Todo lo que he aprendido viendo las películas de Aki Kaurismäki por primera vez
Perdedores, humor seco y rock and roll
Una vez lo conoces, ya no quieres alejarte de su manera de abordar el mundo, desde el cine hasta las cosas más pequeñas. Aki Kaurismäki desprende siempre un aura de lo más pura en cada frase que suelta en una entrevista, tan cargada de humor como de reflexión mordaz sobre nuestra desoladora existencia en el capitalismo, como en uno de los fotogramas de sus películas, centrados en observan el alma de personas en los contextos más precarios.
Las derrotas diarias, la comedia soltada con el gesto más imperturbable, una canción de rock and roll en el espacio más improbable. Sus películas de hora y media contienen muchas claves que otros intentarían desarrollar durante horas y apenas raspar las superficies. Las del finlandés crean mundos que uno quiere habitar durante el breve rato que se desarrollan, y meterse en su filmografía es un placer bastante único.
Es algo que he decidido hacer al completo, aprovechando la potente edición física lanzada por Avalon con toda su filmografía entera, e ir comentado breves reflexiones durante el proceso de la forma similar a lo que hice con Chantal Akerman viendo sus películas por primera vez. Mentiría si diría que es lo mismo y que no he visto varias de estas obras, pero sí que es un viaje bastante nuevo y único que he decidido compartir.
La primera es Crimen y castigo, de 1983. Sí, esta adaptando a Dostoiesvksi. En su primera película y en hora y media. Ojalá tuviera un cuarto de la moral que tiene este hombre para cualquier cosa que hace en la vida.
“He chose this project after reading François Truffaut's interview with Alfred Hitchcock, where Hitchcock claimed Crime and Punishment was the one book he would never adapt, because ‘it would be too difficult’. Kaurismäki later admitted it was too difficult”.
Esta se ve un poco más melodramática de lo que me suelen parecer las pelis de Kaurismäki. Es casi hasta almodovariana, aunque es complicado de defender. Almodóvar ya hacia películas, pero las que verdaderamente se parecen a esto todavía estaban por salir. A ver si va a resultar que la conexión es al revés.
Sería curioso que Kaurismäki fuese el cineasta más prominente e internacional de Finlandia de estos últimos 40 años, como lo es Pedro aquí, y allí en Finlandia tuviese la misma división entre profesionales del cine que le defienden religiosamente y un publico general que le detesta. Debería investigarlo.
Se siente algo rígida, quizá por intentar mantener las trazas de la novela mientras intenta desplegar ese estilo propio. El humor se vuelve incluso más seco de lo que le caracteriza, aterriza un poco menos.
Momento Shazam de la peli: ‘Cadillac’, de The Renegades.
Pero siempre es de apreciar cómo es capaz de dotar de aristas y profundidad a un tío con un peinado así. Y tiene detectives con bigotones. No me parece imprescindible, pero rato bien amortizado.
“Dedicada a los fantasmas de Baudelaire, Michaux y Prevert”. Aki abre así Calamari Union, una comedia surrealista sobre gangsters que se llaman Frank y con un blanco y negro bastante Jim Jarmusch.
Ser tan pobre que te lavas las manos con el agua de lluvia sobre una alcantarilla. Y Kaurismäki hace que el acto tenga AURA.
Momento Shazam: ‘Pahat pojat’.
Qué odisea más estupenda y absurda. Pocos manejan esa manera de situarse entre lo desolador y la payasada soltada con rostro serio. Muy a favor de esta.
Sonbras en el paraíso es de las que ya tenía vistas. Probablemente su primera versión de Fallen Leaves donde dos currelas sin suerte pueden tener un ápice de romanticismo alrededor de un cubo de basura. Y sin perder un ápice de dignidad.