Tier List 20 de agosto: it’s so OVER
Los discos de la semana, ordenados en cómodo ranking para que no tengas que pensar
Hi, personicas:
Nueva semana, nueva tier. ¿Se os ha hecho larga la vida sin nosotros? A nosotros, no nos vamos a engañar, sí que un poco sin vosotros, aunque hemos regado las (pocas) lágrimas con ciclismo, olimpismo, vino… y un montón de discos que va a haber que empezar a recopilar por aquí.
Para celebrar nuestro regreso, esta primera tier de agosto será de lectura abierta para todos, y no sólo para los suscriptores. Pero si aún no lo eres y te gusta, te recordamos que esto es lo que reciben todos los martes, sin falta, quienes pagan por apoyar a que Hipersónica siga viva:
Y ahora sí, vamos con la tier:
(Si la tier se corta en tu email, es porque es muy larga, así que tendrás que leerla al completo en la web. Y si echas en falta discos de estas semanas previas, no nos han cabido todos, que llevamos muchos días tocándonos las bolas en un descanso merecidísimo, así que… a esperar a la tier del martes que viene antes de decidir lo que tienes que pensar)
Directos al Excel
Nightshift - Homosapien
Género: Ex-raros se vuelven más indies
En 2021 los escoceses Nightshift nos pillaron a pie cambiado con un debut bastante interesante; un grupo de art punk y pretensiones indie, pero totalmente imprevisible. Con una narrativa pintoresca que en 2022, con su propia recopilación Made of Earth (Trouble in Mind, 2022) bajó algo el pistón y esa postura rara que les atraía. A finales de julio llegaba este tercer largo, fuera de Trouble in Mind, y autoproducido. Lo que les ha ido francamente bien. Como una liberación involuntaria, además con cambios en el grupo. Nuevo batería, y el que hasta ahora estaba, miembro de Spinning Coin, se ha quedado en la guitarra. Ahora hay nuevas rítmicas, un sonido más eléctrico y potente, con menos divagaciones extrañas. Pero manteniendo ese sonido desenfadado, a veces cacharrero; otras más decididamente indie rock. Y manteniendo letras ácidas, algo de amor y crítica a la deriva represora y más conservadora de Reino Unido tras el Brexit.
En resumidas cuentas, un cambio a mejor, con solo media hora que pasa volando gracias a su dinamismo y variedad, eso persiste. Ahora parecen un grupo con un sonido más consolidado, a veces más crudo, pero sin eludir secciones más dulces que te doblegan ('Phone') o esa parte ritualesca y de casi herencia progresiva de UK ('Cut') del debut. Nightshift son ahora un combo menos imprevisible, pero sacrificando esas salidas han centrado el foco y es ahora una propuesta más robusta. Hay temas de mucho gancho como 'Sure Look', con un delicioso I stand by you-I stand by you-I stand by you que dejar en bucle en el estribillo. Y guitarras más afiladas y directas en 'Your Good Self' o 'Y.T. Tutorial' —a veces huele a espíritu Pavement—. Se ha notado el dejar al miembro de Spinning Coin con la guitarra. Si al principio no sabías si tomártelos a coña o en serio, ahora la cosa se despeja. (Ferraia)
Quivers - Oyster Cuts
Género: Pop australiano en el momento ideal para encontrarte con él
Género: Pop australiano en el momento ideal para encontrarte con él
Ha llegado la hora de aceptar que Quivers son un grupo grande. Si eras de los que tenían (infundadas) dudas, a pesar de sus excelentes dos discos previos (y medio, que la adaptación del Out of Time de R.E.M. a su terreno supo a gloria), Oyster Cuts, impregnado de todos los sentimientos posibles, debería hacer que te rindieras.
Los de Melbourne manejan con mano firme el pop de guitarras eléctricas que hay en la intersección entre el jangle y el indie-rock USA pre-2000s. No es territorio de excesivas novedades, pero sí de emoción; aunque haya que ser hábil en extraerla. Ellos son plenamente conscientes de su campo de batalla: mirad 'Apparition', donde cantan (y tocan) como Robert Pollard, pero parafrasean el 'Shady Lane' de Pavement. En Oyster Cuts, es obvio tras la primera escucha, han decidido ser menos inmediatos, y la segunda mitad del disco se va sumergiendo en una bruma que es normal que haya encandilado a Laura y Mac, de Superchunk, para que Merge les acabara fichando.
Por si fuera poco, cantan todo sin parecer ángeles, pero con una capacidad innata de transmitir cada requiebro: ya sea ese aroma a épica veraniega de 'Pink Smoke', la tranquilidad optimista (aunque me ponga la piel de gallina) de 'More Lost', el pop adulto de 'Grief Has Feathers' (“If grief has feathers, it must be a bird / And it will move away, so I heard, to somewhere warmer”), la bajona de haber olvidado cómo se habla con desconocidos en bares y pistas de baile ("And you know the moment's golden only when it's gone", qué guay es la canción titular), los deseos incumplidos de no estar solo (“All I wanted was a true friend / All I wanted was a friend with benefits / All I wanted was transcendence")...
"Tienes que acabar escribiendo todas las aventuras que has corrido porque, si no, es como si nunca hubiesen pasado", cantan. Ellos, el grupo que no querría jamás la perfección, siguen escribiendo las suyas sin que una sola línea parezca sobrar. (probertoj)
Pijn - From Low Beams of Hope
género: leyendo a los nuevos y un poco a GY!BE
Después de años siendo grupo de culto, con discos tan interesantes como su colaboración con Conjurer, parece que los británicos Pijn han dado el salto necesario para llevar a otro nivel de interés su post-metal cargado de melodía y melancolía. Podríamos decir que algo han cogido de los grupos más refinados y con influencia de música de cámara de la escena Windmill, ya que From Low Beams of Hope se aprecia como disco que quiere desatarse de corsés post y explorar tendencias mientras construye canciones realmente asombrosas, al mismo tiempo no muy alejadas de los Godspeed You! Black Emperor más recientes (Pero sin drone de apretar una vejiga de cabra).
Un increíble despliegue, cargado de ambición y también de contundencia, donde los pasajes evocan fabulosas sensaciones y siempre profundizan en algo que resulta de interés. Ciertamente es el disco grande que algunos esperábamos de Pijn, y quizá hayan abierto puertas a una trayectoria que va a ser estimulante para muchos. (Black Gallego)
Nomadico - Shards
Género: Wake up, babe, new Detroit Techno album just dropped
No hay nada como combatir el postureo tecno cuando en realidad se habla de EDM o derivados con un buen yunque de Detroit. De Detroit Techno. Ya que nos ponemos puretas, incluso de Underground Resistance, donde el espíritu sigue propiciando inyecciones que nos recuerdan el espíritu del primer techno. El futurista, el que bebía del funk y que se simbiotizaba con el electro. Aquí, Dan Caballero, aka Dj Dex y Nomadico, publicaba este año Shards, un LP de ocho temas (eso sí, multiplicado por dos o tres en las plataformas por las remezclas) que retrotrae a ese sonido clásico. Al del sonido del futuro diseñado por Atkins, a las pistas cinemáticas o espaciales de Carl Craig. En ese aspecto, Shards es un trabajo que hiede a todo aquello porque está fabricado con el mismo mimo con el que las primeras olas de Detroit dieron forma a un género que acabó conquistando el mundo y que hoy se desvirtúa, como sucede con los principales géneros o etiquetas. Con el mimo de quien ha bebido y formado parte de. </pureta mode>.
Las referencias sonoras y no solo sonoras no pueden ser más evidentes. Estilo UR. 'Somos Cosmos' y el sonido profundo de su motor apuntan a esa imaginería espacial y que después va tornando a esa parte electro en 'Volcanismo' o 'Radiotron', con una deliberada estructura añeja y acid. Cajas de ritmo que empiezan a coger pista y no pueden parar. Ocho temas que no te sueltan el brazo y que tienen ese aroma clasicón, de pura zona de confort en el tramo medio, y que en sus primeros y últimos temas tiene sus principales bombas. Otro de los artefactos obligatorios es 'Hyper Cypher', con las variaciones que van entrando en la base y que dan diferentes atmósferas a esos graves. Disco de aroma clásico construido desde hoy, con sus puntos canónicos evidentes, pero que destilan ese sello de autenticidad. (Ferraia)
Mabe Fratti - Sentir que no sabes
Género: Art pop para no-impacientes y viudas de Julia Holter
Tras un pequeño impasse el año pasado con el interesante debut de Amor Muere, y después de la colaboración de improvisación de enero de este año, la guatemalteca Mabe Fratti prosigue con su carrera en solitario. Con tantos matices como implicaciones sonoras con terceros en estos últimos tiempos. Este Sentir Que No Sabes (Unheard of Hope, 2024) trae el que seguramente es su trabajo más completo hasta la fecha; un art pop repleto de surcos, de aderezos sutiles, y con una dosis extra de musicalidad. Más de lo habitual para su hegemónico violoncelo. Como los platos de alta cocina —o eso dicen—, el disco se compone de trece temas que degustar tranquilamente, sin prisas, para poder saborear todas sus texturas. El fiel reflejo de lo que encontrar en él es la inicial 'Kravitz', donde ese toque clasicista es atravesado por líneas de sintetizador y efectos que dibujan paralelamente otras melodías. Extraños pero bellos aderezos. Con sus suaves coros por encima.
Mientras que en colaboraciones y álbumes pasados su sonido era más minimalista, aquí, por lo general, hay más capas y recursos que encontrar. Elegantes y pausadas secciones de cuerda o viento que se mueven con gran complicidad en 'Oídos', pero también experimentación en la parte vocal por la parte de la propia Fratti en piezas como 'Quieras o no', cuya referencia clara lleva en este ámbito a pensar en Holly Herndon. Detalles que encontrar también en 'Elastica I' o 'Márgen del índice'. Cada pieza tiene su particular singularidad, ese enfoque clasicista, ese toque de sintetizador que va evolucionando por otros derroteros en segunda línea, o una voz entendida como una herramienta más para los efectos. Un álbum al que prestar atención tranquilamente, sin prisas, donde el art pop y la experimentación cruzan caminos. Por dios, esa sinfonía final de 'Angel nuevo'. El camino que quizá se echa de menos hace años en Julia Holter. (Ferraia)
Discos que SÍ
New Starts - More Breakup Songs
Género: Los Himnos Para Cuando Estábamos Destinados a Estar Juntos
Es curioso el fenómeno que ocurrió con Darren Hayman. De ser adorado en modo culto por sus indudables dotes pop y su gracejo para componer hits indies con Hefner a pasar a ser ignorado apenas una década después simplemente porque... no era nuevo, no paraba de sacar discos y ninguno llevaba el nombre Hefner. No ha sido en Hipersónica, desde luego, donde hemos hablado, escuchado e incluso amado sus discos sobre arquitectura en Essex o sus aventuras locas, como cuando estuvo haciendo una canción por día durante todo el mes de enero.
Pero, a pesar de todo, si nos entristece que nada de lo hecho haya tenido la repercusión de Hefner, y no podemos achacar toda la culpa a que hubiese menos guitarras eléctricas o menos canciones de ruptura. O eso creo, aunque el disco de New Starts nos lo va a demostrar, porque, como su título indica, efectivamente eso es lo que trae: "más canciones de ruptura".
Según su propia definición, una banda de sonido fresco y punzante, que trae de vuelta los caminos más poppies de la new wave y rock de guitarras angulosas. Y cita, del tirón, a los Cars, Breeders, Bay City Rollers, Velvet Underground y ZZ Top. Del tirón, insisto. Claro que hay algo de juego y chiste en eso, como también algo de verdad. Como también en el nombre del grupo: New Starts no son Hefner, de manera que está bien que Darren no haya dicho que esto es su regreso, incluso aunque admita que, quizás, estas sean las canciones que los que un día fueron seguidores de su grupo llevan esperando desde hace años.
New Starts es mucho más rocanrol y menos indie-rock que Hefner. En parte por las propias reglas que se ha autoimpuesto el disco: Hayman ha pedido a su grupo que cada canción tuviese una equivalencia tonal al tercero de la Velvet (recordad, adoráis los discos de la Velvet equivocados; Darren, el correcto). Pero, también, ha querido aceptar casi cada sugerencia que le hacían estirar sus límites habituales. ¿El miedo mientras escuchaba el sonido de las primeras canciones? Que esto derivase en el disco Wave Pictures de Darren, algo que no necesita ni es bueno que sea. A veces pisa ese cenagal.
Por suerte, no ocurre y More Break Up Songs va recordándote una y otra lo buenísimo compositor pop y letrista que es Hayman. ¿La culpa de que no se le haga más caso de quién es, entonces? ¿De él, por trabajar constantemente en sus canciones, hacer muchas y, por tanto, "demasiadas"? Hay que hacérnoslo mirar: no dejemos que nunca sea culpa nuestra. "No me dejes tirado", cantaba en una de esas canciones inolvidables que ha ido escribiendo, "prometiste que escribirías antes de Pascua, y ahora bien sabes que es otoño, y que te extrañé durante esos meses de verano". No le dejéis tirado: él nunca lo hace. (probertoj)
JPEGMAFIA - I LAY DOWN MY LIFE FOR YOU
género: volviendo a asustar a las hoes
Con su sensacional colaboración con Danny Brown todavía calentita (aunque en los tiempos del hip hop undergrata un año ya es una eternidad), lo siguiente que firmase JPEGMAFIA iba a estar muy bien miradito, como si de una declaración de intenciones se tratase. Luego llegaron singles apabullantes como ‘don't rely on other men’ o ‘sin miedo’ y parecía que teníamos justo eso entre manos, además de potencial disco del año.
Pero Peggy se ha encargado siempre de no amoldarse a expectativas, y I Lay Down My Life for You termina marcado por tantas digresiones discursivas que resulta difícil hablar de un disco redondo. A su favor cuenta que nadie más tiene esa inventiva para producir bases poco convencionales y luego moverse por ellas, sacando pepinazos hardcore como ‘vulgar display of power’ o la arrolladora saxoneta de ‘JPEGULTRA!’ con Denzel Curry en el proceso. Mientras se debate entre lo confesional y dejar a todo quisqui patidifuso, va dejando el oro en forma de ideas que se caiga de sus bolsillos. (Black Gallego)
Casket D. x Doza the Drum Dealer - The Severed Ear
género: hip hop clásico para Jeffrey Beaumont
(Black Gallego)
Kiasmos - II
Género: techno intelectual
Siete largos años llevaban Ólafur Arnalds y Janus Rasmussen sin darnos noticias de su trabajo como dúo. Kiasmos se han ganado un nombre propio como proyecto, más allá de la ascendencia por separado, principalmente, de Arnalds. La capacidad de encontrar terrenos hedonistas, incluso bailables, desde el minimal y el ambient los ha venido convirtiendo en referentes absolutos de la etiqueta y en uno de los grandes nombres del sello Erased Tapes.
'II' no iba a ser la excepción a su buen hacer. Con 'Burst' como ejemplo paradigmático de los ruidicos bailables, del alejarse del intimismo como si fuesen el mismo polo del imán. Con él de la mano, otros cortes como 'Sailed' o 'Bound' tejen un inicio de álbum inapelable. Nivel que se extiende a lo largo que casi todo el álbum, con la salvedad de su parte más introspectiva. 'Sworn' o incluso 'Flown', elegida como adelanto, se quedan a medio camino entre los proyectos en solitario y la apuesta por Kiasmos, y no acaban de funcionar a la altura en ninguno de los dos supuestos. Solo 'Dazed' parece dar con la tecla en ese perfil compositivo.
Por suerte, pronto 'Told' recupera la pujanza y energía previa y 'Squared' despide el trabajo por todo lo alto. Los tristes también saben pasárselo bien. (Chou)
Wand - Vertigo
género: oh, sí, crazy horse
Por un tiempo los colocábamos como el mejor mínimo posible de la escena garagera californiana, unos acólitos de Osees cuando todavía eran Thee Oh Sees con buena pegada y buena labor de gregarios cuando varios de ellos tocaban en gira con Ty Segall. Su techo parecía siempre por debajo de esos tótems, pero Wand han terminado dando unos cuantos tumbos que han corrido el riesgo de fulminarlos, como unos coqueteos ambientales poco lucidos.
Pero esos periodos tocando en las giras de otros de la escena, y esa revitalización de Cory Hanson con el country Neilyoungiano o The Birds, parecen haber dado alas al grupo. Ahora con Vertigo se aproximan a unos Crazy Horse bastante inspirados donde se distancian finalmente del resto en cuanto a personalidad, y encuentran canciones mágicas en el proceso. Guitarras cautivadoras, tocando a veces el cielo con las manos en esa psicodelia conectada a las raíces americanas. Un impresionante hallazgo que probablemente nadie esperaba de ellos, pero que se agradece enormemente. (Black Gallego)
Discos que OK
Wilco - Hot Sun Cool Shroud
Género: Bellos, borrachos, viejos
Sigo manteniendo que el último disco de Wilco, Cousin, es su momento WE'RE SO BACK, aunque en realidad venían anunciando hace tiempo que habían recobrado la inspiración y escapado de las garras del rock adulto más aburrido. No van a negar ser mayores a estas alturas, pero tampoco que les sigue gustando deformar sus canciones... y su carrera.
Porque, pese al tópico en el que acabaron convertidos, Wilco han estado mucho tiempo yéndose a las fronteras de su música y viendo qué pasaba allí. Uno de esos caminos les llevó hasta el pop 60s, y lo pisaron con fuerza en Summerteeth, el disco que más me sigue sorprendiendo del grupo cada vez que lo escucho. Porque siempre lo subestimo, porque siempre en mi memoria funciona peor de lo que luego lo hace cuando lo pongo.
Hot Sun Cool Shroud es un EP hecho con los descartes de la grabación del año pasado, pero no hay nada peyorativo en ello. Wilco decidieron que había algo en común en estas grabaciones, que les traían todas ellas el recuerdo al verano. Y un año después de haberlas creado decidieron homenajear a una de sus estaciones preferidas (recordad "Oh, I sincerely miss those heavy metal bands / I used to go see on the landing in the summer (...) I miss the innocence I've known / Playing Kiss covers, beautiful and stoned").
Y en esa búsqueda del verano, Wilco han vuelto a mirarse, no sabemos si queriendo o sin querer, en aquellos que fueron en Summerteeth. Dice Jeff Tweedy que aquí hay algunos de los temas "más agresivos" que hayan sacado en mucho tiempo. No es lo que siento cuando lo escucho, salvo en los pequeños instrumentales que parecen más broma que otra cosa. Si acaso, Hot Sun Cool Shroud, con sus breves canciones y su aire ligero, me recuerda por qué me gusta tantísimo escuchar algunos discos de Yo La Tengo cuando las noches de verano aprietan de calor pero son aún así el único respiro del día. (probertoj)
King Gizzard & The Lizard Wizard - Flight b741
género: Top Gun sureño
A estas alturas todos tenemos cogida la matrícula a King Gizzard, y sabemos cuando toca el disco de ejercicio de estilo y cuando el que quiere rascar algo más de los varios que sacan a lo largo de un año. Aquí no han engañado tampoco, Flight b741 es puro estilo con temática de pilotaje que, curiosamente, está generando opiniones enconadas.
Quizá porque el grupo ya está en otra esfera y toca hacer un debate del estado de la nación Lagarto Mágico, este disco de rock clásico y sureño se ha tratado con reacciones bastante airadas. Los que han celebrado los referentes que han tratado de rescatar y los confundidos a estas alturas porque se sigan conformando con emular en lugar de quedarse de una vez en una línea clara con su propuesta. Debates un poco exagerados para un disco más de los suyos, tan disfrutable como intercambiable con el Fishing for Fishies de hace unos años. A todos nos vendría bien relajarnos un poco. (Black Gallego)
Sonic Boom & Panda Bear & Mariachi 2000 de Culberto Pérez - Reset Mariachi
Género: Pues… mariachi psicodélico angloportugués. OBVIAMENTE.
(probertoj)
Jack White - No Name
género: estar bien (riff de guitarra)
Contra pronóstico, Jack White parece estar bien ahora mismo. No estupendo o genial, como fue su peak en The White Stripes o esos primeros amagos en solitario. Pero tras haber coqueteado temporalmente con el abismo, sus últimos discos (sacados en un periodo de tiempo corto, eso sí) le han desprendido de autoimportancia, de preñar innecesariamente su estilo cuando puede recurrir a los clásicos de una manera satisfactoria.
Su disco sorpresa No Name es una continuación adecuada en esa línea, aunque aun se sienta esa premura por sacar canciones en lugar de pasar un poco más de tiempo reposándolas. Rock fiero, blues con pegada, algo de raíces para aderezar pero tampoco relamerse. Menos complicaciones que nunca para una colección de canciones que evoca a los White Stripes como hacía tiempo que no hacía, y que será rápidamente olvidada aunque se pueda disfrutar bastante.(Black Gallego)
Los Campesinos - All Hell
Género: mejor tocar emo que tocar niños.
(Pero para saber la crítica completa tendréis que esperar al disco a disco del grupo que sale este próximo jueves en vuestra décimonovena web de música favorita1)
(probertoj)
Discos que MEH
Smashing Pumpkins- Aghori Mhori Mei
Género: In Memoriam
¿Cómo recordamos realmente lo que fuimos? Sin la memoria, sabemos que no podríamos construir una identidad, pero ¿cuánto en ella en realidad actúa mintiéndonos para que lo construido no se desmorone? ¿Y cuánto de lo que hacemos, en realidad, no necesita que recordemos cómo fuimos ni tampoco puede cambiar cómo somos?
Los investigadores del ámbito distinguen entre memoria de reconocimiento y memoria de recuerdo. La primera trata de indicar si una persona se ha encontrado un estímulo (como una imagen o una palabra) antes. La segunda requiere que los participantes recuperen información previamente aprendida.
Es la segunda parte la que nos interesa aquí. Porque incluso en esa memoria de recuerdo hay diferentes formas. Una de ellas es la memoria declarativa, con la que codificamos nuestro conocimiento abstracto del mundo (el significado de las palabras, por ejemplo, y su relación, o no, con la realidad) y también con la que construimos la memoria episódica: recurrimos a las sensaciones, emociones y asociaciones personales de un lugar particular en el tiempo para decir “ajá, o sea que esto era yo”. Las autobiografías se construyen con ella, lo cual no implica que digan lo que ocurrió en realidad, algo que, por ejemplo, Dylan entendió muy bien al escribir la suya.
El problema es que no es la memoria declarativa, sino la memoria implícita, la que nos permite usar nuestras habilidades motoras: somos mejores, más hábiles, haciendo algo no porque sepamos que lo hemos hecho antes muy bien, de una manera concreta, en aquel tiempo determinado, sino por ser capaces de acceder, inconscientemente, a todas y cada una de las veces en las que lo hicimos.
Aunque lo consideramos un acto creativo, y por tanto, episódico y biográfico, tocar la guitarra, componer, es mucho más implícito que declarativo. Puedes tratar de retrotraerte, recuperar el chaval que fuiste, e intentar hacer canciones como él, pero no puedes evitar que la manera en la que hayas estado haciéndolo después de tantos años te haya cambiado para siempre.
Por eso miramos a los Smashing Pumpkins que prometen la vuelta a los orígenes, y ya ha habido varias reencarnaciones de estas, con la incomodidad de quienes se plantaban ante las personas-vaina de 'La Invasión de los ladrones de cuerpo'. No es que no creamos que Billy Corgan no pueda hacer canciones como las de Siamese Dream: es que lleva tanto tiempo intentando ser “mejor” haciendo otras cosas que no puede borrarse a sí mismo, al Billy que vino después, a William Corgan incluso.
No es solo una cuestión de si aún tienes talento o no: también de que tú mismo hayas podido empeñarte en que tu talento tenía que cambiar. Y quizás no tengas camino de vuelta.
Todo en Aghori Mhori Mei se esfuerza en echar mano de la memoria declarativa de Smashing Pumpkins. Claro que se acuerdan perfectamente de cómo eran y qué hacían en Gish, Siamese, Pisces, Mellon Collie. Biográficamente, al menos. Pero cuando quieren trasladar ese recuerdo a la habilidad de hacer canciones, lo que les van saliendo son trampantojos de lo que fueron Smashing Pumpkins. (probertoj)
Hermanos Gutiérrez - Sonido Cósmico
Género: John Wayne mirando el atardecer
Hay gente a la que le reconoce el talento cualquiera. A los pocos segundos, los arpegios de Hermanos Gutiérrez lo llenan todo de magia y embrujo. No hace falta haber pisado Almería en la vida para sentir que uno puede puede vestir su camisa de cuadros, arquear las piernas, masticar algo de heno seco y sentirse en casa mientras en sus airpods suenan los primeros acordes del sexto disco de los suizos.
Y, justo un rato después, unos veinte minutos después, se da cuenta de que sigue escuchando ese mismo disco. Pero no recuerda casi nada de lo que ha pasado entre medias, así que vuelve a iniciar la escucha desde el principio. La producción personalísima de Dan Auerbach debe ser degustada con toda la atención. 'Barrio Hustle', qué bien empieza, cómo te atrapa. Pero espera, ha vuelto a pasar. Treinta minutos de cosas que sonaban muy bien pero que apenas te han arqueado la ceja un par de veces de verdad. Que no te han hecho click.
Hay gente a la que le reconoce el talento cualquiera. Otra cosa es que ese talento consiga realmente atraparte y secuestrarte. Que te dediques solo a admirarlo. En este caso, 'Sonido Cósmico' no lo consigue, por muy bien grabado, mezclado, tocado y empaquetado que haya llegado a tu casa. (Chou)
Killer Mike - Songs for Sinners and Saints
género: otra misica de Michael
Habiendo conseguido convertirse en un mesías rapero por derecho propio, tanto en solitario como con Run the Jewels. Pero Michael parece haber marcado un punto de inflexión donde busca lo evangélico, la auto importancia, aunque sea a costa de cierta personalidad e ímpetu que han caracterizado sus sermones.
Saliendo de un delicado episodio de salud para su hijo la catástrofe en los Grammy, donde tras ganar fue arrestado por un altercado con seguridad, llegó el momento para un punto más confesional. Pero su Songs for Sinners and Saints mantiene pecados propios de su anterior disco, con colaboraciones desaprovechadas, producciones tibias y una contención en su manera de rapear que no da precisamente resultados interesantes. Estas homilías se aproximan demasiado al ladrillo. (Black Gallego)
Osees - Sorcs 80
Género: Cómo colar lo de Damaged Bug en Osees y que salga MAL
Hubo un tiempo en el que antes de que los lagartos coparan el curso con 27 discos, ese espacio de hipercreatividad lo ocupaban los hoy Osees, (oh, sí) o un en forma mozo llamado Ty Segall. En aquellos años de fulgor garagero y cacharrero, John Dwyer se tomó un respiro con el proyecto Damaged Bug, solo de él haciendo ruidos con sintes viejunos. Sin embargo, en estos días de *lagartismo *constante, saber de un nuevo disco de Osees siempre tiene su pizca de nostalgia y un "ojalá mole". Sin embargo, este Sorcs 80 se ha colado como Osees, pero si miras el reverso quizá se vea el nombre borrado de Damaged Bug, al que Dwyer parece haber colado en el proyecto de cabecera.
Aunque algún adelanto hacía presagiar que se salían de la tangente garagera pero para meterse en un disco divertido con una dosis controlada de cacharreo, la realidad es que no. Era una buena causa. Aunque el enfoque podría haber funcionado, lo que se ve es un piloto automático sin ideas, ni una esquina a la que agarrarse. Una estirada de chicle en toda regla totalmente falta de gancho, melodía pegadiza y barro del bueno. Saben bien en esta casa que nadie más que yo hubiera tenido ganas de celebrar una trolleada damagedbugiana de los Osees. Pero a pesar de que hayan pinchado, hay que reconocerles que 'Earthling' lo mola todo. Uno de los jits del año, si me preguntan. El single nos hacía soñar. (Ferraia)
Discos que NO
Kanye West & Ty Dolla $ign - VULTURES 2
género: shitposting parte 2
(Black Gallego)
Throwing Snow - Isthmus
Género: Cuando la burbuja UK Bass empieza a pincharse
Hace unos años Throwing Snow era uno de esos productores de la clase media inglesa que siempre te publicaba un larga duración con sus dos tres hits, un sonido pegajoso y después un disco guay con Snow Ghosts. Sin embargo, su anterior álbum ya hacía algo de aguas, a pesar de que el UK Bass, que lleva años en boga y acabará por estallar, es un género muy dado a puntos comunes efecistas. Siempre hay un poco de drum&bass para facilitar la papeleta. En honor a la verdad, el productor afincado en Londres siempre ha sido más honesto, no yendo al recurso fácil y sí más a su característico sonido geométrico, con beats que se repetían como un caleidoscopio. Pero parece que empiezan a llegar la falta de ideas. Hay menos de esa geometría sonora y empieza a haber ese drum&bass de recurso fácil. Mal fario. Así es como se desarrolla en general Isthmus (Houndstooth, 2024), con una vulgarización de estos sonidos con los que ha venido jugando. No es el único en UK, pero de eso ya hablamos otro día. Quizá este disco es indicativo de esas pompas que empiezan a reventar. (Ferraia)
Ice Spice - Y2K!
género: en teoría trap, en realidad nada
(Black Gallego)
Teen Daze - Elegant Rhythms
Genero: ambient pop sad producer
(Ferraia)