me resulta tan extraño, esta acción carece de humanidad. Fomenta la continuación de la guerra”.
“Es decir, no han exigido: ‘¡Paren la guerra, paren la matanza, reúnan a nuestros líderes para hablar!’. Es sólo este ondear sin contenido de la bandera azul y amarilla. Escribí en una de mis cartas a la adolescente ucraniana Alina: No izaré ninguna bandera en este conflicto, ni ucraniana, ni rusa, ni estadounidense”.
De paso, ha redoblado su posición sobre la guerra en Ucrania, llamando criminal de guerra a Joe Biden por proporcionarles armas y diciendo que está abierto a escuchar lo que Putin tiene que decir.
El antisemitismo viene por otra de las posturas que ha redoblado en dicha entrevista: su decisión de boicotear a Israel, denunciando el genocidio que cometen de manera continua.
Waters se ha tomado la libertad de responder a Sampson a través de Instagram, como podéis comprobar. “Roger Waters es consciente de los comentarios incendiarios y tremendamente inexactos que Polly Samson ha hecho sobre él en Twitter, comentarios que refuta por completo. Actualmente se está asesorando sobre su posición”. Qué elocuente.
La inflación de las entradas mataron los fanzines
A Bruce Springsteen se le acabó la paciencia y estaba harto de ser el tonto de la industria que cobraba las entradas por debajo de lo que podía rascar realmente. “Oye, ¿por qué no debería ir ese dinero a los tipos que van a estar ahí arriba sudando tres horas por la noche?’”. Una decisión que ha llevado a los precios dinámicos que están causando que Ticketmaster esté siendo despellejada hasta en el Congreso.
Pero hay una víctima verdadera y más modesta por estos precios. Backstreets es uno de los fanzines más longevos en torno a la figura de The Boss, siguiendo sus novedades y sus giras desde la época de The River. 43 años después, anuncian el cierre de operaciones.
Christopher Phillips, el editor jefe, no duda en señalar los precios dinámicos para su próxima gira como un causante, con entradas llegando hasta los 5.000 dólares: “Seis meses después de la puesta en venta, seguimos enfrentándonos a este triple aprieto: Se trata de conciertos que apenas podemos permitirnos, que muchos de nuestros lectores no pueden permitirse y por los que una buena parte de ellos ha perdido interés”.
“Nos dimos cuenta de que no seríamos capaces de cubrir esta gira con el empuje y el sentido de propósito con los que hemos funcionado ininterrumpidamente desde 1980. Esa determinación vino acompañada de la sensación de que habíamos llegado al final de una era” continúa su comunicado. Se publicará un último ejemplar, con la web destinada a la paralización y el cierre del tablón de anuncios. Se mantendrán, eso sí, las cuentas en redes sociales y la lista de correo.
Nos has hecho llorar, Bruce, y no de la manera buena. Shame.
La IA también es cancelable
Lo hemos ido dejando pasar, pero toca hablar de Nothing, Forever. Este peculiar programa de Twitch viene generado por herramientas de IA al estilo de Chat GPT3 para intentar crear contenido infinito de Seinfeld. Esta IA está entrenada para escribir y producir una parodia de una sitcom sobre nada a partir de la icónica serie del cómico.
Y como está basada en horas de contenido de un cómico, era cuestión de tiempo que hiciera algo cancelable. Al estar emitiéndose 24/7 en Twitch le ha dado tiempo a volverse autoconsciente. De ahí a soltar chistes tránsfobos solamente había un paso.
Recreando una de las rutinas de Jerry Seinfeld al comienzo de los episodios, esta IA ha empezado a soltar lindezas como “En realidad estoy pensando en hacer una broma sobre cómo ser transgénero es en realidad una enfermedad mental” o sobre “cómo los transexuales están arruinando el tejido social. Pero nadie se está riendo, así que voy a parar. Gracias por venir esta noche. Hasta la próxima. ¿Dónde ha ido todo el mundo?”. Twitch no se lo ha pensado dos veces y ha suspendido la cuenta durante dos semanas.
Los creadores Skyler Hartle y Brian Habersberger han abordado la polémica en su Discord, afirmando que el abrupto transfóbico de su creación se ha debido a que han cambiado del modelo de IA Davinci, que estaba dando errores, a un modelo previo llamado Curie, menos sofisticado y, por lo visto, más propenso a los delitos de odio.
No obstante, esto no resulta ni mínimamente justificable y es hora de cancelar a los cómicos de IA para que no sigan causando daño a la sociedad. Gracias al esfuerzo de Internet, podremos destruir su carrera hasta el punto donde acaben haciendo sold-out en el Madison Square Garden.
Por su parte, el cómico de carne y hueso Jerry Seinfeld no tiene especial miedo porque una de estas tecnologías le terminen reemplazando en su trabajo: “No me preocupa la IA. La irán haciendo cada vez más lista, pero para hacer [stand-up] tienes que hacerla más estúpida. Tienes que ser estúpido para hacer esto”.
Movies are back
Fabuloso el timing de la cadena de cines de AMC para anunciar, justo en medio de un pequeño resurgir de la asistencia a los cines ante la variedad de ofertas, que van a resucitar el concepto del gallinero. La empresa anuncia una nueva política donde cobrará un extra para poder sentarse en los asientos centrales.
También cobrará más baratas las entradas para quienes ocupen los asientos en la primera fila (lo cuál hará que los asientos para discapacitados se tengan que mover, genial). Un movimiento que veremos si no terminarán reculando de igual manera que Netflix lo ha hecho con sus medidas anti-compartir contraseña, ya que mucha gente está encendida con el tema.
Por supuesto, está fuera de lugar aprender algo de ver cómo el público de mayor edad, el que más estaba costando recuperar a nivel de asistencia, ha ido en masa a ver la nueva película de Jane Fonda, que ha rebajado los precios de las entradas para precisamente atraerles. Si acaso, la lección es que deberán cobrar más por las pelis de Marvel que todo el mundo irá a ver sí o sí el primer finde.
Estaría interesante, eso sí, que incorporasen la idea que ya hacen algunas cadenas de nuestro país, que también cobran extra por determinadas butacas. Como los Yelmo, que las más centradas incluyen calefacción para que te sude el culo mientras tu cara se llena de lágrimas viendo a Brendan Fraser en La ballena.
Pausa de minutos… ¿racistas?
Ronda de emojis y breves
😡 Dice Morrissey que está empezando a creer que Capitol está saboteando su disco. Si es por malo o porque al fin se han dado cuenta de que es idiota no está claro.
🤠 Ahora que tiene mil spin-offs en marcha, Yellowstone podría llegar a su fin esta temporada. Y el motivo podría ser que Kevin Costner se ha cansado del creador y de seguir rodando la serie.
🏨 Hotel Fawlty regresará más de 40 años después con John Cleese de vuelta como protagonista. Qué necesidad.
💞El último adelanto del nuevo disco de Yo La Tengo, This Stupid World, es amor.
Bonus track: Cuando Iggy encontró a Bowie
Situémonos. Estamos en 1971 y The Stooges, después de publicar sus dos primeros trabajos, se encuentran en un momento crítico. A excepción de Ron Asheton, son una pandilla de heroinómanos cuyo cantante apenas puede mantenerse en pie en los conciertos. La cosa se había salido tanto de madre que corría la voz de que Iggy se iba a suicidar en el escenario en uno de sus conciertos y gran parte del poco público que se acercaba a sus directos lo hacía para ver si tenía suerte y lograba presenciar el acontecimiento. Para colmo, ni The Stooges (1969) ni Fun House (1970) vendieron una escoba y Elektra Records les había echado a la puta calle. No quedaba otra opción que tomarse un descanso y reflexionar, si es que aquella panda de tarados era capaz de algo así.
Entonces ocurrió algo: Bowie viaja a Nueva York y, mientras el grupo de Elektra por el que todo el mundo pregunta es The Doors, él decide que a quien quiere conocer es a Iggy. El encuentro se produce en el Max’s Kansas City y ahí prende la chispa. Como en todas las historias de esos años, las versiones varían mucho según quién la cuente, pero todos parecen coincidir en que fue realmente el inglés quien quería trabajar con el americano. Leee Black Childers, fotógrafo y testigo de excepción de la noche neoyorquina de aquellos años, lo explica así en el imprescindible Por favor, mátame (Legs McNeil; Gillian McCain, 1996):
“Creo que el encaprichamiento de Bowie con Iggy era debido a que Bowie quería probar la realidad del rock and roll en la que Iggy vivía y que David Bowie nunca podría experimentar porque era un estudiante de arte del sur de Londres mientras que Iggy era un desecho de Detroit. David Bowie sabía que nunca alcanzaría la realidad en la que Iggy había nacido y pensó que podía comprarla.”