El volquete del metal (XXXVIII): arrancando 2022 con metal prog, black metal y culto a la luna
Los discos de metal que tienes que escuchar.
Bienvenidos una vez más al espacio hipersónico para hablar de los discos metaleros (y aledaños) que más nos han llamado la atención este último mes y vemos recomendables. Este inicio nos ha sorprendido con varios discos de progresivo que han rendido por encima de la media, además de algunos valores seguros dentro del black metal y sus cercanías. Aunque el principal disco de esta tanda, y casi principal disco a disco del año en el género, es de post-metal.
El disco del mes: Cult of Luna - The Long Road North
Ya son más de 20 años de andadura, pero Cult of Luna siguen desafiando al anquilosamiento y a la pérdida de frescura. Resulta casi imposible, teniendo en cuenta que hablamos de un grupo de post-metal, uno de los estilos que más fuerte pegaron pero que menos tiempo tardaron en quedarse estancados. Muchos de su generación ya no sobreviven, mucho menos son capaces de mantener unos niveles notables de verdad -nada de sietecomacinquismos-. Y ellos, mientras tanto, nos vuelven a impresionar con The Long Road North.
La clave, quizá, es que los suecos no se vieron nunca como abanderados de una manera de entender el metal, sino que el metal es un vehículo en el que introducir sus distintas inquietudes, un elemento vertebral sobre el que construir expansivos ejercicios avant-garde -que no se sienten como tales, porque tienen ese don pop para presentarlos de manera accesible y poderosa-. Si cogemos The Long Road North vemos claras diferencias entre lo que practicaban en sus orígenes, pero el grupo se sigue sintiendo el mismo.
El disco muestra que Cult of Luna tienen un estilo bien definido, y sobre él pueden introducir nuevos elementos o ir recuperando cosas que probaron en el pasado -hay muchos detalles que recuerdan al Mariner con Julie Christmas-. También nos apabulla con una serie de composiciones brutales, que transitan de maravilla entre el músculo pesado y la atmósfera contenida, que te transportan a la perfección y, eventualmente, te destrozan cuando deciden golpear. The Long Road North es otra muestra de su compromiso con la excelencia, de hacer discos tan familiares como gratificantes e interesantes, de seguir explorando cuando la mayoría se encalló hace varios kilómetros. En definitiva, de ser un grupo esencial.
Wilderun - Epigone
Habiendo firmado uno de los mejores discos de metal progresivo del último lustro, además de uno de los mejores de 2019, el regreso tempranero de Wilderun en esta primera semana de 2022 era una de las mejores noticias para comenzar el año. No obstante, tener demasiado en mente el impactante disco de hace un par de años puede jugar en contra a la hora de valorar Epigone, un disco más contenido e interesado en desplegar melodías que en el monumental cóctel de referencias que tanto nos enamoró.
Pero ojo, valorando el disco como tal hay grandes momentos y enormes muestras de talento. El grupo americano sigue encontrando maneras de actualizar el legado de Opeth -incluso de los Opeth más recientes- así como del Devin Townsend Project que también gustaba de enriquecer el meta progresivo por varias bandas. Temas como 'Passenger' son una delicia por su magnífica construcción, con sus puntos desbordantes y extremos dando paso con fluidez a la fastuosa melodía sinfónica tratada de manera exquisita. Ese corte representa los mejores momentos de Wilderun en el disco, mientras que la ambiciosa suite en 4 partes de 'Distraction' representa mejor la experiencia completa del disco: rica, interesante y satisfactoria aunque pueda resultar irregular.
No juega al impacto directo, así que es posible que necesitemos más tiempo para desmenuzarlo del todo y comprobar si tenemos otro disco de gran entidad. Aunque, siendo enero, también corre el peligro de quedar enterrado ante los múltiples lanzamientos que, seguro, disfrutaremos este año. Son muchos riesgos, pero se agradece a Wilderun el inconformismo.
Wiegedood - There's Always Blood at the End of the Road
Es difícil descubrir nada alrededor de Wiegedood. Llevan tiempo siendo una banda de black metal infalible, haciendo el trabajo necesario para que cada obra sea otro impresionante despliegue de black metal descarnado y afilado que te derrita la piel al sonar. Fenriz estaría orgulloso.
Fit for an Autopsy - Oh What the Future Holds
Si no estabais muy al corriente de esta banda de Nueva Jersey, es probable que os saque muchísimo en los primeros compases, o incluso temas, con ese rollo metalcore/deathcore palero. Pero, conforme progresan, Fit for an Autopsy van desplegando un metal progresivo cañero y técnico buen deudor de la escuela Gojira. En temas como 'Far from Heaven' van desplegando un fabuloso ejercicio de potencia y melodía que cuenta con el vigor que probablemente muchos echen en falta de los franceses.
Sí, puede que la mayor parte del disco no rompan demasiado la baraja, pero de vez en cuando sacan momentos de gran inspiración que les destaca sobre el montón de paja. 'Two Towers' es otro gran ejemplo de cómo van jugando con el tono y la intensidad de manera sugerente. Vale, algo vista, pero tremendamente efectiva, como en 'A Higher Lever of Hate', que hasta se atreve con percusiones de reminiscencias tribales. Igual en unos meses se nos pasa el subidón, pero también sé que momentos como la exquisita 'The Man That I Was Not' que ya valen la oportunidad que les vas a dar.
Comeback Kid - Heavy Steps
Es posible que hayas decidido quedarte atrás con unos cuantos lanzamientos de Comeback Kid. Y es comprensible, su vertiente de hardcore melódico y metalizado se ha quedado bastante caducado estos días. Tampoco es que Heavy Steps sea el disco que necesitas para volver al redil o que te convenza de que su estilo todavía tiene mecha que quemar, porque no es tan bueno.
Sin embargo, es un disco que no se complica, que juega con las cartas que maneja, y que suena a lo más urgente que han hecho desde hace tiempo. Su rabia y energía habla a volúmenes, y te lleva a perdonar lo típicas que son sus canciones. De hecho, alguna te invita a venirte un poco arriba. De vez en cuando, todo lo que necesita un disco es sonar divertido, y Comeback Kid aquí suenan a estar divirtiéndose al mismo tiempo que descargan tensión y furia. Sólo por eso, es más que cumplidor.
Celeste - Assassine(s)
Sólo la dificultad de supervivencia en el underground explica que hayamos podido disfrutar tan poco de una banda del nivel de los franceses Celeste. Este Assassine(s) es tan sólo su tercer trabajo en una década, algo terrible teniendo en cuenta el sobresaliente nivel de discos como Animale(s) e Infidèle(s). Pero han vuelto, y mostrando un nivel notable, aunque esta vez apostando por los registros del sludge más fiero, a ratos muy reminiscente de Gojira. Este detalle lo vuelve un poco menos especial, al contrario del soberbio equilibrio entre sludge y black metal de sus predecesores, pero es innegable que hay momentos de mucha fuerza, algunos momentos melódicos muy trabajados y un buen nivel general. Bastante para destacarlo.
Voivod - Syncho Anarchy
A Voivod les conocemos desde hace tiempo como esos pirados candienses que hacen el thrash metal más bizarro, elaborado y singular del panorama. Ya no reclaman la atención como antaño, al no tener sus discos la misma contundencia que sus obras grandes de los ochenta, pero nunca se puede acusarles de anquilosados, ya que siempre encuentran la manera de hacer interesante su sonido hasta cierto punto. ¿Es Syncho Anarchy diferente en ese aspecto o mejora su trayectoria reciente? No necesariamente, pero sí he encontrado más de lo que disfrutar, con un par de canciones llamativas y un nivel general menos difuso que de costumbre. Un álbum digno que merece una oportunidad.
Persefone - Metanoia
Entre montañas a veces es difícil que el talento se de realmente a conocer. Persefone han sido uno de los secretos mejores guardados del progresivo de la última década. Dotados técnicamente, con una contundencia metalera envidiable y una fina mano para moverse entre los sonidos extremos y la melodía primorosa, los andorranos no han conseguido dar ese golpe sobre la mesa que los ponga en una primera plana que sí han gozado unos Leprous o unos Haken, aunque no anden demasiado alejados.
Ya sabemos que el mercado no se rige por justicia, pero discos como Metanoia dan para pensar que a este grupo le deberían pasar más cosas bonitas. Aquí Persefone entregan el que puede ser su mejor disco, con canciones demoledoras que van incorporando detalles llenos de riqueza y singulares. La apariencia muestra un trabajo de death metal progresivo de alto calibre, quizá menos sorprendente de lo que debería, pero el disco contiene una ambición bien medida, suficiente para sonar poderoso y estimulante. A estas alturas, su trabajo debería resonar con fuerza en todo el mundo.
Slowbleed - The Blazing Sun, a Fiery Dawn
No es que el thrash metal tenga muchas más vías para crecer, pero siempre puede resultar arrebatador y demoledor. Slowbleed deciden hundir el estilo en el fango, llevándolo a su punto más extremo con la incorporación de toques de death y hardcore. Así queda un disco como The Blazing Sun, a Fiery Dawn, de pretensiones acertadas que son llevadas a buen término con una ejecución contundente. Una sorpresa muy agradecida, que da muy buenos golpes que no se sienten refritos excesivos.
Wait - The End of Noise
La vertiente progresiva del género está necesitada de sabia nueva que trate de establecer nuevos caminos o que extienda algunos ya insinuados. Es posible que sea el caso de esta banda de Baltimore, que debuta con este The End of Noise que juega a una suerte de Cynic djentizados, cogiendo también detallitos de metal noventero, casi grunge. Aún les falta esa contundencia necesaria para hacer los temas arrolladores, pero lo que sugieren es muy atractivo y los momentos más lucidos invitan a un buen optimismo. Wait de momento dejan una sensación irregular, pero los puntos más notables los ofrecen muy pocos discos ahora mismo. Toca tenerlos en el radar.