Tier list 24 de septiembre: sólo vinos
Los discos de la semana, ordenados en cómodo ranking para que no tengas que pensar
Hi, personicas:
Nueva semana, nueva tier.
Fe de erratas: en la pasada tier aparecía un disco nombrado con el nombre que no es y una banda, Star Trip, que decíamos que eran de El Altet y que no son de allí: son de Valencia. Pedimos disculpas sinceras por ambos errores.1 Aunque avisamos:
Directo al EXCEL
Ramper - Solo Postres
Género: tras nosotros solo quedarán las ruinas
Como un sueño infantil que torna en pesadilla, el mundo de Ramper se despliega sobre un tapiz de cosas hermosas que un día dejaron de serlo. Solo Postres se asemeja en ese sentido a los desastres de la guerra: paisajes devastados que solo comunican zozobra y pérdida, una furia colosal e incomprensible. Todo lo que en Nuestros mejores deseos brotaba de una energía inocente y juvenil se ha transformado aquí en algo más complejo, más oscuro y más pesado.
Ramper han cambiado. Han pasado cuatro años y una pandemia. Nadie podría culparles. Solo Postres opera en ese sentido como un manifiesto: aquello fuimos, esto somos y esto seremos, ahora sí, plenos de facultades y dueños de nuestro destino. No es de extrañar, pues, que a tan ambiciosa reafirmación identitaria le acompañe un disco larguísimo —68 minutos— y sin ningún tipo de asidero o salvavidas para el oyente. Hay que dejarse llevar a ciegas.
Se acabaron los clímax, Ramper los enterraron bajo composiciones de nueve y diez minutos difuminadas por el incienso de la Semana Santa —hola, Orthodox— o por los humos vaporosos de un mundo arcano —hola, Mount Eerie—. A todo eso y a muchas otras cosas más suenan 'Un miembro fantasma' y 'Día estrellado', propulsadas por una base rítmica sobrecogedora y ornamentadas por guiños orquestales y folclóricos —hola, 'Vamos a contar mentiras'—. Se esconde aquí una emoción tan desmedida y pura que estremece el alma.
Porque Solo Postres es un disco emocionante, muy emocionante, pero Ramper se esfuerzan en torcerlo hasta la inquietud y el desasosiego —hola, Yanqui UXO—. Sucede en 'Reina de farolas', empeñada en negarnos su estallido triunfal, y sucede en 'Solo Postres', culminada por un parsimonioso juego de intensidades. Dos canciones colosales y sin embargo frágiles, delicadísimas, conducidas entre algodones y heridas aún por sanar.
Sirva 'En Nuestros Últimos Días' como resumen de todas las virtudes de Solo Postres: los susurros, la liturgia, las imágenes místicas y eternas —"Porque nunca pasa nada, porque todo pasa por ti"—, los arreglos electrónicos y las pesadísimas distorsiones que unen a Low con Monolord. Solo Postres es ante todo un disco de conexiones, de ideas que se adentran en un mundo de tinieblas y encuentran cabezas de puente en orillas inexploradas.
Solo Postres es, en definitiva y ante todo, un gran trayecto hacia lo desconocido, un enorme salto de fe. Ramper se han adentrado en el fin de los tiempos y nos han traído sus sonidos tremendos, intimidantes, hermosísimos. Es un viaje exigente, pero, ay, qué viaje. (Mohorte)