Un club para los musiquitas, streaming en Discord, crisis en los conciertos...
...y otras noticias con las que ponerse al día
¡Valladolid, buenos días!
Ayer hubo tier. O algo parecido.
El club que puede eclipsar a RYM
Quien nos conozca sabe de sobra que hemos sido muy fieles a Rate Your Music, su base de datos, su espacio para dejar volcar nuestra obsesión por catalogar, puntuar y clasificar y sus géneros tróspidos. Menos fans hemos sido de su diseño inamovible de 2003, su moderación estricta que ha dificultado explotar del todo el aspecto social de la web y la eterna promesa de una app de móvil que nunca se veía próxima.
En ese contexto, Record Club se está empezando a posicionar como una alternativa fascinante y con potencial de dar el sorpasso. Construida por el sueco Mattias Hinderson, esta nueva red social musical está despertando nuestra curiosidad por varios motivos en esta semana que llevamos probando su beta. A favor:
Un diseño minimal muy guay y BONITO.
La construcción del perfil con elementos como tu top 5 de favoritos y el “on rotation”, para ir marcando los discos que más fuerte estés escuchando en ese momento.
Una fluidez en el funcionamiento bastante deslumbrante.
Poder dejar reviews cortitas y al pie de manera rápida e intuitiva, muy próxima al estilo Letterboxd1.
Y también se pueden likear o comentar las reseñas de otros, favoreciendo el aspecto social.
En general, un buen equilibrio entre poder explotar tu enfermedad por catalogar y puntuar, y el montar un diario de lo que estás escuchando.
Por supuesto, todavía hay cosas que mejorar:
A pesar de que también promete que está al caer, no hay app para móvil.
Como está todavía en Beta, el acceso es limitado. Se dan invitaciones con bastante ligereza, pero todavía tiene un número de usuarios muy limitado para que las notas allí presentes sean significativas.
En esa línea, se nota mucho la influencia de un grupo muy concreto de usuarios. Mismamente los usuarios del Discord Hipersónico fueron capaces de colocar a Daga Voladora entre los discos más escuchados del momento.
Todavía le queda mucho para que las listas y tops históricos tengan el poderío de las de RYM tras años de puntuaciones y refinamientos del algoritmo.
Su base de datos está sacada de Musicbrainz. Que es potente de por sí, por lo que no tendrías que echar muchas cosas en falta, pero lo que no esté lo tienes que incluir ahí y esperar un día a que asome.
Y ya es demanda para los que no queremos trasladar miles de notas tras años de RYM, pero se hace necesario hacer factible poder llevar las puntuaciones de otro sitio a este.
Con todo, todo pinta MUY prometedor si cuidan todo como es debido. Vale la pena asomarse y probar, definitivamente. Podéis pedir acceso y esperar a que os manden invitación, aunque casi todos en Hipersónica hemos recibido invitaciones para repartir. Podéis pedirlas por aquí o pasar por el Discord que allí todo el mundo tiene para dar y regalar.
Discord quiere ser tu Spotify
Y ya que estamos con intentos de eclipsar. Discord ha contado con bots de diferentes creadores para crear escuchas compartidas en espacio como los chat de voz, siendo uno de las más populares Rythm. Al menos lo era hasta que plataformas de las que sacaban el audio como YouTube se coscaron que la gente podía escuchar las canciones y saltarse los anuncios, y ordenaron su cierre.
Pero ahora Rythm está de vuelta, y con ganas de llevar a otro nivel el streaming con el factor compartido. Con un diseño específico para que sea algo más bonito, con posibilidad de ir añadiendo canciones y ver la portada, o incluso tirar por una estética a lo Winamp. Con unas 50 millones de canciones añadidas, buscan imponerse como una opción de mercado con incluso apps que funcionen más allá de Discord.
Su regreso, eso sí, va con ánimos de rentabilidad. Habrá dos planes, uno de 4,99 dólares se tiene control de las sesiones y pueden añadirse hasta 20 personas por escucha, y uno gratuito donde simplemente te unes a salas existentes o a “estaciones de radio”. En ninguno de los planes habrá anuncios, al menos por el momento. No es que vaya a competir con Spotify, pero puede hacerse un hueco en una plataforma tan usada como Discord.
Fallo en la estimación
Una de las historias más chocantes en las últimas semanas fueron la dramática cancelación de la gira de estadios de The Black Keys, un claro ejemplo de no saber medir en qué estado se encuentra el grupo y quizá la industria del concierto en general. Más arriba podéis ver el tuit que ha dejado el batería Patrick Carney afirmando que “nos han jodido” con la gira, y que están replanteando algo más modesto después de despedir a sus agentes.
El caso de Black Keys no es único. Jennifer Lopez canceló también la suya tras vender muy por debajo de las expectativas, y la industria se preocupa cuando hasta Coachella tiene dificultades para hacer el sold out. Se juntan la inflación generalizada de los precios de las entradas y un momento donde el poder adquisitivo del público medio de los conciertos está, siendo generosos, estacado. Va a ser cada vez más frecuente encontrar estampas como esta:
¿Por qué insistir con el modelo de los estadios y no probar con salas de tamaño aceptable? Por supuesto que por Live Nation. EXPROPIESE.
Pausa de minutos Karra L Harle
(vía @thepianodrop en el Discord)
El sube-baja hipersónico
👎 Spotify, por llegar al hi-fi años tarde y con planes de cobrar extra.
👎 El streaming, por los anuncios.
👍 El Barrio. Pero no el artista, sino el de Kokoshca.
("Valladolid, buenos días" es una canción de El Niño Gusano. También es una sección de actualidad de Hipersónica. En 15 minutos, estarás al día de lo relevante en nuestro terreno. Cada lunes, miércoles y viernes en tu buzón de correo o en la web de Hipersónica.)
Y sin llegar todavía a las tendencias irritantes de las reviews de Letterboxd.
Pues a mí me vendria bien una invitación, que no me quede yo sin meterme en algo.
¿Creéis que esta fiebre por las grandes superficies para los conciertos, que siento que se extiende cada vez más, aunque venga de lejos, tiene algo que ver con los egos? Es decir, un mítico "mira qué grande la tengo que toco el x sitio de proporciones descomunales", o lo mismo pero por parte de las promotoras. O los festivales... Como profesional y como usuaria desde luego que la sensación es la de que se le está perdiendo el respeto a la música, a las salas, y claramente también al público, primando el poder del dinero. Que bueno, esto siempre ha sido así exceptuando algunos casos y ocasiones...