Mozo dominguero #25: Destroyer - Kaputt
El hombre-Dan-Bejar ha dejado de importarle a la sociedad, contemplemos entonces su último logro civilizatorio antes del ocaso
Autor: Destroyer
Título: Kaputt
Año: 2011
Género: Soft pop
País: Canadá
Discográfica: Merge
La semana pasada el CIS publicó una encuesta sobre igualdad y relaciones de género en España. De entre los muchos datos recopilados, uno causó especial controversia: el 44% de los hombres españoles considera que el feminismo ha ido demasiado lejos y que hoy los hombres están más discriminados que las mujeres. El porcentaje era muy preocupante entre los menores de 24 años, mayoritariamente partidarios de esta idea. Lo que antaño fue un chiste recurrente sobre la sobrerreacción de algunos hombres al feminismo se convertía así en realidad material.
El dato ha dado pie a diversas interpretaciones. La más dominante versa sobre "el fracaso del feminismo", una especie de fuerza política que habría alienado a una parte de la sociedad, consiguiendo lo opuesto a lo que se proponía. Se trata de una lectura superficial. En muchos casos la encuesta se puede interpretar como un triunfo. Si aplicamos una mirada dialéctica a las relaciones de género, a la tesis del feminismo le sigue su antítesis, es decir, su reacción. Nadie podría imaginar a los empresarios contentos por las conquistas de sus obreros.
¿Cuál es la síntesis? Es una pregunta que nosotros, hombres, debemos afrontar toda vez que los marcos para interpretar nuestro rol de género han quedado obsoletos. Un 44% de los hombres españoles teme al feminismo, o lo que es lo mismo, siente que su posición como hombre se encamina a la desaparición. Los comportamientos esperados, las responsabilidades asignadas, los modelos ejemplares elaborados cuidadosamente durante décadas. Todo esto, la vieja masculinidad, se asoma al abismo. Para muchos hombres es un proceso complejo, inseguro y repleto de cuestionamientos incómodos. Lo temen, lo rechazan.
Se trata de un proceso total en su alcance demográfico, lo que explica los abultados porcentajes detectados por el CIS. Es tentador imaginar al hombre-Bertín-Osborne alarmado por el feminismo y pensar que el problema se circunscribe a círculos sociales extremos, decadentes y gagá. Pero no es su figura la única que afronta la extinción: el hombre-Dani-Rovira, el hombre-Leonardo-di-Caprio y hasta el hombre-Perrosanxe se dirigen al mismo destino. Todos ellos, de la mano, acompañados por el hombre-Dan-Bejar.
Doblado el milenio, una tipología muy concreta de masculinidad cautivó a millones de personas en todo el mundo. El hombre bohemio, romántico y poeta, desaliñado y de aire maldito, terriblemente masculino en su sensibilidad, ataviado con un fular y una camisa negra, elegante, adicto a las sustancias, intelectual pero apolítico, roto, mujeriego y noctámbulo. Matt Berninger, Quique González, Nacho Vegas y otros hijos imperfectos de Nick Cave. Un hombre doliente pero firme, de exquisita elegancia, una no-estrella-del-rock cuya música se encamina hacia la expiación personal y la introspección.
Y también Dan Bejar, claro. Destroyer jamás llegaron tan lejos como The National, pero en cierto sentido explicaron mejor al prototipo de nueva masculinidad que por aquel entonces parecía suplantar a la vieja, y que hoy, en perspectiva, identificamos como su variante bohemia y sofisticada. Sobre sus hombros no reposaba el Hombre del Nuevo Milenio que aún está por venir. Lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿es capaz de sobrevivir el hombre-Dan-Bejar al brutal examen transformador del feminismo y de las nuevas concepciones de género? ¿O cae presa de sus clichés y manierismos, tan conservadores y varoniles pese a la fina capa de elegancia y romanticismo de la que siempre se recubrieron?
Dicho de otro modo: ¿habría espacio hoy para un disco como Kaputt?