Volcando bazofIA en Spotify mientras el FBI investiga el rock and roll...
...y otras noticias y playlists con las que ponerse al día
¡Valladolid, buenos días!
Cosas que leer mientras se supone que trabajas:
Los jitazos de la semana
Para empezar el lunes, la ración de las canciones y jitazos de la semana ya está actualizada en la plataforma que uses.
A través de este link podrás acceder a la lista tanto en Spotify como Tidal y Apple Music.
Además, en 2025 iremos recopilando todos los jitazos del año en playlist aparte (también en todas las plataformas).
La facilidad de volcar BazofIA
Paul Bender de Hiatus Kaiyote se quedó perplejo al ver que uno de sus proyectos paralelos de repente sufrió el extraño fenómeno que puebla a muchos artistas en Spotify: canciones nuevas claramente fabricadas con IA no subidas por ellos mismos. Que algo tan minoritario pudiera ser el objetivo le mostró lo sistematizado que está el problema de la bazofIA, y decidió llevarlo al absurdo con Operation Clown Dump.
En un serial de cuatro partes retrató cómo con ayuda de cuatro amigos podía llenar el perfil de un artista de esta bazofIA. Bastaba con crearla, meterla en el perfil de DistroKid de turno, asociarla a un nombre y jurar por el niño Jesús que eres esa persona. En cuestión de minutos está aceptada y, posteriormente, está en los Spotify, Apple Music y demás servicios de streaming.
Andy Cush de Hearing Things también comprobó lo fácil que era perpetrar una tropelía vía DistroKid al intentar subir una entrevista con otro de los artistas afectados por la bazofIA como si fuera un tema nuevo. No lo hizo, pero dejó en evidencia cómo de desinteresados están distribuidoras y plataformas en mantener limpia su casa.
Donde pone el ojo pone la bala
¿Creíais que Ethel Cain solo necesitaba fusiles de asalto para ser intimidante? Piensa dos veces.
Y ya que estamos:
¿Me están insultando en murciano?
Nos encanta encontrarle significados profundos a letras de canciones que parecen estar apuntando en una dirección, pero están soterrando sus intenciones con bastante finura. A veces, sólo nos interesa saber qué se está diciendo en una maraña de ruido indistinguible, como pasa cada vez que se intenta entender a Jota de Los Planetas. En los años 50 en Estados Unidos, sin embargo, era cuestión de seguridad nacional.
En 1955 Richard Berry creó una pegadiza melodía de letra simplona pero efectiva en ‘Louie Louie’, convertida en icono del rock and roll primigenio unos pocos años después de la mano de The Kingsmen en una de las grabaciones más cacharreras de la historia. La banda cautivó a un manager que les vio interpretando la canción durante hora y media sin que se cansasen ni ellos ni el personal que estaba bailando, así que intentó replicar la magia grabándoles en directo.
Pero fue tan caótico todo que la grabación salió igualmente caótica. Ninguno de los músicos podía oirse tocar, lo que provocó varios errores técnicos y de entrada del cantante Jack Ely, que además llevaba ortodoncia e hizo más complicado que se entendiera lo que decía. Era tan intrincado que la marea conservadora dominante de la época entró en pánico creyendo que les estaban colando obscenidades a su impresionable juventud entre lo ininteligible de ese rock sucio.
Claramente no se podía permitir que semejante peligro fluyese libre por las gramolas y altavoces americanos. El gobernador de Indiana la consideró obscena sin motivo tangible y la prohibió en 1964, haciéndola mayor objeto de deseo para una juventud descubriendo la rebeldía. Hasta se pidió al FBI que realizase una investigación sobre el contenido, llevando a dos años y medio de preguntas a compositor y músicos, así como de estudio con expertos criptógrafos para llegar a una conclusión: da igual la velocidad a la que se reprodujese, la versión de los Kingsmen era incomprensible, así que no se podía considerar obscena. Imaginad el día que les toque investigar a Jota.
Pausa de minutos musicales
El sube-baja hipersónico
👍 El Dalai Lama al parecer.
👎 Las recomendaciones del Perro.
👍 Indigo de Souza maximizando el rencor.
👎 Ratas en la charca peleándose por un churro.
(“Valladolid, buenos días“ es una canción de El Niño Gusano. También es una sección de actualidad de Hipersónica. En 15 minutos, estarás al día de lo relevante en nuestro terreno. Cada lunes, miércoles y viernes en tu buzón de correo o en la web de Hipersónica.)







