Tier list de cine y series de junio: las flores de Wong Kar-wai
Las películas y series del mes, y el anhelo asiático
Hi, personicas.
Este mes nos transportamos por un cine de emociones e imágenes poéticas… en televisión. Así es, es hora de hablar (otra vez) de Wong Kar-Wai aprovechando su regreso a las pantallas. Además, tenemos aquí muchas series esperadas, historias de zombies que sí están bien y alguna bomba explosiva.
EXCEL
28 años después
Un podría pensar que Danny Boyle y Alex Garland se han puesto celosos de que The Last of Us les hayan robado el título de título seminal de zombies en el siglo XXI (aunque la segunda temporada de la serie les ha devuelto el título). La realidad es que su regreso a su particular universo de terror parece más espoleado por éxitos como Tren a Busan por cómo manejan y amplifican tonos grotescos, absurdos y melodramáticos.
El resultado es un shock, pero uno altamente disfrutable e incluso estimulante. La estética del iPhone consigue darle una textura diferente a esta aproximación zombie casi desde el folk horror, las ideas conectan con la alineación y el aislamiento post-Brexit (toda la saga ha tenido siempre bastante tino a la hora de conectar con el momento político británico) y también logra llegar a terreno emocional en su aproximación a la muerte. No conecta todo precisamente de una manera cuerda, pero que Boyle y Garland hayan reactivado el modo psicótico y también el emotivamente hortera para esto es fascinante. (black gallego)
En cines.
Adults (S01)
Oh, no, amigos, otra comedia de veinteañeros que comparten piso y tratan de encontrar su lugar en el mundo aunque sus vidas y sus relaciones sentimentales son un desastre. Y son todos como medio ricos o medio nepobabies o algo y ni siquiera es un piso, sino una casa en Queens, y ni siquiera la pagan, porque es la casa de los padres de uno de ellos, que están de viaje indefinido. Pero un momento, porque viene con giro inesperado: la serie tiene… ¡gracia! Incluso, ojo a la locura, mucha gracia.
Excepto por un par de brochazos emocionales y un vago eco de algo parecido a una tensión sexual no resuelta, Adults lo juega todo a los chistes todo el rato y le da igual lo demás y la jugada le sale muy bien. La colonoscopia que se complica, el stalkeo a una rata con air tags, el chat con el asesino compartiendo pantalla…
Casi todos los capítulos tienen al menos un momento simplemente tronchante y en general la ratio de líneas buenas vs malas es más que positiva, incluso en el siempre temible subgénero de "chistes de GenZers contra millennials". Y el principal problema de la serie (que todos los personajes son idiotas y abofeteables) está bien resuelto, tanto por el lado de los actores (con un timing cómico impecable) como por el de los guiones, que hacen de su estupidez parte del chiste y consiguen que entres en el juego.
Una hangout comedy con episodios de veintipocos minutos y una temporada que se hace cortísima: la serie pacomé del mes, y candidata a ser la del año. (poliptoton)
Dying for Sex (Miniserie)
El alambre en el que se mueve una historia en clave de comedia sobre una enferma de cáncer terminal que decide dejar a su marido para entregarse al sexo para lo que le queda de vida es finísimo. Pero finísimo. Está el riesgo de banalizar la enfermedad, el de forzar el humor negro para hacer acopio de cinismo, el de sucumbir ante el terrorismo emocional… Incluso el riesgo inherente a cualquier interpretación de Michelle Williams, esa actriz prodigiosa a la que sin embargo su gusto por la intensidad hace descarrilar de vez en cuando.
Las creadoras de Dying for Sex los evitan todos de una manera honesta y a veces encantadoramente torpe: en más de una ocasión, para evitar romper una ventana acaban pisando un cable y eso está bien porque encaja con la naturaleza de montaña rusa emocional de la historia que cuenta. Y qué actrices: Jenny Slate se roba la pantalla con un trabajo complejísimo como quizá no habíamos visto nunca1 y las breves apariciones de Sissy Spacek o Paula Pell, cada una en su momento, le otorgan todavía más capas de intensidad emocional. Te tiene entre la carcajada y la lagrimita hasta la puñetera última escena y cuando acaba ya te aviso que vas a necesitar UN RATO. Divertida, dolorosa, fantástica. (poliptoton)
Hacks (S04)
Algunos (unos pocos) tuvimos ciertas dudas con una tercera temporada notable pero ligeramente dispersa de una de las comedia de referencia actuales, pero teníamos claro que el cliffhanger ponía a la serie en buen camino para continuar. Y se cumplió, los guionistas han sabido recoger su propio guante para reiniciar como es debido la dinámica de Ava y Deborah.
Las extorsiones mutuas no han devorado la temporada, y han sabido jugar con el funcionamiento de un programa late night para que las protagonistas se pregunten qué hacen exactamente en el mundo de la comedia, además de que algunos añadidos (como la nerd de RRHH que tiene que estar pegada como una lapa o Julianne Nicholson como petarda normie que se hace famosa por TikTok) caen como mínimo simpáticos. No saben siempre qué hacer con los representantes, pero acaban sacando también buenas risas para acompañar el vinito.
También es de reconocer que hayan sabido desarrollar la relación entre las dos para que vayas identificando las trazas tóxicas que ésta está desarrollando, pero no hasta el punto que no quieras verlas improvisando todo el rato. Una vez más, una serie fantástica que está sabiendo medir sus tiempos. (black gallego)
Sirat
Es muy fina la línea que separa el éxtasis de la pesadilla. Lo sabe cualquiera que se haya acercado por la zona de carpita/establo/garage electrónica de un Primavera Sound, y lo sabe un Oliver Laxe que crea una odisea techno por el desierto que sacude por todos los frentes. Una bomba de relojería hacia el hedonismo que también calibra bien cómo meter sus giros sorpresas y su discurso sobre los dramas bélicos que se sufren en áreas de África. Muy a favor de su banda sonora para bailar con el monóculo puesto. (black gallego)
En cines.
SÍ
Big Mouth (S08)
No creo que muchos hubieran adivinado que un experimento de animación sobre adolescentes y monstruos hormonales, pajas y vaginas iba a ser la serie más longeva de la historia de Netflix, pero de alguna forma así ha sido. Después de nada menos que ocho temporadas2, Big Mouth se despide entregando una tanda de episodios de su zona media-alta, conscientes de que han perdido ya la capacidad de sorpresa (aquellos tiempos en que uno se escandalizaba un poquito y se preguntaba cómo-se-habrán-atrevido al menos un par de veces por capítulo), pero siendo capaces de hacer que eso juegue a su favor, explorando dinámicas entre sus personajes y hasta permitiéndoles ponerse un poquito sentimentales.
El número musical que cierra el penúltimo capítulo (“There’s no such thing as normal / We’re each and all uniquely strange”) sirve de perfecto resumen a lo que ha sido Big Mouth, constantemente buscando el one-liner (“all guys are like Steven Spielberg. They may start out amazing, but eventually, they will make The Fabelmans”) y la burrada, pero también explorar los muy profundos miedos asociados a la pubertad y todo lo que hay detrás de ellos. El salto de los personajes al instituto le ha dado vida nueva a la serie (tanto que probablemente Nick Kroll y Andrew Goldberg deberían haber dado este paso antes) y en general este cierre sirve para honrar un producto que, con algunos bajones puntuales, ha sabido aportar y tener cosas que decir, mucho más allá de su apariencia de mero vehículo para chistes de pollas. La serie que ningún adolescente jamás se atrevería a ver con sus padres, pero seguramente debería. (poliptoton)
Dept. Q (S01)
Scott Frank vuelve a mostrar que es un creador de series de thriller y noir extraordinario en su regreso a Netflix con una adaptación de una longeva colección de novelas danesas de misterio. Intriga nórdica, pero bien llevada hacia Escocia, que le permite mantener ese toque gélido pero también pasarlo por un sarcasmo muy en la liga de Slow Horses. Incluso con algún episodio de más, es un refinado ejercicio de estilo que ir viendo noche tras noche con el mejor vino posible. (black gallego)
F1: La película
Un claro retorno a los tiempos del cine para padres de carácter más grasiento de marca Bruckheminer/Simpson, con más espectáculo que historia que contar pero el espectáculo es en ocasiones para retozar como un cerdo. Carreras donde te explican todo con gráficos y comentaristas para que te enteres bien lo que pasa, equipo técnico que tienen sus pinceladas de mini-arcos para que estén ahí apoyando a los principales y un Brad Pitt entregado tanto a conducir bólidos como a solidificar esa narrativa que se ha creado donde es mejor jugador de equipo que estrella total. Y bueno, te cagas un poquito encima con cómo lucen y suenan las escenas de conducción, para qué negarlo. (black gallego)
En cines.
Tierra de mafiosos (S01)
Si con Dept. Q se saca el vino, con Tierra de mafiosos uno puede cogerse el bourbon o incluso un porro ligero. Guy Ritchie consigue aquí lo que no le salía en la serie de The Gentlemen, removiendo todos sus tics habituales hacia un pequeño universo donde el carisma chungo proporciona una sólida atmósfera. Su sólido reparto y enfoque estupendo del mundo mafioso con toques de Ray Donovan (originalmente iba a ser un spin-off de esta) dan lustre al catálogo de series para padres de Paramount+, que ya no se tiene que limitar a las 9 series creadas anualmente por Taylor Sheridan. (black gallego)
OK
Ballerina
Hay películas que se han rodado dos veces y se notan todos los parches, y otras que les pasa todo eso y te da igual porque redirigen hacia escenas de matanza guays por doquier. Cuando crees que ya está todo amortizado en este universo van y te lanzan un puñado de granadas. Bravo también Ana de Armas, haces justicia a tu nombre. (black gallego)
En cines.
Duster (S01)
Queda la sensación viendo Duster de estar con algo salido de otro tiempo. No necesariamente los setenta, aunque haya un potente pastiche de blaxploitation y otros seriales policiacos de la época, sino de aquel momento donde J.J. Abrams era un referente televisivo en lugar del artesano del blockbuster nostálgico y excesivamente referencial que se le considera hoy. Incluso Josh Holloway parece salido directamente del set de Perdidos para darle el mismo carisma a su personaje.
No es mal plan un pequeño amago de Alias con otros referentes y hasta hecho con cierto carisma, sobre todo si eres capaz de soportar las referencias mascadas hasta el peligroso límite de volverse cosplay. Se queda al final en algo un poco básico, pero no se queda tan lejos de volverse realmente guay. (black gallego)
Las guerreras k-pop
La animación alucinante con narración hiperactiva de Sony nos ha dado cosas estupendas como las películas del Spiderverso o Los Mitchell contra las máquinas, pero es un equilibrio complicado de lograr y muy fácil que termine saturando. Si tu nivel de tolerancia está alto, no te va a parecer ni tan mal una petardez de blanqueamiento de boy/girl bands con detalles de Turning Red metidos en un episodio desmesurado de Totally Spies. (black gallego)
The Bear (S04)
La etapa de The Bear con ansiolíticos pautados continúa, aunque esta vez el efecto logra que sea más ligera de ver y no más frustrante. Muchos problemas de su temporada anterior siguen ahí, desde querer estar dando pasos laterales todo el rato mostrando una falta de urgencia ante lo poco que se avanza (en historia y personajes) hasta esa tendencia a querer montar un festival de cameos de celebrities continuo.
Sus ganas de querer tocar el sol con ambas manos sin considerar que vaya a quemarse sigue ahí, y hace complicado comprar esos ambiciosos despliegues de una hora a mitad de temporada como el séptimo episodio. Pero aquí vuelve a encontrar momentos especiales como un episodio centrado en Sydney decidiendo qué coño quiere hacer mientras hace de niñera improvisada o Ritchie encontrando poco a poco una estabilidad.
Sigue siendo una serie desigual, pero ya ofrece mejores signos de estabilidad que el año anterior. Ahora queda por ver cómo le sale el salto al vacío con el que ha decidido acabar la temporada. (black gallego)
MEH
Mountainhead
Imagina Succession sin sala de guion y bañada en una marmita de “bro, bro, bro”. Esto no quiere decir que no haga gracia a veces el intento de película improvisada de Jesse Armstrong, pensada para ser un dardo contra los techbros que aspiran a sobreponerse a gobiernos democráticos porque así lo valen. Sin embargo, está claro que al creador le vino bien que su serie insignia estuviese viva en años sin Trump, porque ahora se hace agotador pasar casi dos horas con sátiras que por desgracia parecen más bien retrato social.
Y bueno, que se nota que ha intentado tener esto en tiempo record, porque se nota rodada con prisas y darse oportunidad de grabar alternativas para cubrirse. Innecesario. (black gallego)
Ne Zha 2
Hay que quitarse el trabajo con el Politburó en su trabajo por intentar hacer que cada persona de China hiciese su reglamentaria visita al cine para ver la última entrega de una saga animada exageradísima, con un punto chorra medio estimable y mucha acción mareante que provoca dolores de cabeza. Convertir esto en un fenómeno social es un trabajo colectivo increíble. (black gallego)
En cines.
Predator: Asesino de asesinos
Predator es una franquicia que ha tenido una explotación complicada por parte de Hollywood, aunque no faltan fans de algunas historietas paralelas como las de Marvel que llevaban al combativo alienígena a escenarios variados y potentes. Si te gustan estos últimos, puede entusiasmarte esta antología con mucho de laboratorio de ideas para diferentes historias depredadoras. Igual hasta te lleva a pasar por alto su estética de animación tan derivativa de cosas medio feas como Love, Death + Robots. (black gallego)
NO
Blossoms Shanghai (Miniserie)
Wong Kar-wai: la tier-list
El “arthouse cinema”, o lo que nosotros podríamos conocer como “cine de arte y ensayo”, es una trinchera bien montada para los apasionados por la autoría, que pueden marcar distancia de un cine más corriente porque lo suyo son los cineastas de voz tan marcada que hasta disfrutan de alienar al espectador. Es una etiqueta de calado más comercial que forma…
Cómo entrenar a tu dragón (2025)
En cines.
La trama fenicia
Wes Anderson.
En cines.
M3GAN 2.0
En cines.
Olympo (S01)
Es una diosa de la comedia, pero esto es otro nivel.
Rara avis en la televisión actual, milagro absoluto en el streaming.