Tier list de cine y series de septiembre: Megacóppolis
Las películas y series del mes, y un viaje a las tinieblas
Hi, personicas.
Esta tier cinéfila de septiembre es especial porque es doble. No sólo comentaremos algunos de los estrenos más recientes y destacados, como la desconcertante Megalópolis de Francis Ford Coppola, sino que más abajo y exclusivo para suscriptores habrá una tier extra con la filmografía completa del patriarca cinematográfico. Que no os falte de nada.
EXCEL
El brillo de la televisión
Hablar de géneros va a ser siempre una empresa complicada porque tenemos ideas muy concretas de qué deben cumplir, y quizá por ello David Lynch no es la clase de director en el que se piensa cuando se mencionan a los maestros del terror. Pero su cine describe y consigue hacer vivir terrores muy profundos y muy inquietantes, sus películas llegan a ser bastante aterradoras sobre todo si piensas bien en ellas.
Sin animo de poner a Jane Schoenbrun como una Lynch wannabe, sobre todo porque no parece operar en el terreno de los sueños (a menos que queramos considerar así la cultura pop), en El brillo de la televisión toca muy profundamente sensaciones bastante aterradoras. Abusos, buscar refugio en la ficción por tu desconexión con tu alrededor, quedar devorado por la nostalgia y por roles normativos, no sentirse dentro de tu propio cuerpo, no ser capaz de tomar una decisión.
Hay muchas emociones que pueden despertar de ver una película como esta. Fácilmente la frustración puede ser una de ellas por cómo la directora se niega a buscar soluciones fáciles, aunque esta sea una película más “convencional” que su debut (un creepypasta de identidad bastante poco clara y resultados cuestionables) por tomar la vía de un coming-of-age fantástico al estilo de Donnie Darko. Sus decisiones van a llevarte a no tener claro si realmente estás observando una fantasía, y su final abrupto va a chocar. Al mismo tiempo, pocas películas este año son más gratificantes de diseccionar y cuestionar una y otra vez durante días, porque realmente es capaz de contener multitudes dentro de su apariencia tímida.
En alquiler.
Industry (S03)
Uno de los patitos feos de HBO ha crecido finalmente hasta la estatura de fenómeno de culto que se fue ganando poco a poco Succession. Cierto es que no empezó tan a tope, y cada temporada se ha ido encargando de crecer paulatinamente en esa especie de Euphoria menos flipada y en el mundo de la mentalidad de tiburón.
Ahora alcanza la suficiente confianza para moverse con cierta libertad y, por qué no, creerse una de las mejores series de televisión actuales. Con personajes intentos y caóticos, pero escritos con pluma de diseño, y una atmósfera de fabulosa tensión gracia a una formidable combinación de fotografía en falso celuloide y música casi-OneohtrisPointNeveresca, la serie ya está a nivel de cisne y mucho mejor que todas la series evento de la cadena este año. Hasta consigue sacarle gracia al sosainas de Kit Harrington, están en la cima.
Rebel Ridge
Justo cuando parecía que íbamos a perder a Jeremy Saulnier en la causa de recuperar los thrillers crudos y sin demasiadas coartadas (pero no vacíos) a causa de Netflix, consigue salir adelante incluso de un rodaje complicado donde se marcha a su actor principal. Irónicamente, ese contratiempo ha ido a su favor, con un Aaron Pierre como un protagonista imponente y diferente en el cine de acción, dando pie a dos horas estimulantes con tensión, acción y también subversión de expectativas. Ah, y fuck the police.
Si te gusta esto también puedes ver
Copland (James Mangold, 1997)
Green Room (Jeremy Saulnier, 2015)
Despierta la furia (Guy Ritchie, 2021)
SÍ
Cómo cazar a un monstruo (Miniserie)
Sin duda le pueden las ganas de ser la The Jinx para la generación YouTube, pero hay que quitarse un poco el sombrero (¿la gorra?) con Carles Tamayo. Sabe que tiene una historia desmoralizante y aterradora, sabe que tiene un personaje increíble, y sabe cómo distribuirlo en tres partes muy efectivas. Presentación, cuadro general y un capítulo final de thriller que bordea lo berlangiano por esa comedia involuntaria que siempre es la burocracia española. Esos acertados puntos de humor hacen digerible lo que por otro lado podría haber sido un recital de poner el estómago del revés.
El conde de Montecristo
En Francia se está cocinando todo un nuevo cine mainstream a través de superproducciones de adaptaciones de Dumas. Tras un díptico sobre Los Tres Mosqueteros que fueron OK, Alexandre de La Patellière y Matthieu Delaporte (no habí nombres más putofranceses que tener) se superan con una notable y desmesurada adaptación de Montecristo con bastante artesanía, buen respeto al material original y un poco de prisas en su tercer acto. Está bien tener una de esas al año si Hollywood ahora sólo da secuelas tardías cargadas de CGI.
En cines.
En fin (S01)
Siempre me causa cierta inquietud pensar en los personajes que están en un bucle temporal y se ponen a hacer el majadero, y qué pasaría si de repente termina el bucle justo tras hacer las peores cagadas. Bueno, pues David Sainz de Malviviendo la decide responder esas dudas con un post-apocalipsis que se siente muy post-COVID, que tiene lugar en Huelva y que señala cuñadeces. Podría mejorar en ritmo, pero es la comedia española menos casposa del año hasta el momento y eso se reconoce.
Nadie quiere esto (S01)
Netflix estrena una comedia romántica con dos actores conocidos de otras series muy populares, que apela a un demográfico concreto pero al mismo tiempo intenta contentar a todos y con una estructura muy clásica pero la capa de barniz justita para hacerlo pasar por algo medio moderno. ¿El algoritmo se ha puesto otra vez a trabajar? Sí, señora. ¿Es la típica serie que lo peta durante dos semanas porque (según datos ofrecidos por la propia Netflix) es líder de audiencia con 12.7 millones de jástrungs y luego jamás nadie vuelve a hablar de ella? Más que probable. Pero he aquí la sorpresa que salta un par de veces al año: es todo eso y además está bien.
Nadie quiere esto (horroroso título que no significa nada y resulta imposible de recordar) es una romcom que cuida con esmero tanto el rom como el com. Es divertidisima y sus chistes fluyen casi solos, pero también sale victoriosa de su apuesta de jugárselo todo a ser cute(lo es) y que haya química entre Kristen Bell y Adam Brody (la hay). No existe aquí ni una sola trama, ni una sola idea, ni un sólo milímetro de guión que sea remotamente original o que no hayamos visto trillones de veces en otros relatos del palo, pero sabe tener el encanto suficiente para que no importe nada. Y además se ve en un suspiro.
Hace diez años creíamos que el algoritmo iba a ser siempre esto. Ojalá. (poliptoton)
OK
El señor de los anillos: Los anillos de poder (S02)
No han tenido que cambiar demasiadas cosas para que este año le ganen el pulso de la serie de fantasía mainstream a La casa del dragón. Siguen habiendo problemillas que llevaron ya la primera temporada al OK, como un desmesurado número de subtramas, y te lleva a preguntarte si va a valer la pena seguir viendo a Amazon quemando billetes. Pero esta segunda temporada tienen cogido un poco más el pulso a todas las cosas, y están decididos a tocar la Tierra con mimo y con una interpretación muy concreta del mundo de Tolkien. Si ese mundo es apropiado para la televisión es otro tema.
Futurama (S12)
Soy el primer sorprendido con estar a estas alturas completando Futurama con un reboot que tampoco está gustando mucho. Más sorprendente aún es que hayan conseguido que el nivel medio de sus nuevos capítulos haya subido lo suficiente para considerar comentarlos. No se han vuelto buenos de repente, igual que en el caso de Los Simpson, pero este año han dejado más de un capítulo que termina interesando más de lo esperado, como ese paseo por un cumpleaños pasado de Fry, el trabajador temporal o un final conmovedor como en la temporada anterior.
Por supuesto se le ven más la costuras cuanto quieren estar comentando El Momento como un año demasiado tarde, como cuando tocan los NFTs, y vuelven a mostrar que lo de hacer episodios de antología sólo se les dio bien una vez con lo de “Relatos de interés”. Pero incluso aunque lleven ya casi tantas temporadas innecesarias como las necesarias, quizá están más cerca de estar en un nivel consistente próximo a lo digno.
La virgen roja
Ciertamente se agradece que Paula Ortiz intente abordar un biopic de tono de thriller criminal con ideas un poco más ambiguas y permitir algo de margen de interpretación al espectador (más sobre cómo no hacerlo en una tier más abajo). Incluso aunque no pueda evitar subrayarlo con horteras imágenes de esculturas y de vez en cuando olvidarse para hacer un folletín, la tensión matriarcal está bien elaborada y funciona mejor incluso cuando se acerca tímidamente al horror. Consigue que no acabes empachado de Najwa Nimri y no es poco.
En cines.
Megalópolis
Reseña más abajo.
En cines.
MEH
Bitelchús Bitelchús
Por supuesto es de agradecer que Tim Burton haya hecho el esfuerzo (hacer cualquier esfuerzo ya es más de lo que lleva haciendo los últimos 10 años) de construir cosas en lugar de inundar todo con CGI. Y también que siga haciendo un mundo de los muertos tan divertido (¡Soul Train!). Y que Michael Keaton y Catherine O’Hara cojan sus personajes como si los estuvieran interpretando ayer mismo.
No cambia, eso sí, que toma muchos atajos del manual de las secuelas legado, que le sobran 2 o 3 subtramas (¿desde cuando Bitelchús necesita trama?), que aquí también te tienen que hacer una película sobre TRAUMA, y que ahora te tiene que importar el mundo de los vivos cuando era cosa de chiste. Ah, y vaya chiste de selección musical, qué coño pintan Sigur Rós aquí.
En cines.
El pingüino (Miniserie)
No es del todo una idea descabellada intentar expandir un mundo criminal ya bien establecido en The Batman con una serie criminal, incluso con los filtros del Peak TV actual. El problema es cuando tiene todos los ticks y nada de lo bueno, como ese increíble acabado visual y banda sonora de la película que aquí busca cierto continuismo, pero acaba siendo más pobre y apresurado en general. Incluso intenta meter un humor que apenas asomaba en su predecesora, pero no aterriza porque, al igual que Colin Farrell dándose rienda suelta mientras está plagado de prótesis y maquillaje, tenía más gracia en pequeñísimas dosis que cuando tiene que llevar el peso de todo.
Las tres hijas
Tiene un poco de delito que parezca teatro filmado una historia que no está basada en ninguna obra de teatro. Este enfoque lastra y causa distancia de lo que podría haber sido una estupenda exploración de la pérdida, el luto preventivo y los lazos familiares complejos. Lo tenía todo a su favor, incluso tres actrices que podrías quedarte viendo mientras leen el listín telefónico, pero Azazel Jacobs nunca las hace actuar bien entre ellas y encima les da conversaciones sobreescritas.
No hables con extraños
Cuando ya partes desde la propuesta innecesaria, tanto por su condición de remake americano de una pieza de culto danesa como por unos tráilers que te quitan tanto el misterio como la mandanga más chunga, suele ser una buena idea redoblar en algo. Aquí, al carecer de tensión verdadera, lo hace en un poco de comedia negra y los profetas de la masculinidad tóxica a través de James McAvoy. Pero al final se alarga de más para perder progresivamente fuelle, y lo que decide cambiar (como el final) le quita la poca gracia o idea que pudiera tener ese pozo negro que era la original. Así que sí, “pa qué”.
En cines.
En vez de esto puedes ver
Funny Games (Michael Haneke, 2007)
Eden Lake (James Watkins, 2008)
Speak No Evil (Christian Tafdrup, 2022)
Soy Nevenka
La definición de sutil según Icíar Bollaín:
En cines.
NO
Agatha, ¿quién si no? (Miniserie)
Un vestigio de la ya casi terminada época donde se aprobaban series de todo, incluso de algo que se volvió un meme simpático en una era donde nadie estaba cansado de Marvel, especialmente de Marvel haciendo televisión. No es necesariamente todo culpa de quien hace la serie, pero tampoco dan un resultado final que evite pensar que “exactamente esto para qué”.
El cuervo
Remakes aburridos de cosas góticas no, por favor.
En cines.
Emmanuelle
Puede entenderse cierta necesidad de un remake cuando la original no contaba nada más allá de recopilar porno suave. Le quitas eso para al final… hacer un anuncio de Dior muy largo con ideas muy vagas sobre deseo y capitalismo tardío a las que vuelve y de las que se olvida muy rápido.
En cines.
Los feos
Una distopía donde todos los feos son reemplazados por caras guapas que parecen prefabricadas por algoritmo suena justo a pasearse por el menú de inicio de Netflix.
Romper el círculo
En cines.
Y ahora, a Coppolópolis: