Tier list de cine y series de febrero: Vigalondo Forever
Las películas y series del mes, y crímenes del tiempo
Hi, personicas.
Otro mes más con nuestra Sight & Sound particular. Los grandes estrenos del mes, incluyendo las últimas cintas de los Oscars, algunas cosas con las que sentirte a gusto y calentito y también bodrios inconmensurables. También un repaso intenso a la obra de Nacho Vigalondo, porque así lo ha decidido el Discord. Uno nunca sabe que aventura le espera con los queridos votantes hipersónicos.
EXCEL
A Different Man
Esta comedia surrealista podría haberse adivinado bastante con leer las primera reacciones, los halagos a Sebastian Stan en su transformación y cómo quiere abordar los estigmas sociales en torno a personas con desfiguraciones faciales. Pero la película es capaz de adivinar tus propias reticencias y llevarte sorprendentemente de la mano hacia un desbordante y complejo amasijo de sensaciones donde se autorreferencia y se interroga a sí misma, haciéndote partícipe de un juego fangoso y algo incorrecto que saca muy bien. Amarga y venenosa como ella sola, pero también pertinente de una manera inteligentísima.
En cines.
Banda sonora para un golpe de Estado
Los peores crímenes de occidente en torno al colonialismo y la fulminación de derechos y vidas en el Congo a ritmo del jazz más libre y vibrante. El belga Johan Grimonprez nos mete en el documental más formalmente atrevido y políticamente encendido de los últimos años, denunciando las tropelías de su propio país en África y su participación en el horrible asesinato de Patrice Lumumba.
Lo hace trazando interesantes líneas con la cultura jazzística estadounidense, y cómo esta fue empleada por los gobiernos para afianzar su influencia en el continente y en el Congo para evitar la expansión soviética. Un amargo doble filo para artistas que claramente estaban comprometidos con los oprimidos, pero eran utilizados a veces sin saberlo. Grimonprez recontextualiza su música en una vibrante narración a pinceladas que ofrece una visión general contundente, mientras va dejando trazos de bibliografía que están ahí para quien quiera expandir y sirven perfectamente para contarnos la historia. Un trabajo experimental que termina siendo sensacional.
Las habitaciones rojas
Los últimos años nos están ofreciendo una interesante perspectiva sobre la obsesión por el true crime que han producido tanto documentales como podcasts. Esta elusiva pero inquietante película canadiense puede ser de las que mejor profundicen en sus extremos más malévolos, ofreciendo un estilo que traza puentes entre David Fincher y Michael Haneke, dos increíbles diseccionadores de la maldad humana desde enfoques casi opuestos.
Pero el ejercicio de Pascal Plante es capaz de evocar a ambos, al mismo tiempo que decide provocar al espectador desde lugares muy propios. Su manera muy intencionada de mantener a distancia a su espinosa protagonista, sus paneos fríos y analíticos por unas salas de juicios bien blancas, sus ideas para sugerir lo extremo de las dark webs en lugar de mostrarlo. Las habitaciones rojas consigue ser una de esas películas que te llevan de la mano a los lugares más incómodos y perturbadores, y ni siquiera de una manera que es perversamente satisfactoria. En todo caso, de la forma que hace que imágenes y sonidos no se te despeguen de la piel ni con agua hirviendo.
En alquiler.
Nickel Boys
Es difícil hablar con alabanza de una propuesta que está realmente bien, realmente está realizando algo interesante para contar su historia más allá de la pertinencia de la misma, pero probablemente no se vaya a ajustar a unas reacciones que la ponen como la cima del cine americano reciente. Aun así, RaMell Ross crea algo realmente destacable donde forma y fondo se conectan tan profundamente como lo hacen los protagonistas de la historia.
Dolor, injusticia y racismo acaban asomando de alguna manera en las nominadas al Oscar. Muy excepcionalmente alguien consigue abordarlo con una intimidad genuina que no se ajusta necesariamente ni al canon indie USA. Ross lo hace de una manera que hasta parece contraintuitiva para lo pretendido, elaborando la historia tras establecer férreamente las imágenes y su montaje, pero en su imposición de la primera persona crea un acercamiento que realza la idea de compartir la experiencia, incluyendo el trauma o la radicalización. Que le salga tan personal desde un artificio muy concreto es realmente especial, y hasta bonito.
The Order (La hermandad silenciosa)
El hilado fino entre el thriller guarro para señores y el que tiene ideas además de invitar a ponerse el bombín y ponerse un coñac. Este extraño artefacto con factura internacional e historia americana y blanca recoge lo mejor de los gran reserva del género para padres, incluyendo a William Friedkin, Michael Mann y Kathryn Bigelow. Todo para hacer un explosivo artefacto sobre los influyentes tentáculos del supremacismo blanco y héroes que no lo son tanto. Justin Kurzel da con una bomba de relojería estupenda que funciona a niveles diferentes, tanto para retozar en el barro como para apretar tus botones para el cabreo, y eso la convierte en inmediata joya de culto.
SÍ
A Complete Unknown
Hay muchas películas posibles sobre Bob Dylan, tal y como nos mostró Todd Haynes en 2007. La etapa de pasarse a la guitarra eléctrica no es la más excitante y sí la más proclive a hacer un biopic musical al uso, con sus blanqueamiento ligero y su momento triunfal. James Mangold no va a subvertir eso, pero sí es lo bastante Señor Cienasta para hacerlo emocionante y hasta honesto.
La pericia técnica es innegable, con un sonido y una fotografía (¡aunque parezca mentira es digital!) excelentes, y un reparto fabuloso que tiene la tarea de representar auras y no datos de Wikipedia. Mangold sabe cómo poner las piezas en su sitio, y también complicar las cosas a base de no eludir lo capullo que es su protagonista y también haciendo que momentos que deben ser victorias se sientan como derrotas y viceversa. Definitivamente no es revolucionaria, y quizá no la película de Dylan que más queramos, pero es bien disfrutable.
En cines.
La red fantasma
Resulta hasta complicado creer que La red fantasma empezase como documental por lo puro thriller que acaba siendo. Una de espionajes, pero decididamente anti-espectacular y muy espectral en cómo dibuja una tensión muy real. Jonathan Millet explora concienzudamente la furia de los torturados sirios en un film de venganza inusual pero interesante.
En cines.
Laid (S01)
Añadirle un concepto high-concept como un misterio aparentemente sobrenatural a una sitcom de amistad y romances (y sexo) parece una propuesta ganadora. No es que siempre triunfe en el proceso, notándose casi los ajustes de peak tv intentando hacerla parece más ambiciosa de lo que es, pero un buen reparto y el mordaz toque exagerado de la gente que nos dio Don’t Trust the B*** in Apartment 23* nos deja chistes muy disfrutables sobre follar, sobre cultura pop y hasta de true crime (increíble que las menciones a Amanda Knox terminen teniendo recompensa al final). Mu maja.
Paddington: Aventura en la selva
Por supuesto que se nota la ausencia de Paul King, que fue capaz de convertir un símbolo infantil británico en un fenómeno cinematográfico global, y se nota demasiado que intenta hacer como si nada faltase (ni siquiera Sally Hawkins en un recasting que nos devuelve a tiempos más sencillos donde nada importaba). Al mismo tiempo, como demostraba aquella cuenta de Twitter que lo metía con Photoshop en todas las películas de la historia, puedes meter a Paddington en lo que sea que lo hará divertido. Así que sí, claro que es disfrutable verle en su versión de Fitzcarraldo.
En cines.
The Monkey
Es muy de agradecer que a Osgood Perkins no se le haya subido a la cabeza la aclamación de Longlegs (gran película) e intentar estirar la elevación del terror hacia el paroxismo. Y aunque habría estado bien experimentar otra de sus parálisis del sueño hechas películas, es increíblemente refrescante cómo decide abordar inquietudes similares sobre la muerte y el legado paterno (como para no estar obsesionado) desde una óptica casi radicalmente opuesta, realzando al máximo el humor macabro de una novela corta de Stephen King.
Así, realizando la versión más estilizada pero también más cartoon de una película de Destino Final donde la inevitabilidad de la muerte es proyectada en un juguete de un mono, crea una diversión muy cabrona además de plagada de sangre. Una buena manera de desengrasar para no tener que entrar en pedantes conversaciones sobre si es un maestro moderno del terror (algo que igual confirma más pronto que tarde).
En cines.
OK
Bridget Jones: Loca por él
Después de la horrorosa entrega anterior, era lógico tener nulas expectativas con Bridget Jones: saga gastada, regreso para intentar cazar algo más de pasta ya viejuna y ninguna necesidad de acompañar creativamente eso con ideas. Pero Bridget Jones: Loca por él hace algo tan difícil en artefactos así como respetar a sus personajes y a las ideas que les dieron vida, y examinar de manera coherente qué y cómo serían si realmente hubiesen crecido como humanos y no como simples chistes.
Así que ante la certeza de la muerte, y el vacío que deja, es una virtud que se esfuerce mucho en dejar de ser una feelcringe para ser una feelgood movie, casi la dirección opuesta del resto de la saga, aunque sea la misma película de siempre. ¿Que eso le resta explosividad en algunos chistes? Puede, pero a cambio da sonrisas y humanidad. (probertoj)
En cines.
Daniela Forever
En cines.
María
Siguiendo una saga de divas que ha explorado a Jackie Kennedy, Ladi Di y un Pinochet vampiro, la última obra de biopic elusivo de Pablo Larraín esquiva convenciones hasta el punto de acercarse peligrosamente a la indefinición. Bellamente decorada y con una Angelina Jolie fabulosamente contenida para el festival de aspavientos que podría haber sido esta película, pero su intento de hacer un preludio a la muerte acaba siendo demasiado monocorde para hacer levitar.
Larraín acaba mostrando ideas interesantes de nuevo, como meter elementos meta en la historia de alguien que quiere montar una performance incluso cuando está fuera del foco o hacer que la droga sea un personaje, pero el guion de Steven Knight no da para mucho más. Kudos a Edward Lachman por una de las fotografías más impresionantes del año, porque es una auténtica barrabasada.
En cines.
Policán
Como en el caso de la película de El capitán calzoncillos, Dreamworks encuentra en una vertiente especialmente payasa y chorra de las historietas infantiles una fuente de diversión bastante sólida. Incluso lo suficiente para compensar su ausencia de cualquier cosa que se parezca a un esqueleto, pero con una animación tan guay y varios chistes tontos con los que reírse fuerte es fácil estar a favor. Eso y el hecho de que es POLICÁN.
En cines.
MEH
Aún estoy aquí
Todos los países en nuestros premios nacionales acabamos aupando de más el típico biopic sin punto de vista sobre la historia real que quiere contar o los protagonistas de la misma, con una interpretación central notable y cierta efectividad técnica… pero realmente nada que contar más que recopilar los hechos y que te emociones porque los hechos son reales.
De algún modo esa película, en esta ocasión brasileña, se cuela en los Oscars como si fuera una americanada más. Harvey Weinstein estaría orgulloso de la propia factura de la película y del impulso de los tuiteros brasileños para que hoy esté aquí.
En cines.
La vida breve (Miniserie)
La comedia tiene en uno de sus pilares fundamentales el timing con el que fluyen las interpretaciones, los diálogos y las situaciones, y se nota especialmente cuando no está afinado. Esta miniserie de época con ambiciones de ser la The Great española, con el nada original pero nada desdeñable enfoque de “a los Borbones les gusta el folleteo”, le falta el toque de dirección para que sus ambiciones aterricen. Desde el muy preciado timing hasta una dirección que haga realmente relucir el diseño de producción ambicioso que trata de exhibir. Se esperaba más de valores seguros como Cristobal Garrido y Adolfo Valor.
Paradise (S01)
De algún modo seguimos recibiendo hijos perdidos de Perdidos como si aún hubiera que replicar el fenómeno. El thriller que se quiere sostener a base de misterios, aunque realmente quiera explorar el melodrama de sus personajes, mientras que muchos imitadores se han preferido quedar con lo primero.
Como cabría esperar del creador de This Is Us, este thriller aparentemente político (aunque con cero contenido político) busca primer lo segundo con la explotación emocional que le caracteriza. El resultado se aprecia descompensado porque lo interesante de la intriga se diluye pronto y afecta a que poco a poco interesen menos los personajes, quedando fallida en el proceso.
NO
Capitán América: Brave New World
Cuando piensas que Marvel está cayendo bastante bajo en lo que respecta a simular que hace trillers políticos, intentar recoger hilos que le quedaban colgando y apañar en montaje una película que se ha vuelto a rodar lo menos tres veces, te intentas consolar con “Al menos va a salir un Hulk Rojo”. Pero aun así llega la decepción cuando te das cuenta de que el Hulk Rojo es EL GIRO FINAL de la peli.
En cines.
Culpa mía: Londres
El abismo secreto
¿Hay un material salvable en esta mezcla de thriller de asesinos, fantasía oscura y romance improbable? Muy probablemente, haciendo evidente que la ejecución lo es todo. Aquí encontramos una colección de estampas a medio cocinar, casi expresamente hechas para hacer TikToks cuquis, de un Scott Derrickson más a medio gas que nunca (y mira que a pleno rendimiento ya le cuesta). Su mayor factor es que tengas ganas de ver a Anya Taylor-Joy hasta rellenando el crucigrama.
Star Trek: Section 31
¿Habría ayudado conocer un poco mejor el lore de las últimas series de Star Trek para no ver esto como un descafeinado e innecesario retorno de la franquicia a los largometrajes que deja una Michelle Yeoh nefasta acompañada de secundarios pochísimos?
La respuesta es no.
Pues a mí The Otder me resultó aburrida y sin mucho q aportar si no fuera por ver a Jude Law luciendo categoría.