Tier 4 de marzo: ojocuidao, los hombres
Los discos de la semana, ordenados en cómodo ranking para que no tengas que pensar
Hi, personicas:
Nueva semana, nueva tier.
Recordad que en la primera de mes regalamos discos sólo porque nos mandéis vuestras tiers de meses pasados. Los ganadores esta vez son J Orna, enamorao del pop malcantao:
Y M. Ayuso, que nos ha hecho un artículo de Los Ramones:
Y ahora vamos con la nuestra. Avisamos de que hay varios discos de la semana a los que no hemos llegado porque íbamos en bici y no podíamos desarrollar1; si los echáis de menos, esperadlos en la semana siguiente.
Directo al Excel
The Men - Buyer Beware
Género: Declarado un incendio en Nueva York, banda local quema un antro a base de fuzz
Open Your Heart, New Moon, Tomorrow's Hits, Devil Music... Durante la pasada década, The Men lo fueron todo (todo para esta casa). A mitad de camino entre el sonido garagero de tugurio y el rock'n'roll clasicón, bluesero, tirando de saxo, estaban en la cumbre del molar. En su particular cresta de la ola. Post Devil Music, bajaron el pistón y en trabajos como Drift (2018) o Mercy (2020), parecía que el fuelle empezaba a agotarse. Nueva década, y fin de ciclo. Sin embargo, a veces tenemos prisa en matar a nuestros héroes. Pero ya en 2023 en su anterior álbum, y ya fuera de Sacred Bones, publicaron New York City. Un título desde el sello Fuzz Club. Todo parecían señales: misión, renacer. Evocar el espíritu andrajoso del r'n'r de New York y volver a pisar el pedal como si les fuera la vida en ello. Buyer Beware es la misma actitud. Y por tanto la correcta.
La del espíritu rocknrollero desbocado: olor maloliente y punteos sin final bañados en hedor a cerveza en un antro destartalado a altas horas ('PO Box 96'). Pero, para nuestra santísima suerte, y la suya, porque aquí vuelven a recordar a aquella cresta de su ola de hace diez años, no solo hay fases que lleven a ese estereotipo. También hay baladitas guitarreras de las que sonaban en aquellos maravillosos temas de New Moon y Tomorrow's Hits, como 'Charm'. Apoderándose de tu corazón, una vez más. Mucha melodía pegadiza y duetos corales para deshacerse. Ambivalencia en la que lo mismo que te hacen eso, vuelven al detonar su garganta. Al fuzz. Vuelven al fuzz. Y aunque sus canciones bonitas siempre te pueden desarmar, hay que reconocerle a este Buyer Beware que su principal valor es ese retorno a los Stooges, a un sonido desaliñado, fogoso. El del mismo fuzz de sus primeros años.
La misma 'Buyer Beware' y el saxo incendian todo. De esos temas cuasi antológicos para ellos. Bien podría ser casi un amago donde apareciese cierta iguana de Detroit. Porque como él, ellos no pueden ni quieren morir. Aquí consuman su retorno a lo grande. Con un disco en parte fatalista y acorde a los tiempos extremos y acelerados de hoy. El r'n'r toca a tu puerta. Además, con la producción de Travis Harrison (Guided by Voices, Built to Spill), que algo sabrá de sacarle brillo y grasa a eso de las guitarras, a veces incluso más pesadas de lo habitual, en ese final incendiario. "When you gonna stop running?" empiezan gritando The Men en el disco, desatados. Vienen a por ti. A por todos. (Ferraia)
We Ruanda - Bantu
Género: Sube el limitador
Tenía que llegar. La conexión que Elphomega, Escandaloso Xpósito, Guerrita y Ciclo habían armado en torno al sello Ruanda Récords estaba claro que iba a crecer sin parar. La gira conjunta en 2024 amplió esa idea que ahora Bantú hace realidad: un disco a muchas manos, colaborativo, en el que ninguno quiere ser la estrella porque es el colectivo el que lo es. La gente, el pueblo, bantú.
Ciclo maneja el timón: la idea era poder firmar un disco de AOR donde la R es de Rap. Algo que ya hemos visto en algunos discos de Elpho y que aquí se traduce en esas cadencias entre el bar de jazz y el soul meloso, con el propio Ciclo en estado de gracia, superando las apariciones de Manu Beats, Lost Twin y Zak Nelson, aunque nadie baja de lo notable. Bantú podría estar sonando todo el rato, pero a la vez no se conforma con ser colchón: quizás a eso se refieran ellos con lo de adult oriented rap
Líricamente, podrían haberse puesto grandilocuentes, que les da de sobra para ir con el ego crecido. Pero, al contrario, Bantú es un disco que apuesta por lo cotidiano. Por bajarse del escenario en que lanzas salmos para revisar las pequeñas cuestiones. Tener a Elpho siempre es buena señal: toda una vida esquivando el verso fácil. Guerrita, que con Ciclo ya firmó esa cumbre llamada Metrópoli, se muestra sobrio y divertido a la vez. El ritmo de punchlines de todos es para besarse los dedos como un chef y ahí temas que ya te cogen a la primera y no te soltarán, como ‘Limitador’. Súbelo también en tu casa.
Un disco al que volver muchas veces y un resumen perfecto de lo que Ruanda supone para el hip-hop de este país. (probertoj)
Discos que SÍ
Nuevos Mundos - Nuevos Mundos
Género: noisepsicodelia para hacerte el centro del mundo
Apenas un EP, Mis Plantas, era poco para saber si lo de Nuevos Mundos podía cristalizar en algo de relumbrón. El cuarteto madrileño apuntaba ya maneras objetivos (el reverb, la neopsicodelia, el ruido) pero, claro... sólo tres canciones.
Ahora, el debut homónimo (editado en Cuarto Sonoro) en largo despeja dudas: hay grupo y hay banda. Hay canciones de sobra para sostener la incursión en un territorio donde muchos nos sentimos a gusto, pero tampoco aceptamos a cualquiera. Esa zona en la que habitan los Yisus que ya no ponían el taladro de feedback en primer plano. Ese lugar en el que el noise-pop endulza pero se expande. Los mundos de Jason Pierce (con o sin Sonic Boom). Los de Los Planetas antes del advenimiento del flamenco, de esas canciones que habitaban entre los hits pop. Los de, ay, Acetone: el grupo que más triunfó en el corazón de menos gente.
'La levedad' abre el disco para colocarte exactamente donde todo va a estar: el ruido y la calma, a la vez, en la misma canción, incluso en el mismo momento. Un lugar de voces ligeras que miran el panorama desde lejos, de guitarras atmosféricas y bases que Óscar Moreno (Nudozurdo, La Débil) ha producido para que el globo pueda echar a volar. Y vaya si lo hacen: ya sea a base de ruido dulzón noventero ('Atasco M-30'), ya mediante melancolía a chorro ('Biblioteca nacional'). Canciones para tumbarse en el suelo, cerrar los ojos, que te pasen por encima, echarte a flotar.
No, nada de shoegaze; más bien space-noise. Anda que no nos gustan aquí estas cosas. (probertoj)