Los mejores discos españoles de 2022
Ordenados en cómodo ranking para que el Tribunal Constitucional los pueda recusar
Hi, personicas:
Terminada la lista internacional de los mejores discos de 2022, vamos ahora a la española/nacional/estatal/anticonstitucional/lo que queráis.
Antes de eso, quedaban tres suscripciones anuales a Tidal Hi-Fi Plus por repartir. Los últimos ganadores de ese REGALAZO por sólo votar en los mejores discos de HS según los lectores han sido: Rumsas, Tato y wowee. Su primera elección como disco del año internacional ha sido, respectivamente, el Pompeii de Cate LeBon, el We've Been Going About This All Wrong de Sharon Van Etten y el God’s Country de Chat Pile. No todos han entrado en nuestra lista definitiva, pero esperamos que la suscripción sirva para lamer heridas.
A los que no hayáis ganado esta vez… no os preocupéis, que vamos a empezar a hacer concursitos de estos más a menudo. Por cierto, los resultados de los mejores discos según los lectores llegarán en su fecha habitual. Si no sabéis cuál es, pues un día de estos os los encontraréis en vuestro mail.
Y, bueno, vamos allá con la lista de los mejores discos españoles de 2022. Hoy diez, mañana los otros diez. Disfrutadlos, especialmente aquellos que aún no hayáis escuchado antes, que de eso se trata.
20. Nacho Vegas - Mundos inmóviles derrumbándose
Uno de los rostros más reconocidos del panorama musical estatal de las dos últimas décadas se enfrentaba, de alguna manera, a la necesidad de renacer. Puede sonar excesivamente épico, y seguramente lo sea, pero lo cierto es que Nacho Vegas iba pensando en cómo dar a luz a su octavo disco de estudio al mismo tiempo en que necesitaba encontrar nuevos compañeros de viaje, tras ser los León Benavente los que lo acompañaban siempre como banda de estudio y directo (finalmente hay muchos nombres ya conocidos anteriormente por Vegas entre sus nuevos acompañantes, como Manu Molina o Hans Laguna). Sumémosle a esto una mudanza a Ortigueira (la asturiana, no la gallega), una villa de poco más de 500 habitantes, lugar que puede parecer idóneo para irse en periodo de pandemia, y seguramente también para encontrar la paz interior que se supone precisa Vegas para ir tejiendo sus composiciones.
El resultado lleva cinco días con nosotros, más allá de unos adelantos que, poco a poco, nos fueron dejando un gran sabor de boca. "Mundos inmóviles derrumbándose" recupera a un NV que quizás no acabábamos de ver desde algunos tramos de "La zona sucia" (escucho "El don de la ternura" y se me viene "Taberneros" a la mente). Quizás con unas letras de menor calado político, salvando excepciones como la fantástica 'Big Crunch', y más contenido allegado a otros clásicos del asturiano. La historia de ‘Ramón In" puede recordar a ‘Hablando de Marlén’ en cuanto al protagonista, llena de referencias a esos mundos entre lo marginal y lo absolutamente rutinario en los que tan bien se maneja Vegas.
Mundos inmóviles derrumbándose es, sobre todo, un disco hermoso. Bien bien bonito. Plagado de canciones fantásticas, empezando ya desde "Belart" qué fácil es para una rosa morir, no se oye ningún lamento y sin excepciones. Especialmente conmovedoras nos han parecido por aquí, además de la mencionada "El don de la ternura", "Esta noche nunca acaba" o "Un principiu de crueldá", idónea para ir celebrando, junto a esa versión del 'Summers End's' de John Prine, "Muere el verano" (no la busquéis en plataformas, no hubo tiempo de tramitar derechos a ese nivel) ya la oficialidad del asturianu. El mejor disco de Nacho Vegas en mucho tiempo. (Chou)
19. Ernia - How to Deal With Life and Fail
Ernia son plato picante como pincho de sardina con guindilla, pero hay pocos discos de grindcore que logren trascender de la manera que lo hace este How to Deal With Life and Fail. Los riojanos exploran del todo la violencia del deathgrind, incorporando también pequeños detalles técnicos enriquecedores sin necesidad de caer en la pretenciosidad prog. De hecho, temas como 'Room Full of Paper Cranes' muestran lo bien medido que tienen todo y como pueden sacudir lo más profundo de tu sistema nervioso.
Esta es la clase de Excel que igual sólo valorarán los muy cafeteros, asiduos al volquete del metal, pero también hemos visto casos de gente como Vektor trascendiendo con un estilo muy feroz y técnico. ¿Por qué no puede ser el caso de Ernia? Si hasta hacen memes cachondos que podríamos hacer nosotros mismos para explicar su disco.
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Muy a favor de ellos. (Black Gallego)
18. Camellos - Manual de estilo
Pocos grupos como Camellos han abrazado mejor su "irrelevancia". Saben que, por estilo y por la retranca que tienen en lo que cuentan, no van a estar petándolo en el algoritmo ni en portadas de nada, aunque no hay grupo que mejor toque lo actual mientras parece ser sacado de otra época. Ellos mismos parecen vivir ese momento vital donde la época dorada para ellos se pasó. Las amistades pasadas, el desengaño laboral, las relaciones que sólo te quedan vivir con cierta tragicomedia. El viejovenismo.
Lo asumen y, de hecho, deciden hacerlo su discurso. Uno para reír y para llorar. Y, de nuevo, pocos se mueven tan bien dentro de esos márgenes. Con un post-punk destartalado, pero también tirado con precisión afilada, en Manual de estilo vemos a unos Camellos más reflexivos pero también desencantados. También un poco resignados, pero sin renunciar a lanzar algunos de sus dardos envenenados. Quizá se eche un poco más en falta más de la urgencia de sus predecesores, pero han sacado algo notable de algo que podría haber salido fatal a muchos. Podrían ser el grupo que cante tu vida, aunque igual no desearías que llegues a ese punto. (Black Gallego)
17. Dotore - Las horas claras
Siete años llevábamos ya sin tener noticias de Pablo Martínez Sanromá. Su proyecto, Dotore, es de esas pequeñas joyas que, aunque desaparecen de tu vida más pronto que tarde por lo humilde de su propuesta, cada vez que por casualidad se cruzan de nuevo en tu camino te parten un poquito el corazón. Seguro que se os ocurren unos cuantos nombres aparte de Dotore para ilustrar este ejemplo, pero hoy celebramos aquí este caso y el advenimiento de su cuarto álbum, "Las horas claras".
Un trabajo delicadísimo, emocionante, nacido sólo a base de los samplers de voces y palmas del propio Sanromá, pero cuyo resultado, de nuevo, es sobresaliente. De querencia claramente ambient, ‘Las horas claras’ coquetea también con el minimalism o la música coral, y tiene en ‘La canción de nuestro próximo verano’, ‘No tengas miedo’ o ‘Quedarme así’ claros ejemplos de inspiración enorme. Puede que, de nuevo, y más ahora todavía, donde las músicas son mucho más efímeras, Dotore desaparezca de nuestras escuchas en unas semanas. Será una pena, pero al menos sabremos que siempre que se cruce en nuestro camino habrá un lugar seguro adonde ir. (Chou)
16. Leia Destruye - Leia Destruye
Mucho tiempo después de lanzar el primer single de su álbum debut, Leia Rodríguez ha dado a conocer por fin su propuesta en largo. A Leia, aunque puede que no lo sepáis, ya la conocíais de ser integrante principal de Mourn, proyecto con el que ha alcanzado notable éxito universal de la mano de su hermana Jazz.
'Camino de vuelta', aquella pieza que hace casi año y medio llegó a nuestras vidas, dejó bastante claro que con su proyecto en solitario, Leia Destruye, se procuraban rincones poco comunes a los encontrados con Mourn. Leia explora terrenos pop-rock con mayor aroma a cantautor. De hecho, por hacernos una idea, la propia Leia habla de McEnroe entre sus principales influencias, y no cuesta reparar en las similitudes.
Leia Destruye ha ido musicando poemas de Marc Menéndez y dotándolos de melodías a medio camino entre la oscuridad Cureniana de "Madera mojada" o "Zarzas", la desgarradora potencia de "Tentar a la suerte" y la energía y optimismo de esa declaración de amor absoluta que es "Por los dos". Un debut terriblemente esperanzador, que, ahora en solitario, continúa confirmando a Leia Rodríguez como uno de los mayores talentos del nuevo pop estatal. Sí rotundo. (Chou)
15. Balcanes - Gloria Eterna
Con Balcanes nos enamoramos pronto con el EP Carne Nueva, aunque resulta complicado hablar de enamoramiento con un grupo tan ruidoso y abrasivo como intenso y animal. Sea como sea, dieron con una tecla buena, aunque no se han prodigado en exceso con trabajos de estudio. De hecho, es ahora cuando podemos hablar de su primer álbum en "largo" (hacen falta las comillas, porque al final dura seis minutos más que aquel trabajo).
Pero esa es cuestión menor. Lo importante es que han vuelto, y han sido capaces de que siga sonando engrasada es maquinaria de ruido, de punk intenso y distorsionado, de arrollar con canciones que se dan de cabezazos contra el muro para derribarlo. Sin miedo a meterse en lo industrial o la abstracción, Gloria Eterna recupera ese impulso cargado de desasosiego y ganas de convertir todo en cenizas, haciendo una obra no especialmente ligera pero sí que reclama tu atención a cada segundo que está sonando. Otro triunfo más para el sello Humo, que está en una rachita estupenda con La URSS y Mausoleo. (Black Gallego)
14. David Cordero - Winter Landscape
Otro trabajo del prolífico David Cordero, hoy por hoy uno de los grandes artistas del ambient español, sino el más referencial en relación a la trayectoria de los últimos años y el nivel de cada disco. Después de un 2021 en el que no paró quieto, en los primeros días de 2022 veía la luz este Winter Landscape, una obra de ocho temas en las que caer una vez más ante el manejo de las armonías por parte del productor andaluz. Si han sido varios los LP recientes que tenían un toque conceptual o como mínimo con una línea discursiva clara a nivel de inspiración, este no es menos. Sin llegar a los picos de épica de La Isla Dormitorio, el gaditano dibuja fríos paisajes sonoros en los que en cada tema, en cada tramo del viaje, hay leves cambios en el tamiz para darle más personalidad al hilo conductor; ahí está la sinfonía creciente de 'Svalbard' con el fondo de teclados, esos armónicos casi saturando en 'Calm by the Sea' o la preciosa irrupción casi drone de 'Sukkwan Island'.
Un notable álbum del que destaca por encima de todo el tramo final, con las tres mejores piezas encadenadas para darle un final solemne. Además de ese anterior y tímido acercamiento al drone, el productor traza lentos beats en 'Vostok' y 'Permafrost'. Un tempo que permite acentuar la emoción de un imaginario sonoro bastante común en el género, el espacial, sobre todo en la primera. Frío, espacio o los lugares que plantee Cordero, siempre suele impresionar con sus producciones y esta es una muestra más. Otro largo en el que deja al oyente empequeñecido ante la inmensidad sonora y espacial que crean sus propuestas. (Ferraia)
13. Casa Dragón - A mí me vale
“Dicen que soy un asesino, / pero yo solo iba a tomarme unos vinos”
Hay mucho atractivo en lo rústico, pero no seremos nosotros Ana Iris Simón, al menos de momento (y tampoco Aranjuez debería ser ejemplo de ruralidad). Hablamos, hoy, aquí y ahora, de lo rústico en la música de Casa Dragón, el trío madrileño que nació de picotear aquí y allá entre gente guay (Juana Chicharro, Fabuloso Combo Especto, Cmon Tutankhamon) y que ahora edita su segundo disco. Uno grabado hace un año y que apunta más alto cuanto más cavernícolas se ponen. Ese primitivismo rock es el que propulsa ‘Pangea última’ mientras imagina el fin del mundo según la teoría de placas. El que se caga en todo quisqui mientras desbroza ‘Som gent de P.A.U.’ (“tenemos huerto urbano, pero entre bloques no sale el sol”). El que recuerda a aquella explosión ratonera fabulosa que fueron los discos que editó Alehop (la versión de ‘Posponías’, de Single, es TAN aquello…). El que saca oro de las anécdotas de sucesos (‘Volver a Fresno’) .
“El Decathlon / es la nostra nació / Som gent de PAU / Ikea es el nostre Deu"
Son tíos listos. Podrían hacerlo todo tan mediocre como para acabar siendo otro grupo madrileño más. Pero Casa Dragón saben venderte bien el perfil que debes mirar. Igual en el otro son feísimos, y si enseñan la pierna sin depilar pues les va algo peor (en su caso, los pelos son el hit pop, como en ‘60 gramos’), pero cuando deciden quedarse en una intersección entre K Records, el primero de los Modern Lovers, la actitud mongoloid de Devo, el ruido punsetero y los Ramones (aquí claramente en ‘Don Manuel’) te parecen el grupo más guapo de tu alrededor. Eh, y uno al que puedes aspirar, que tampoco necesitas estar pensado todos los días en la élite top model.
Y ‘Puericultura’ es el himno paterno que no te hará vomitar, uno que imagina futuros imperfectos (qué le dirás a tu hijo cuando se fume porros con lo que tú has sido, gandul) y presentes no tan maravillosos… pero sí porque, al fin y al cabo, el chaval sigue respirando.
Te levantas muy temprano, son aún las seis, que cojones voy a hacer duérmete (…) Y entonces vuelves a llorar / Eso es que logras respirar / Y aunque no pueda dormir, sé que sigues junto a mí / Y aunque no pueda dormir, si no mueres soy feliz.
La podrían haber escrito Kokoshca si no estuviesen TAN lejos del mundo paterno. De cualquiera de los mundos, quizás. Cuanto peor, mejor titularon Casa Dragón su anterior disco, a lo Rajoy. Cuanto más primitivos, mejor, les decimos nosotros. “Un poco de colonia no te vendría mal / Peor sería currar en una editorial”, cantan. Vale, pero tampoco os echéis mucha que os desgraciáis, desgraciaos. ¿O no recordáis lo que le pasó a Jon Spencer? (probertoj)
12. Vicente Navarro - Las Manos
La propuesta del madrileño Vicente Navarro vivió momentos de considerable repercusión en su debut con “Casi tierra”, que lo puso en las primeras filas de esa clase que está cada vez más habitada: la de músicos españoles que están buceando y reinventando un poco desde la tradición y las raíces. Difícil no nombrar a Navarro, por ejemplo, sin acordarse de Rodrigo Cuevas (y, probablemente, viceversa). En el caso de Navarro lo hace desde Madrid , aunque su propuesta no puede acercarnos más a lo rural. A una tierra cada vez más seca y árida, pero con esos rincones en los que, de forma pseudomilagrosa, aparece vegetación y esperanza.
“Las manos” no envidia ni un poquito las prestaciones de su predecesor. Desde bases electrónicas atrapantes, Navarro nos habla un idioma añejo pero cercano y reparador. Un rincón en el que sentirse abrazado mientras se enlazan temas absolutamente sobresalientes, como ese tramo de “La fuente”, “Camposanto” (fascinantísima) y “Una herida” que coloca al disco entre la excelencia de la cosecha estatal en 2022. Navarro alcanza un grado de sensibilidad y capacidad de emoción que dejará a muy pocos oyentes con el gesto torcido, sin rendirse a su apabullante talento. (Chou)
11. Putochinomaricón - JÁJÁ ÉQÚÍSDÉ (Distopía Aburrida)
Además de quizá el mejor nombre artístico de toda la escena española, Putochinomaricón ha tenido varias de las canciones pop más volubles, consecuencia de su interés en apuntar en todas las direcciones posibles. Eso ha llevado a que no siempre haya sido tan interesante cómo lo han sido sus grandes temazos, que los tiene. No es un problema, hay algunos que son mejores en singles que en disco. Aunque eso ya no se aplica en su caso.
JÁJÁ ÉQÚÍSDÉ (Distopía Aburrida) -también tiene los mejores títulos de disco de la escena- tiene aroma de primera obra total de Chenta Tsai (su nombre real), donde el nivel de las canciones es menos oscilante y mejor sensación general deja. Quizá ayuda que tenga mejor hilado que nunca discurso lírico y sonoro, con sus letras comentando la distorsión de la realidad en la convivencia de lo físico y lo digital, mientras que lo hila todo en una fabulosa coctelera de clara influencia de SOPHIE y de la Charlie XCX producida por ésta, además del turbosubidón de Danny L. Harle y la eufórica música de baile noventera.
De ahí un disco que va a todo trapo cual huracán, cañonazo tras cañonazo, y antes de darte cuenta ya te ha escupido. 29 minutos que se sienten fugaces, pero no tanto como para que no te deje cierto poso. Temas como 'Tamagotchi' o 'Adulto Incomprendido' muestran un hyperpop perfectamente medido, de ir a todo tren mientras crea gemas con las que tocar el cielo con las manos. Pero el tramo entre 'Otra fisicalidad' a 'Chique de Internet' resume perfectamente la esencia de "unta esa mierda que me gusta, madre". (Black Gallego)