El volquete del metal (XL): discos a cholón para todas las generaciones
Los discos de metal que tienes que escuchar
Este mes vamos cargaditos, así que no voy a marear la perdiz con una intro. Tomad, discazos de sonido pesado de todos los estilos.
El disco del mes: Pyrithe - Monuments to Impermanence
Es curioso que al sludge más elaborado y atmosférico no lo hayamos llamado post-sludge, sino que nos hayamos conformado con la etiqueta de "post-metal" porque nos venía de miedo para ligarlo al emergente post-rock. Quizá no lo estábamos guardando para cosas como lo que hacen Pyrithe, que se pasan por completo el sludge metal, volviéndolo intrincado y dándole todas las vueltas posibles sin llegar a hacerlo progresivo.
Quizá podríamos hablar de alguna referencia hacia los primeros Mastodon o Baroness, cuando todavía eran muy brutos, pero eso no alcanza a definir todo lo que esta banda de Pittsburgh prueba en este Monuments to Impermanence. Canciones de estructuras volubles, de arranques portentosos y frenadas que te descolocan. Toques avant-garde, pero para hacer el conjunto más intenso y demencial, no para dar pasajes más reposados. El disco es todo un pelotazo ruidero que no sabes del todo cómo has salido vivo de la experiencia, pero no te importaría repetirla. No vais a encontrar muchos discos que suenen así este año.
Soul Glo - Diaspora Problems
Es muy tentador hablar de Bad Brains a la hora de describir o presentar a Soul Glo, una banda de Philadelphia que toca hardcore punk y está compuesta principalmente por músicos negros. Pero, si hay algo que realmente los une, es esa combinación de espíritu de fusión y de fervor urgente a la hora de tocar. En el caso de la banda que nos ocupa, en su torbellino hardcore hay espacio para el screamo, a ratos el hyperviolence, el post-hardcore explosivo de Refused, el hip hop con tendencias experimentales, el ruidismo punk de unos Shellac y más.
Suena a mejunje imposible, pero el punk está tan fijado como elemento central que ayuda a hilar todas estas referencias en torno a él. Diaspora Problems, en ese aspecto, nunca deja de sorprender mientras suena contudente. Cañonazos en la boca del estómago que funcionan si lo que buscas de él es precisamente eso, pero con mucha riqueza e influencias para aquel que no busque otro trabajo palero más. Y el grupo es capaz de moverse entre todos estos estilos mientras toca, como describe un usuario en RYM, como un autobús a 240 kilómetros por hora con los frenos rotos pasando por una carretera llena de baches.
Es un equilibrio complicado de conseguir, y no será precisamente universal en su apreciación, pero no se les puede negar ese nervio encendido a la hora de concebir y tocar estas canciones. Cada segundo notas como el grupo está deseando escupir el corazón por la boca, con Pierce Jordan tratando de hacer un fraseo rapero gritando para dar fuerza a unas letras personales y políticas. Hay esa rabia y también una inquietud pop que vuelve a este álbum una de las mejores y más divertidas metrallas ruidosas desde el Slaughterhouse de Ty Segall. Palabras mayores, pero este disco está destinado a ganárselas.
Absent in Body - Plague God
Cualquier parroquiano metalero de pro tenía este proyecto en el radar. Scott Kelly de Neurosis con Mathieu Vandekerckhove y Colin H. Van Eeckhout de Amenra y con Iggor Cavalera de Sepultura completando la mezcla. Todo el potencial para hacer el disco más negro y desolador del sludge metal actual.
Hay parte de eso y más. El grupo emplea un sludge guarro y denso como eje sobre el que probar elementos como la electrónica industrial y melodías post-rock, creando un sonido realmente oscuro. Es un disco con un tono muy claro, enfocado hacia lo desgarrador, y sus letras también lo reflejan. Por eso la escucha puede hacerse intensa hasta para los cafeteros, pero es un disco de virtudes claras, momentos contundentes y logrados que van a hacer recuperar la fe a los decepcionados con los últimos trabajos de Amenra.
Desolate Shrine - Fires of the Dying World
Posiblemente los finlandeses Desolate Shrine sean de los mejores actualmente haciendo un death metal eminentemente clásico, de querencia death doom, sin ser una banda de generaciones antiguas. Desde 2010 han ido sacudiendo con un estilo que, digamoslo claro, no hace nada especialmente nuevo, pero lo tocan con un vigor indiscutible.
Tras varios discos notables, reconozco que esperaba ya a estas alturas una evolución más contundente, un giro que recogiese ese estilo old school y le encontrase matices frescos que lo mantengan vigente. Creo que Fires of the Dying World me ha desengañado con que puedan ser algún día esa banda, pero al mismo tiempo no puedo resistirme a esa ejecución bárbara, a ese afilado colmillo en sus composiciones. Es un disco que te engancha sencillamente porque son muy buenos haciendo lo que hacen.
Bloodywood - Rakshak
Nos hicimos eco de aquel sorprendente clip de una banda india combinando metal pesado con estética Bollywood en sus videoclips, con intención de difundir un nuevo tipo de metal meme. Pero qué cosas, finalmente escuchamos el disco... ¡Y está realmente bien! Bloodywood parecen haber dado con una tecla que va más allá de la mezcla cachonda o desenfadada, sino que realmente propone una manera de revitalizar un sonido.
Justo en momentos donde hay mucha nostalgia dosmilera, y el nu-metal está preparándose para un segundo gran momento, bandas como este conjunto hindú tratan de recoger esos sonidos y llevarlos a su propia idiosincrasia. El grupo incorpora sonidos de folklore bengalí, pero sin abusar, y le dan un color y una fuerza a un estilo muy bebedor de bandas como Slipknot. Y dejan canciones contundentes, divertidas y enérgicas, que te van a sorprender de veras. Basta escuchar cosas como 'Yaad' y ver qué hay más grupo aquí de lo que crees.
Konvent - Call Down the Sun
Pequeño viaje al centro de la oscuridad. Las danesas Konvent exploran en su segundo disco las profundidades del doom más denso y tenebroso, moviéndose en la fuerza del funeral doom mientras cogen registros guarros propios del sludge. Es la clase de disco "pozo de brea" que funciona de maravilla, que es capaz de compensar cierta monotonía con una arrolladora contundencia en la ejecución de las piezas, especialmente en ese último trío de canciones. Esas guitarras te van inundando mientras la desgarradora voz de Rikke Emilie List te destroza. Mucho ojo a ellas en el futuro.
Ultha - All That Has Never Been True
Los germanos Ultha están sonando muy fuerte en la escena del metal extremo gracias a un black metal atmosférico, a ratos derivado hacia lo melódico, que es enriquecido con elementos externos al sonido pesado. SU nuevo All That Has Never Been True hace progresiones adecuadas en esa vía, al mismo tiempo que mantiene un cuidado equilibrio con las partes más black. A ratos queda cierta dispersión que le resta algo de contundencia, pero en los momentos donde pega fuerte muestran un formidable nivel.
Crossed - Morir
De Madrid salen Crossed, que juegan con las posibilidades del hardcore metalizado, moviéndose incluso hacia el metal extremo. En Morir hasta juegan con detalles electrónicos e industriales que enriquecen notablemente el sonido. Pero lo que necesitas de este disco es toda la metralla que es capaz de soltar en menos de 20 minutos. La banda suelta zarpazo tras zarpazo y se queda a gusto, casi complicando su justa digestión por su interés en ir a toda leche. Pero es un disco fenomenal para gastar zapatilla.
These Arms Are Snakes - Duct Tape & Shivering Crows
La banda de Seattle These Arms Are Snakes se separó en 2010 sin que le llegase del todo el culto merecido dentro del rollete indie post-hardcore y noise extremo, con una técnica que bordeaba lo matemático. Para recordar un poquito a la gente lo que eran capaces de hacer, han recuperado varias grabaciones que se han desperdigado en caras B, splits con otra gente, o simplemente versiones y demos de piezas.
¿Es lo mejor que uno puede escucharse para hacerse una idea del legado de These Arms Are Snakes? Probablemente no. Igual tampoco es un álbum excepcional de These Arms Are Snakes. Pero es uno divertidísimo, donde arrolla cuando debe, te alucina en algún ramalazo loco, y te deja satisfecho en poco más de media hora. Discos que molan.
Huntsmen - The Dying Pines
Tras dos de los discos más "Pero qué puta pasada es esto" del metal en el último lustro, los americanos Huntsmen buscan oxigenar su trayectoria un poco con un EP cortito y al pie. Tres canciones y 17 minutos componen este The Dying Pines, donde el grupo experimenta un poco más con sus referentes folk y de raíces norteamericanas, y con rock progresivo expansivo de atmósferas que te absorben. Quizá no el trabajo que esperábamos de ellos inmediatamente después del sobresaliente Mandala of Fear, pero hay una factura exquisita que hace el EP un Sí.
Audrey Horne - Devil's Bell
Como grupo parecía que Audrey Horne se habían conformado con una apañada intersección entre heavy metal casposo pero de puro subidón y rock duro con tendencia hacia el noventeo. Estuvo bien un rato, especialmente en Youngblood, pero luego se han ido quedando algo escasos de brío y garra. No es que hayan hecho algo demasiado revolucionario con Devil's Bell, pero han decidido tirar más que nunca por su vena Iron Maiden -especialmente los primeros Maiden, pero con cantante bueno- y les ha sentado fenomenal. Disco diver.
Somali Yatch Club - The Space
Sin hacer mucho ruido -es un decir-, los ucranianos Somali Yacht Club han estado siendo uno de los grupos más sólidos e interesantes del post-rock/metal, al que cruzan sin pudor con la psicodelia pesada o lo stoner. El trío ha ido enriqueciendo progresivamente su sonido sin por ello volverse demasiado intrincado o de nicho -o más de nicho de lo que puede ser un grupo stoner-. Pero lo que consiguen en The Space es otra cosa.
Han decidido bajar más que nunca las intensidades y las revoluciones, pero están encontrando más virtudes que nunca en el proceso. Sus melodías se han vuelto completamente sedosas, envolviéndote con delicadeza incluso en los momentos donde elevan la distorsión. Sus composiciones se van tejiendo con meticulosidad, pero no dejan de sonar cautivadoras por esos exquisitos detalles psicodélicos que coquetean más que nunca con lo espacial, por unas voces expansivas y por esa manera de subir la intensidad en el momento adecuado.
Es posible que el estilo que practican siga siendo algo con lo que mucha gente aún no conecte -al fin y al cabo, hacen piezas de rock expansivo de diez minutos-, pero The Space los ha vuelto más accesibles que nunca al mismo tiempo que los hace sonar más únicos y con personalidad. Es algo casi imposible de lograr, pero Somali Yacht Club han dado con una tecla que debería volverlos ya todo lo relevantes que deberían ser -al menos, por su nombre y por las alucinantes portadas que han ido dando-. Súbete al yate, hay espacio de sobra.
Rivers Ablaze - The Black Hole Era
La mejor virtud de esta banda húngara es que nunca van a caer en algo conformista. Quizá sea a riesgo de tener algo coherente entre manos, pero las ideas de Rivers Ablaze suenan excitantes, conjugando metal extremo -de tendencia black- con algo de machocore y metal progresivo pesado, con también tendencia a extravagancias avant-garde. En canciones como 'Vortex', donde juegan con diferentes sonidos y estilos a lo largo de una misma pieza, muestra todo el potencial que tiene un disco como The Black Hole Era. No siempre lo alcanzará, pero es una llamada a tener muy en cuenta a un grupo que puede conjugar lo mejor de Vulture Industries, Behemoth y Between the Buried and Me.
Devil Master - Ecstasies of Never Ending Night
No sabemos bien cómo, pero el Ecstasies of Never Ending Night ha puesto en el mapa más allá del nicho del metal a la banda de Philadelphia. Pero Devil Master no tenían realmente material para llamar esa clase de atención, desplegando un black metal muy "BLACK 'N ROLL" con algunda desviación hacia el punk hardcore. Daba para un disco divertido y llamativo, pero no uno que Pitchfork te vaya a decir que podrías escuchar perfectamente.
Está feo decirlo, pero quizá se deba a cierta domesticación de su sonido en este Ecstasies of Never Ending Night. Menos rock and roll, más inspiración gótica que los acerca hacia unos Tribulation más marchosos. Todavía queda algo de ese músculo punk, especialmente en la percusión, pero parecen casi otra banda. Una banda eficaz y llamativa en lo que hacen, que quede constancia (joe, no metería el disco en el listado si no creyese que mola). Aunque igual esta versión tiene techo aún más limitado, pero a saber. De momento me quedo en su barco.